La Legislatura de Santa Fe como todo cuerpo deliberativo o de representación política debe ser caja de resonancia de la actividad política de la provincia. El bastardeo de la política, de las instituciones y de los partidos en los últimos años hizo que ese cuerpo perdiera una de las principales características que es el debate de ideas.
En el caso de Santa Fe, el jueves es el día elegido de sesiones pero el miércoles era el día de "cocina política". Esa práctica no escrita se fue perdiendo en los últimos años, producto de muy cómodas mayorías que fueron imponiendo criterios a rajatabla sin más razón que el número.
El pasado miércoles ese ciclo pareció haberse quebrado. La presencia del candidato al cargo de Procurador General de la provincia para una entrevista con la comisión bicameral de Acuerdos hizo que la mayoría de los integrantes de ese cuerpo se hiciera presente para participar de la instancia.
A esta reunión se sumó la sorpresiva presencia de la vicegobernadora electa, Griselda Tessio, su encuentro y recorrida por el Senado con la actual, María Eugenia Bielsa y un sinfín de especulaciones sobre la transición política en la provincia. A esto habrá que sumar reuniones de los bloques mayoritarios para fijar posturas ante diversos temas.
El resultado electoral de septiembre determinó que a partir de diciembre el Senado tenga mayoría del Frente para la Victoria y Diputados del Frente Progresista, Cívico y Social. Esto obligará a permanentes negociaciones políticas para buscar consensos en el dictado de los instrumentos legales que necesita la provincia.
Todo parece indicar que la vuelta de legisladores al Palacio Legislativo los miércoles, la participación en reuniones de comisiones o de sus respectivos bloques tendrá que ser un cuadro cotidiano a partir de diciembre y entonces nada mejor que revalorizar el término Parlamento para la búsqueda de coincidencias.
