Análisis
El interior existe
Por Enrique Cruz (h)

Julio Grondona será reelecto el viernes. Ayer, El Litoral publicó una extensa nota en la que el "capo" afista se refirió a varios temas, entre ellos al fútbol del interior. Señaló que en la AFA "no hay privilegios de ninguna naturaleza", y luego agregó que "no cambiará la estructura de la B Nacional, porque las plazas fijas del interior no son buenas. Los clubes tienen que llegar a primera jugando al fútbol".

En primera instancia, quiero dejar en claro que el fútbol del interior tuvo, con Grondona, un lugar que antes no conseguía. Después de la "patriada" de Valentín Suárez en 1967, cuando se creó el viejo campeonato Nacional que federalizó en parte al fútbol argentino, no hubo otro momento en el que las posibilidades se equipararan.

Pero lo que también debe saber Grondona, es que las conquistas del interior -dolorosas, sacrificadas y que tantos años de lucha le costó a tantos y tantos dirigentes- fueron absolutamente justas. Hasta 1967, los torneos de Primera A y Primera B se jugaban con los clubes de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe. A partir de allí, el fútbol argentino empezó a descubrir que el interior existía. Y ahí surgieron aquellos grandes equipos (Talleres, sobre todo), que aportaron muchos jugadores de los que formaron parte de la selección campeona del mundo de 1978, (Galván, Ardiles, Kempes, Oviedo y Valencia salieron de los clubes cordobeses; sin contar a Luque, Gallego y tantos que se hicieron grandes en clubes del interior).

La federalización de los torneos era algo absolutamente justo y necesario para el fútbol argentino. La equiparación de oportunidades formaba parte de una realidad inexcusable y no de un compromiso, como si aquella resolución 1.309 que permitió el ingreso de Talleres a Primera, o la creación de la Primera B Nacional en 1986, hayan sido las "migajas" que desde Buenos Aires se le tiraba al interior.

Y todavía falta. Por eso, es bueno escuchar a Miadoski, por ejemplo, hoy disfrutando como presidente de San Martín de San Juan por el sitial que tanto costó conseguir en Primera, señalar que "el mejor torneo del fútbol argentino es el de Primera B Nacional" y que "todavía no existe un reparto equitativo, porque los clubes apenas reciben un 10 por ciento de lo que se le da a Primera en concepto de televisación de partidos".

El fútbol argentino fue tremendamente unitario y renegó contra el resto de la geografía del país. Grondona, insisto y reitero, fue un dirigente que supo abrir el juego. Y es bueno reconocerlo. Pero también habrá que decir que lo que el interior consiguió, fue por virtudes propias y se convirtió en el producto de tantos años de lucha, de viajes interminables y de golpes reiterados a las puertas de la AFA. Nadie reclama la instauración de plazas fijas. Pero sí, la imperiosa necesidad de que al interior no se lo excluya más y que haya un reparto más equitativo de las ganancias que el fútbol genera.