Al margen de la crónica
Educar para el trabajo

Las Pymes son el motorcito de crecimiento de las economías regionales y, aunque su rol no es tenido en cuenta generalmente por las políticas gubernamentales, tienen un fuerte impacto social en la zona donde se asientan.

Se radican con la fuerza típica de los emprendedores: hacen frente a las dificultades porque sólo en ellos está el secreto de triunfar o fracasar. Además, deben hacerse cargo de obras de infraestructura (caminos y accesos de ripio, tendido de red eléctrica y otras mejoras) que corresponderían a las administraciones políticas del lugar.

En la mayoría de los casos, hay pueblos que progresan porque esas pequeñas industrias absorben la mano de obra local, principalmente egresados de escuelas técnicas lo que genera un efecto cascada altamente beneficioso para el flujo comercial de esas poblaciones. Por el contrario, los que no poseen lo sufren porque sus jóvenes emigran y terminan formando parte de los cinturones periféricos de las grandes urbes porque al carecer de formación laboral terminan sin insertarse en los centros urbanos.

Las Brisas, primer establecimiento frutihortícola con certificación orgánica de la región y radicado en Monte Vera promueve con acierto la capacitación y alfabetización entre su plantel de 70 trabajadores, ya que de esta forma convierte a la educación en una de las bases que propicia el crecimiento de la persona y que influye en su marco social.

Desde esta joven empresa radicada en Monte Vera, la familia Vorobiof, responsable del emprendimiento apoya y alienta el acceso a la educación formal, ya sea desde el comienzo o la finalización de la etapa alfabetizadora que abarca adultos, escuela primaria, secundaria y acceso al nivel terciario. Es una buena lección para comenzar con el aprendizaje.