César Miño
Con una producción que resultó lo suficientemente apta como para alcanzar un éxito inobjetable, Santa Fe Rugby Club venció en la víspera a CRAI por 23 a 8, consagrándose campeón del Torneo Clausura Dos Orillas 2007, organizada en forma conjunta por las Uniones Santafesina y Enterriana de Rugby.
De esta forma, más allá de lo estrictamente relacionado a la obtención de un nuevo título, la sensación imperante fue de satisfacción por la especie de "retribución" recibida.
Es que este valiosísimo grupo deportivo y humano, transitó -al igual que las temporadas precedentes- la misma senda de sacrificios que aquellos integrantes del nutrido plantel superior de Santa Fe Rugby Club que poseyeron la posibilidad de jugar asiduamente en la institución.
En cambio, la gran mayoría de estos flamantes campeones, debió demostrar su valía desde la Reserva o la Prereserva, alcanzando también un gran protagonismo en estos estamentos del Regional del Litoral.
A punto tal, que no sólo una vez más accedieron a semifinales; sino que en el caso de esta última categoría, tuvo la posibilidad de disputar la final, en la que cayó en forma ajustada.
El primer tiempo resultó bastante equilibrado, en un contexto donde no hubo demasiado para destacar, y en el que quizás puedan rescatarse la supremacía del local en el scrum y un par de buenas acciones gestadas por los backs visitantes.
En cuanto al resto, se remitió básicamente a cuestiones posicionales, lo que fue mejor aprovechado por el campeón, que se retiró victorioso al entretiempo por 9 a 3.
En cuanto al complemento, puede resumirse en dos ítems bien diferenciados: la creciente superioridad del anfitrión -en la que el scrum y el juego de los forwards en general resultó clave- y las continuas interrupciones, provocadas por impericias casi generalizadas, que obviamente cercenaron el ritmo de las acciones.
De esta forma, quedó rápidamente en claro quién poseía las mayores posibilidades de quedarse con el triunfo; más allá de que un try gestado de una acción aislada, incentivó la ilusión visitante.
En el resto, debe señalarse la capacidad intacta de Gustavo Alvarez y la categoría de Conrado Ramos, quien -como tantas veces se ha dicho- posee todas las condiciones para ser el apertura que tanto añora Santa Fe Rugby Club tras el retiro de Gregorio Favre.
El cotejo se disputó en la cancha principal de Sauce Viejo, ante un discreto marco de público, con el arbitraje del santafesino Javier Villalba.