Para la lechería
Los cupos vienen disfrazados
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispuso que para exportar, las industrias lácteas no pueden pagar más de 73 centavos el litro de leche. La Secretaría de Agricultura, por su parte, resolvió limitar los plazos para efectuar los embarques de trigo y del complejo soja.

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El desvelo del Gobierno nacional por contener los precios de la canasta básica no cesa. A partir de los pocos resultados que aporta el último acuerdo suscripto en octubre con los supermercados, proveedores y abastecedores, volvió a echar mano ahora a una receta que ya aplica con la carne: restringir las exportaciones en un intento por mantener los precios domésticos.

El mecanismo regresó esta semana a escena disimulado en dos disfraces diferentes: uno formal, en el traje a medida de dos resoluciones oficiales, a través de las cuales la Secretaría de Agricultura de la Nación decidió acortar los plazos para efectuar los embarques de trigo y del complejo sojero; y otro, más rudimentario, confeccionado a partir de la advertencia que recibieron las industrias lácteas para que no se excedan en el valor de compra de la materia prima, a cambio de poder exportar.

La vestimenta más informal la vuelve a lucir Guillermo Moreno, el titular de la Secretaría de Comercio Interior. Él fue el encargado de advertirles, en forma verbal, a algunas empresas lácteas que para poder seguir exportando no debían pagar más de 73 centavos por cada litro de leche, 10 por ciento menos del valor que en la actualidad abonan a los productores. El control del funcionario sobre el comercio externo lácteo se produjo la semana pasada, cuando el Gobierno decidió crear el Registro de Operaciones de Exportaciones de Productos Lácteos. Lo que en un principio iba a ser un padrón con fines estadísticos, disimula en su apariencia un férreo control sobre las exportaciones.

La aparición de este nuevo atuendo causa preocupación entre las usinas. "Si les decimos a los productores que les vamos a pagar 73 centavos por la leche van a dejar de producir. Va a generar un proceso de destrucción como el que se provocó en la carne", advirtió un industrial.

La actualización dispuesta en el precio de corte de la tonelada de leche en polvo (de 2.100 dólares pasó a 2.650) no mejora por ahora el panorama para las empresas. "No cambió nada, porque no se están dando permisos para exportar y seguimos con las cámaras llenas de mercadería para enviar", describió un empresario que participó el martes en una reunión en el Centro de la Industria Lechera (CIL), en la que se analizó la presión oficial hacia el sector. El valor tope para la exportación de leche en polvo fue un mecanismo que se estableció a comienzos de año para equilibrar los precios internos con los externos, y crear con la diferencia un fondo para repartir en la cadena.

Desde la industria se asegura que el nuevo valor establecido para la exportación de la leche en polvo está lejos de generar una corrida de materia prima hacia los productos exportables y provocar así un desabastecimiento en el mercado interno. "Todo lo contrario, con 2.650 dólares la tonelada estamos igual o por debajo de lo que se obtiene en el mercado interno", aseguran los empresarios.