Al nuevo gobierno
La zona oeste pide obras y planificación
La postergación del sector oeste de la ciudad se evidencia en la falta de infraestructura y de servicios básicos, ausencia de obra pública y la sensación de abandono que sufren quienes lo habitan. Los principales referentes sociales y los propios vecinos exponen sus reclamos y las necesarias soluciones que, para ellos, deberá implementar el futuro intendente.

¿Cuáles son las acciones prioritarias que debe atender el próximo gobierno municipal en su barrio? Con esta pregunta, El Litoral disparó el debate en una de las zonas más postergadas de la ciudad de Santa Fe: el borde oeste. De cara al casi inmediato cambio de autoridades, con el condimento de que los que llegan pertenecen a otro signo político tras 25 años de gobierno peronista, vecinalistas, referentes sociales y religiosos, representantes de ONG's con un trabajo activo en la zona y vecinos reflexionaron y puntualizaron las urgencias que Mario Barletta no debería postergar.

En todos fue evidente una actitud entusiasta por responder, por amplificar su voz a través de este medio e intentar escribir en la agenda de la futura gestión las grandes carencias y preocupaciones con las que conviven a diario.

En Chalet, la presidenta de la vecinal, Claudia Albornoz, tiene bien en claro lo que necesita el barrio: no volver a inundarse. En realidad, es lo que piden a gritos en cada una de las jurisdicciones del oeste. Y así se lo manifestaron al futuro mandatario en una reunión que mantuvieron días atrás y a quien ocupará el cargo de subsecretario de Asuntos Hídricos, Felipe Franco. A través de un Power Point explicaron por qué se inundan con cada lluvia y pidieron soluciones. "Las urgencias pasan por desagües, casabombas y reservorios. Hay que colocar una bomba en Centenario, justo donde se dinamitó en 2003, porque, si no, el agua de ese sector viene hacia acá por el zanjón Taca. Además, se deberá ensanchar el caño que pasa por debajo de la autopista, a la altura de J. J. Paso, y lleva el agua hacia el reservorio, porque es muy angosto", dijo Albornoz.

El cordón cuneta es otra obra muy esperada. "Es un trabajo de saneamiento importante porque tiene que ver con la salud; desparasitan, pero no se hacen las obras de infraestructura fundamentales. El cordón cuneta dignifica, protege la salud de los vecinos", finalizó.

Espacios de participación

Rubén Salas, uno de los líderes del Movimiento Tierra y Liberación, de Santa Rosa de Lima, asegura que vive "en el mejor barrio del mundo", a pesar de la "psicosis" que causaron en "todo el oeste las dos inundaciones: no sabemos en qué momento nos vamos a volver a inundar y, si bien no es un peligro diario, incide en la salud de la gente". Por eso coincide en que este tema debe ser atendido con celeridad.

Para él, el mayor y más urgente desafío que tendrá el próximo gobierno será el de "generar espacios de participación donde la gente discuta y opine" para "romper con 20 años de gobierno en los que, si bien se destinó mucha ayuda a los sectores carecientes, no siempre llegó. Es que, en el camino entre el que necesita y el gobierno, existen bolsones de corrupción y de punteros que nunca permitieron que la ayuda llegara a los que más la necesitan. Es un mecanismo muy bien aceitado que permitió a los que tienen habilidad y saben dónde se gestiona y dónde se hacen los trámites vivir un montón de años de esa gestión. Acá había dos caminos: o se estaba con el gobierno o no se recibía ningún tipo de ayuda. El desafío es romper con eso para empezar a pensar diferente cómo se cambia la ciudad".

Con respecto a la obra pública, considera que "falta un montón de cosas en el oeste". En la lista de prioridades incluye el entubado de las cunetas y las cloacas porque "no es un lujo ni un gasto; al contrario, sirve para ahorrar en el sistema de salud".

Superar desigualdades

Para Mónica Ledesma, presidenta de la Federación de Vecinales, "el oeste necesita obras de infraestructura que permitan superar las profundas desigualdades que existen en la ciudad". Entre ellas escoge agua potable, gas natural y cloacas. "A partir de eso, hay que empezar a trabajar en políticas de inclusión social articuladas con las organizaciones de la sociedad civil, poniendo el eje en salud, seguridad y educación". Aunque, como para todos, la mayor prioridad es la limpieza de los desagües existentes, la construcción de nuevos, y un buen sistema de bombeo, no olvida las grandes falencias del sistema de transporte urbano de pasajeros.

"En líneas generales, apostamos a que la que viene sea una gestión participativa, lo cual depende de una actitud responsable de la ciudadanía, pero, también, de que haya una apertura por parte del gobierno para posibilitarla".

La problemática de los niños y adolescentes que viven en los barrios marginales es uno de los temas que propone la Hna. Diosilda, que lleva adelante el Centro Comunitario Divina Pastora en La Tablada, Marcos Bobbio y El Abasto. "A los 12 ó 13 años, la gran mayoría deja de ir a la escuela y anda por ahí, a la deriva. Se necesita crear talleres de oficios para contener a los adolescentes, porque para ellos no hay nada. Hacen falta programas que pongan su mirada en los jóvenes de los barrios con el fin de contenerlos un poco más".

Política inclusiva

El trabajo que Canoa viene realizando junto a organizaciones, vecinos e instituciones de Villa Oculta, Arenales, San Lorenzo, Villa del Parque y Santa Rosa de Lima permitió a la ONG reconocer un conjunto de problemas, todos interrelacionados y que, con matices, se encuentran en la mayoría de los barrios. Por eso, plantean "la necesidad de una política social de hábitat universal, integral e inclusiva, participativa y con sentido redistributivo".

Aseguran que la infraestructura y los servicios son las principales carencias que se evidencian cotidianamente y remarcan como prioritario que se concrete la red de agua potable y de desagües, asegurando la limpieza de los zanjones y cunetas en un primer momento, pero generando acciones para que sean entubados. Consideran primordial que el Estado controle el sistema de bombeo y los terraplenes. "Es en el marco de una gestión local del riesgo que debe construirse el Plan de Contingencia, que en algunos barrios ya idearon instituciones y vecinos. Por esto, el municipio no puede hacer borrón y cuenta nueva, sino reconocer lo ya existente e involucrarse para que el plan funcione.

"La accesibilidad es otro de los puntos sobre los que se debería trabajar para optimizar el estado de las calles y permitir el ingreso de ambulancias, bomberos, remises y transporte público", aportan.

Teniendo en cuenta que el cirujeo es una de las principales actividades que permite subsistir a muchas familias del oeste, para Canoa "es importante el reconocimiento, por parte del municipio, de tal actividad, repensando las ordenanzas de restricción de zonas y horarios y que se piensen propuestas que involucren a todos los actores para establecer zonas de clasificación, a fin de que las familias no tengan que convivir con microbasurales".

Lía Masjoan - Sol Lauría