Una linda historia
Guardiana y partera
Daniela Mateljan es rinconera y trabaja en una empresa de seguridad privada. El último fin de semana le tocó actuar como improvisada partera de una joven chaqueña que vive en la zona costera. Todo ocurrió a bordo de un auto que manejaba un colombiano... Y tuvo un final feliz.

"La seguridad debe ser de todas las personas hacia los otros y no sólo para cuidar negocios", reflexionó Daniela Mateljan, una mamá de 38 años oriunda de Rincón que trabaja como seguridad privada en Arroyo Leyes. La frase surgió tras la experiencia que tuvo el fin de semana pasado, cuando volvía de su trabajo caminando por la Ruta 1 y debió asistir a una embarazada que por no tener dinero para el colectivo pretendía llegar a pie hasta el Iturraspe para tener a su bebé.

"El domingo pasado, a las 20.30, venía de un servicio de seguridad privada en un evento que se había realizado en Arroyo Leyes y, como es imposible conseguir un colectivo, decidí caminar para llegar más rápido. Vi a una chica embarazada y me di cuenta que estaba mal. Cuando me acerqué me dijo que no tenía para el colectivo y que estaba por tener a su bebé", explicó.

Y continuó: "Llamé al 107 y me dijeron que estaban con otra urgencia y que no podían mandar una ambulancia. Como veía a esta chica que no daba más me decidí y paré un auto en la ruta. Era de un colombiano, que había alquilado un auto para conocer las Ruinas de Cayastá. Le dije que no disponía de dinero pero que algo teníamos que hacer por esta futura mamá".

El hombre las cargó en el auto y comenzaron a venir a Santa Fe. Como el tránsito estaba muy complicado, ella decidió hablar de nuevo al 107 por su celular para pedir instrucciones y saber cómo ayudar a la mamá. Le indicaron cómo tomarle el pulso y que se fijara si sangraba. Como esto ocurría, le dijeron que se fijara si veía la cabeza del bebé.

Con 3,800 kilos

Daniela continuó relatando que "cuando advertí la cabecita me puse muy nerviosa. Soy mamá de dos nenes y sé lo que es esa situación. Así que saqué un pañal por la ventanilla para ir más rápido por la ruta, porque era una emergencia. Le pedí al 107 que avisaran al Iturraspe para que nos esperaran y así lo hicieron".

La historia concluyó con el nacimiento de Daniel -nombre que le pusieron para nunca olvidar a quien ayudó a su mamá durante el trabajo de parto-, quien pesaba 3,800 kilos, hijo de Noemí, una señora oriunda del Chaco que vive en Rincón. Quedó en observación en el Centro Perinatológico porque había nacido "un poco morado", según pudo saber Daniela.

Contenta y satisfecha, Daniela aseguró a El Litoral que "fue una muy linda experiencia, aunque me asustaba pensar que le podía pasar algo al bebé o la mamá. Me encanta ayudar y lo pude hacer. Además, el hecho de trabajar en seguridad privada y de continuar mi capacitación en el Instituto Salamanca de Santa Fe me permitió tener conocimientos de primeros auxilios para poder atenderla". Cuando contó lo que le había pasado en su casa, su familia se mostró orgullosa por la colaboración que dio a la mamá necesitada. "Mi hermano se reía y me decía que era una Madre Teresa, una nueva partera", bromeó.

De la redacción de El Litoral