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Cuatro delincuentes sorprendieron al matrimonio cuando tomaban mate en la puerta. Ya dentro de la casa los sometieron a una brutal golpiza. Finalmente, huyeron con unos pocos pesos.
Cuatro malvivientes consumaron ayer uno de los peores delitos cuando irrumpieron en el domicilio de un matrimonio de jubilados, a quienes los golpearon para finalmente escapar con unos pocos pesos.
El preocupante suceso ocurrió minutos antes de las 20 en barrio Los Hornos, más precisamente en Llerena al 3400 donde se domicilian los esposos Ángela Sanperi (82) y Santos Reyes Colman (70).
Ángela y don Reyes son vecinos del barrio desde hace más de sesenta años y con el paso del tiempo debieron abandonar costumbres que antes eran parte de la vida cotidiana de cualquier santafesino.
Una de las pocas actividades que lograron mantener en el tiempo, aunque adaptada a los días de hoy, es tomar mate en el frente de su casa a la tardecita. Lo hacen todos los días pero tras unas rejas que marcan la frontera entre su vivienda y la vereda.
Ayer a las 20, don Reyes fue a buscar plata para comprar dos milanesas en la carnicería del barrio mientras Ángela ordenaba las cosas del mate en la cocina.
Minuto fatal
En un descuido dejaron las rejas abiertas y cuatro hombres con pasamontañas en la cabeza entraron a la casa. Uno de ellos permaneció en la puerta para hacer de campana, otro redujo a la mujer y los demás encerraron a su marido en la pieza.
Los golpearon, los amenazaron, revolvieron toda la casa, rompieron lo que pudieron para llevarse luego unos pocos pesos. "Estuvieron adentro entre 10 y 15 minutos", dice Ángela tratando de controlar sus nervios.
La casa queda en calle Llerena al 3400 y, según relataron los vecinos, los usos del barrio han sufrido muchos cambios con el paso del tiempo. "Ahora tenemos que salir con la plata justa si vamos a comprar algo porque si nos ven con un billete grande nos roban. Vivimos con rejas y salimos con miedo a que nos pase algo", dijo una vecina.
El terror
Ángela relató esos tristes minutos, con la voz entrecortada: "Cuando me agarró uno por atrás, yo pensé que era Reyes y le digo: ¿me querés matar? Entonces me tiró al suelo y me empezó a patear por todos lados mientras me insultaba y me amenazaba. Esto es algo que nunca me pasó desde que vivo acá".
Cuando se fueron, Ángela los siguió hasta la puerta, salió a la vereda y, justo como pasaba un patrullero por la esquina, le pidió auxilio. El policía trató de encontrarlos pero como estaba solo haciendo el recorrido, no pudo hacer nada, relataron los vecinos.
Redacción de El Litoral
