DESTINOS
Roma con ojos de cine
La Ciudad Eterna. Pocos rincones de Roma han escapado al objetivo de la cámara de cine, que puso a la Ciudad Eterna en el imaginario de los más cinéfilos y que ahora se descubre como nuevo filón turístico para la capital italiana. textos de Israel Fernández.

El idilio entre el séptimo arte y Roma no ha pasado inadvertido para las autoridades capitalinas, que renovaron este romance con la "Festa" internacional del cine de la ciudad. El ambiente glamoroso y la presencia en el festival, de estrellas como Tom Cruise, Sofía Loren o Mónica Belluci, devolvieron a la ciudad el esplendor de otro tiempo, cuando Hollywood estaba a las orillas del Tíber.

Gracias a la extensa literatura sobre el papel de Roma en el cine y también merced al ingenio que despierta su cinefilia, los amantes de la Roma en celuloide trazan hoy itinerarios para ver de cerca dónde se rodaron o se inspiraron sus películas preferidas.

La tarea de estos apasionados tiene desde ahora menos obstáculos, pues los organizadores del festival han instalado paneles explicativos de los filmes que contribuyeron a la fama de la ciudad, cerca de los lugares que se usaron como escenario.

"Lugares y Personajes del Cine" es el nombre de esta iniciativa que contribuye a la tendencia del nuevo "turismo cultural" interesado en los lugares que fueron "escenario cinematográfico de filmes de éxito".

Plaza Navona

La barroca plaza Navona es uno de estos lugares del cine, donde un panel instalado en una de sus calles adyacentes recuerda que Vittorio De Sica eligió una de las terrazas que asoman al antiguo estadio de Domiziano, para uno de los episodios de su film "Ieri, oggi, domani" (1963).

Este episodio rodado en plaza Navona contiene, además, una de las escenas más recordadas del cine italiano, la del striptease que el personaje de Sofía Loren hacía ante un aullador Marcello Mastroianni.

Tras ver el cartel, un grupo de turistas italianos comentaron que los paneles pueden ser una "buena idea" para el turismo, pero añadieron que "quizá habría que instalar otros con más películas, y menos escondidos".

La mayoría de estos platós naturales están en el recorrido casi obligatorio de quien visita Roma y, por ejemplo, el Coliseo, donde por un instante el turista puede sentirse dentro de un film ambientado en la Antigüedad Clásica.

El anfiteatro romano

"Se parece mucho a cómo se veía en "Gladiator" (2000) comentó Salvador, un joven turista uruguayo en viaje de estudios antes de entrar al Anfiteatro Flavio, nombre del más famoso anfiteatro romano, usado en tantas ocasiones como símbolo de Italia en las películas.

Dejando atrás el cercano Arco de Constantino, el mismo que la Cleopatra de Elizabeth Taylor cruzaba en el homónimo film de 1963, y al final de la vía de San Gregorio se llega al Circo Máximo, escenario de la carrera de cuadrigas de "Ben-Hur" (1958), una de las imágenes más famosas de la historia del cine.

Quien se acerca por primera vez al Circo Máximo en busca de la grandeza del film protagonizado por Charlton Heston, tal vez quede desilusionado al comprobar que sus 621 metros de largo por 118 de ancho son hoy una amplia explanada con escasos restos arqueológicos.

Dos turistas estadounidenses afirmaron que los "emocionó" saber que aún se conserva su emplazamiento original en el centro de la ciudad, pero conocían que la famosa carrera cinematográfica había sido rodada en los estudios romanos de Cinecittá.

Los estudios de Cinecittá, aún hoy activos para la grabación de programas y series, fueron en gran parte responsables del auge de la Ciudad Eterna como destino atractivo y económico para la industria cinematográfica, y la ayudó también a convertirse en capital turística.

Caminando en la vía

Rodeado en la actualidad por un barrio al que da nombre, los estudios de la extensa vía Tuscolana fue uno de los tantos lugares fetiche del cineasta italiano Federico Fellini e incluso fue el lugar de su capilla ardiente.

Aunque una placa y una plaza cercana a la lujosa Vía Veneto recuerdan la contribución de Fellini a la imagen de Roma, el director hizo reconstruir en Cinecittá su propia Ciudad Eterna -Fontana de Trevi incluida-, para que el paparazzo Marcello Mastroianni siguiese a Anita Ekberg en la famosa "Dolce Vita" (1960).

Asimismo, a pocos pasos de la escalinata de plaza de España, la misma por la que Lucía Bosé bajaba en "Le ragazze di Piazza di Spagna" (1952) o en la que Gwyneth Paltrow paseaba en "The Talented Mr. Ripley" (1999), se encuentra otro de los pasos obligados para los cinéfilos que llegan a Roma: vía Margutta. Con una expresión entre pérdida e interesada por el curioso hallazgo, Federica Espósito, una italiana, explicó que se enteró de la cinematográfica dirección tras leer algunas noticias donde algunos propietarios del portal mostraban su temor a que el edificio se convierta en un nuevo destino del turismo de masas.

La película "Vacaciones en Roma", Hepburn y Peck es -en la actualidad- uno de los reclamos de Roma en forma de postales, imanes y carteles que, junto a otras anacrónicas imágenes de actores vestidos de antiguos romanos con una Vespa, se venden en casi todos los negocios de recuerdos del centro de la ciudad.

Varios propietarios de los puestos de souvenir a pie de calle coincidieron en señalar que estos productos son "de los que mejor se venden" pues, en su opinión, es con estas películas con las que "la gente se han empezado a enamorar de Roma antes de verla en directo".

Espacios para descubrir

Fuera del casco histórico

Si bien el casco histórico de la Ciudad Eterna concentra la mayor parte de estos escenarios cinematográficos, otras calles y lugares menos conocidos también son parte de la historia del celuloide romano.

Buen ejemplo de ello es la vía Raimondo Montecuccoli, al este de Roma y totalmente ajena al tránsito turístico, por donde Anna Magnani corría en la escena final del film de Roberto Rossellini "Roma cittá aperta" (1945).

También fue en el este de la ciudad donde el cineasta Pier Paolo Pasolini encontró un bar para rodar su "Accatone" (1961), gracias al cual es aún hoy uno de los locales más conocidos en la zona.

El cinéfilo que hoy visita la Ciudad Eterna quizá lo hace empujado por el diálogo, recogido en los libros sobre el cine en Roma, en el que Mesala (Stephen Boyd) decía a Ben-Hur (Charlton Heston): "Resistir a Roma es estúpido".