Un pelo sano nos da seguridad y nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos. Pero en ocasiones el estrés, la mala alimentación o un incorrecto cuidado del cabello, puede acabar dañando nuestra cabellera y precipitando su caída prematura.
La pérdida de cabello es normal. Nuestro cabello se renueva continuamente y, de acuerdo a los expertos, cada día se nos cae una media de 50 a 100 pelos. Se trata de un ciclo natural. Sin embargo, algunas personas experimentan una pérdida excesiva del cabello. Sufren lo que comúnmente se denomina alopecía, es decir, la caída y debilitamiento del pelo sin que se produzca su renovación.
La alopecía afecta principalmente a los hombres, quienes suelen perder pelo en las entradas y parte superior de la cabeza, pero cada vez es más común que las mujeres experimenten también este problema.
En su caso, el patrón de calvicie es diferente, pues el cabello se vuelve más fino y menos abundante en toda la superficie de la cabeza.
La pérdida del cabello ha sido generalmente relacionada con la herencia genética. No obstante, el estrés y otras muchas circunstancias, como el insomnio, pueden favorecer o propiciar su caída.
La Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians) señala otras causas frecuentes:
Aunque en muchos casos es difícil evitar la pérdida del cabello, los expertos recomiendan prevenir su caída con una higiene y un cuidado adecuados. No debemos olvidar que el cabello está compuesto por elementos como agua, sales minerales, proteínas y lípidos, y que para poder mantenerlo sano y fuerte deberemos seguir algunos consejos. Entre ellos, lavar el pelo con frecuencia teniendo en cuenta las necesidades de cada cuero cabelludo, utilizar un champú que respete el Ph de nuestra piel y productos no agresivos, masajear el cuero cabelludo durante el lavado unos tres minutos para activar el riego sanguíneo y aclarar con agua tibia para después finalizar con agua fría, no abusar del secador y utilizarlo sólo a temperaturas bajas y a cierta distancia del cabello.
También es conveniente cepillar el pelo a diario y en seco, dada la mayor fragilidad del pelo húmedo; evitar el uso continuado de gorros, gominas y fijadores, así como colitas y peinados tirantes; proteger el cabello de la radiación solar; mantener una dieta rica en vitaminas B, H y A. Los cereales, las legumbres verdes y los suplementos vitamínicos diarios otorgan un mayor número de defensas al cabello, evitando su caída.