La ganadería acorralada
Crece la faena de terneras hembras
El perfil de la faena es poco novillo, mucha vaca en edad reproductiva, y una gran cantidad de novillitos y vaquillonas muy livianas. Ante el precio que tienen los granos, el 70% de la carne que se consume en Estados Unidos es a pasto.

La limitación de los alcances de la resolución 645, que lleva el peso mínimo de faena a "sólo" 240 kilos, agregado a la fuerte suba en el precio de los granos y de los subproductos y la superactividad de los feedlots; está trayendo como consecuencia una caída fuerte en el peso medio de faena. En octubre, este indicador no habría superado los 210 kilos.

Con precios máximos o vigilados para el gordo y con una relación carne/grano muy mala, se tiende a hacer animales muy livianos; si a esto se le agrega en la faena una menor proporción de novillos pesados (la categoría que más kilos aporta por res) y una proporción todavía alta de vaca (cuyo peso medio empeora el promedio) se explica por qué una ganadería acorralada por la agricultura y sin estímulo alguno produce cada vez menos carne a igualdad de animales faenados.

El perfil de la faena es poco novillo, mucha vaca en edad reproductiva, y mucho novillito y vaquillona muy liviana; lo que más llama la atención, más que la faena de vacas, es la extraordinaria faena de terneras hembras: 1,2 millones de cabezas en el 2007. Si vamos bien, ¿para qué hacer cambios?

Hace cuatro meses que las exportaciones exceden marcadamente las 40 mil toneladas establecidas por el Gobierno como cupo mensual. En octubre, habrían totalizado las 50 mil toneladas, pese a que desde mediados de agosto está suspendida la venta al exterior de carne de algunas categorías de vaca manufactura o conserva. Lo que permitía en su momento explicar todo lo embarcado por encima del cupo fijado. Para la mayoría de los operadores sigue siendo un misterio cómo se distribuye el cupo excedente, el cual en agosto superó los 55 millones de dólares.

En cuanto a los precios FOB, se registra en estas últimas dos semanas una caída superior al 20 por ciento en los precios del R&L Hilton, que habían logrado un pico extraordinario hace un mes. Los valores FOB a Rusia presentan una caída marginal debido a las menores compras de este país, pero los precios pagados por Chile son los más altos de la historia. Esto debido, en buena medida, a la disparada de los precios internos del ganado y de la carne en el vecino país.

El mercado norteamericano

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) ha calculado en 12,5 millones de cabezas la población de stockers, categoría que comprende los animales (machos y hembras) que se recrían en campos naturales, cultivos de trigo y pasturas permanentes, desde que se destetan (200-270 kilos) hasta que entran a los feedlots, con 350-400 kilos de peso, para engordar allí los 140-170 kilos finales o de "terminación".

Varios investigadores han resaltado en el último año, frente al fenómeno de la drástica suba en el precio mundial de los granos, que entre la cría y la recría, 70 por ciento de la carne vacuna que se produce en Estados Unidos se debe al pasto. El corral sólo termina el ganado. Este país tiene millones de hectáreas que, por diferentes motivos, no son aptas para cultivos agrícolas, pero sí producen estacionalmente pastos de excelente calidad, especialmente en el centro-norte del país donde en la temporada primavera-estival enormes extensiones de pastizales naturales producen una recría de excelencia. A menudo, especialmente cuando se hace en invierno, esta recría es suplementada con grano, como en nuestro país. Son campos quebrados, o de difícil acceso, que hoy, ante la suba del costo de engordar a corral, están siendo fuertemente valorizados, porque permiten ganar kilos de una manera mucho más económica que en el feedlot.

Esto ha traído varios cambios: cada vez es menor la proporción de terneros que entran directamente al feedlot una vez destetados, mientras que por otro lado, crece el porcentaje de novillitos y novillos que entran pesados a los corrales, con 350-420 kilo. Muchos de estos novillos y novillitos entran a los corrales con un grado de gordura suficiente para el consumo de nuestro país.

Ignacio Iriarte - Analista del mercado ganadero