ENCUENTRO Y EXPOSICIÓN
Una excusa para imaginar
Los chicos que integran los Talleres de Expresión de Canoa mostraron sus trabajos en la vecinal República del Oeste.

Recientemente en la vecinal República del Oeste se realizó la muestra de los talleres de Canoa, formados por chicos de Villa del Parque, Villa Oculta, El Arenal y Arenales.

El trabajo comenzó en julio de este año, en Villa Oculta y Arenales. "Los chicos y las chicas empezaron a construir un espacio de expresión donde se trabaja desde la educación popular, desde la plástica, el juego, la literatura, y la fotografía. El eje de los talleres es rastrear acerca de la identidad barrial, o de la pertenencia. O de las imágenes, o de la interacción, o de la textura que las chicas y los chicos tienen con el barrio. De qué manera ellos van creando un vínculo con ese territorio", explicaron desde Canoa.

"El proceso de los talleres intenta que construyamos un espacio entre nosotros y el barrio, que podamos encontrarnos con imágenes que no encontrábamos, aunque se nos presentaran como cotidianas", sostuvieron.

"En los primeros talleres se propuso trabajar con algunos mínimos detalles técnicos, y luego enseguida ir al barrio, a poner en escena esos bellísimos deseos de sacar una foto tras otra y tras otras más, lo que produce también una intervención en la dinámica cotidiana del barrio".

Las cámaras con las que se trabaja son unas sencillas cámaras pocket, manuales, "para que el rastreo no se pierda en una técnica fotográfica y más bien se encuentren con una cámara que haga nacer una relación amistosa entre la imagen y la búsqueda", fundamentaron.

Entre los dos barrios, hasta el momento se armaron tres grupos de diferentes edades. En Arenales se formó un grupo de chico de 9 a 11 años, y otro con aquellos que andan entre los 12 y 16. "Sin embargo, en Villa Oculta el grupo es con chicas y chicos más grandes. Esto le va dando a cada uno de los talleres dinámicas distintas.

"Queda para seguir pensando, desde la educación popular, cómo juega el adultocentrismo en el trabajo con jóvenes, cómo juega también en nosotros en el trabajo con ellos, y como re-trabajar todo eso", opinan.

EN EL BORDE

"Trabajar precisamente sobre una excusa, viene siendo el deseo de los talleres de expresión. Desde allí, cómo pensar el territorio y el espacio. Y en todo este paisaje, cómo intervenir desde la expresión para poder construir lenguajes que nos vayan acercando algunas distancias. Entonces, desde la educación popular, nos planteamos cómo reconstruir un espacio donde puede intervenir el hábitat de cada barrio con una mirada que escape de los horizontes cotidianos que ponen como frontera de inclusión a la basura, la tierra, el barro, los caballos. Donde el imaginario colectivo y la materialidad geopolítica han dado a llamar como `borde oeste'. ¿Qué es lo que hay en ese borde? Aquel territorio que funcionaliza políticas de la burocracia monárquica y extravía dignidades como archivos en los cajones de las oficinas. El borde es también lo primero que da de comer, como así también es lo primero que se comen", sostienen desde la entidad.

"En todo este entretejido es que venimos construyendo un espacio desde los talleres de expresión, acerca de cómo rastrear otras imágenes posibles del barrio, o cómo intervenir las mismas imágenes de siempre con elementos artísticos que puedan darnos otro lugar, alguna otra perspectiva, otro aire, quizás un acontecimiento".

De ausencias y vacíos

"Los talleres tienen como eje convocante la fotografía. Digo eje convocante, porque fue y es quizás lo que primero sedujo a las chicas y los chicos para acercarse a los talleres. En su mayoría, la relación con la cámara es ninguna o sólo en ocasiones especiales como festejos familiares o con amigos. No es un objeto extraño la cámara, sí se hace extraña la relación de pensar en buscar una imagen para sacar la foto. Esto hace que podamos aquí correr la fotografía como eje del taller para encontrarnos en el rastreo de imágenes, que nos van a llevar en un proceso, que va de lento a acelerado de golpe, a que los chicos y chicas puedan quizás encontrarse en el barrio con otras imágenes", afirmó Marcos Barberis, de Canoa.

"El taller no es sólo esta idea hasta utópica, de poder redireccionar la mirada de encuentro con el espacio, sino que se propone intervenir las fotografías en papel, con actividades plásticas. La foto así deja de ser un elemento duro que sólo se construye a partir del recuerdo y la memoria, para ser una imagen activa, presente y potenciando el deseo de expresarse. Esto no es sólo una forma lúdica de encontrarse con la foto. Teniendo en cuenta la inundación de 2003 y la de 2007, la foto para los barrios del borde oeste ha quedado como el símbolo de la pérdida de la historia pasada, quizás el `perdimos todo' está significado en la pérdida, en muchos casos completa, de las fotos de la casa.

"No es el objetivo trabajar en el vacío o en la ausencia, sino más bien buscar pequeñas puntas de deseo, para poder ir construyendo formas de expresión artísticas. Lamentablemente, acerca de la ausencia y del vacío se encargan las políticas estatales", opinó.

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL