Llegan cartas
Cambio de hora, II

Señores directores: Quisiera verter algunos conceptos relacionados con la puesta en acto del nuevo horario. En primer lugar, no deja de sorprender que una vez más se haya impuesto la práctica rancia y malograda de adelantar o atrasar el reloj, que nunca dio buenos resultados. Además, en este caso, debemos tener en cuenta que ya veníamos con una hora de adelanto al horario solar. Ahora esa diferencia se ve extendida a dos horas. Vale decir que cuando el sol marca el mediodía ya son las 2 de la tarde en el reloj. Así, nos quedan varios interrogantes, porque, en realidad no sabemos si nuestros gobernantes quieren ahorrar energía o quieren terminar de gastar nuestra ya precaria paciencia y volvernos locos en una sociedad cada día más agitada y hostil.

¿No hubiera sido más saludable y provechoso establecer por decreto normas para un reacomodamiento de los horarios de las distintas funciones públicas y privadas, es decir: regular ordenadamente en la mayoría de los casos, por la simple traslación de horario de ingreso de aquel sector, por el cual se vería favorecido el mencionado ahorro? Por ejemplo: quien trabajaba de 8 a 12 horas, lo harán de 7 a 11 hs. ¿No sería más lógico, digo que entorpecer la normalidad de usos y costumbres, cercenando libertades, violentando y entorpeciendo la vida de la gente común?

Así, con el nuevo horario conseguimos jornadas verdaderamente desequilibradas, con tardes que duplican en horas-luz a las mañanas, estableciendo el mediodía cuando, según el sol, serían las 10, y teniendo en cuenta que son casi las 22 y aún no ha terminado de oscurecer.

Evidentemente, todo esto es un verdadero disparate, una agresión a la naturaleza y a nuestra naturaleza humana, un desequilibrio más, infringido al sistema ecológico. ¿O nosotros no somos parte de él?

Por otro lado, hablando de economizar ¿no sería sumamente beneficioso regular los horarios del comercio y establecer un feriado semanal obligatorio -en nuestro caso el domingo- con lo que se lograría, sin dudas, un gran ahorro de energía y se fomentaría un sano y sanador culto a Dios, a la familia y a la amistad?

A esto, debería agregarse un control adecuado del uso de la materia energética, sobre todo en el sistema de aire acondicionado -o calefacción en época invernal.

También por otro lado, vemos cómo se hallan en la vía pública letreros de propaganda de obras de gobierno, iluminados con reflectores de alto consumo.

Evidentemente, para esta clase de gobernantes es más simple, fácil, modificar el uso horario y tomarse unos días de vacaciones. Total, ya habrá tiempo de evaluar los resultados.

No hay duda de que a un pueblo como el nuestro -que, en buena medida, ha perdido el rumbo y ha decaído culturalmente en forma severa- se lo puede mantener y conducir a puro circo y con un "pan poco alimenticio".

Es hora de que los argentinos recuperemos nuestro sano orgullo y defendamos nuestra verdadera cultura e idiosincrasia, porque lamentablemente nos están haciendo hilachas.

Abel Weiner - DNI: 10.695.763. Ciudad.