Hay que dotar de equipos a la Policía

En junio del año pasado, cuando los niveles de violencia en el departamento La Capital presagiaban un récord en el número de homicidios, el gobierno de la provincia anunció una serie de medidas tendientes a fortalecer a la Policía de la Unidad Regional I.

No sólo se habló de la urgente incorporación de efectivos, además se aseguró que un millón y medio de pesos iban a ser destinados a reparar patrulleros fuera de servicio.

Seis meses después, la situación sigue siendo crítica. En la ciudad de Santa Fe existen entre seis y siete comisarías y subcomisarías que carecen de patrulleros en funcionamiento y esto, claro está, repercute directamente sobre la capacidad de reacción policial ante la persistente ola de delitos.

La realidad indica que alrededor de cincuenta unidades no están en condiciones de circular en la capital provincial y que, muchas de ellas, están literalmente fundidas debido al uso que cargan sobre sus ruedas.

Fuentes gubernamentales consultadas por El Litoral explicaron que en Santa Fe los patrulleros circulan ininterrumpidamente durante las 24 horas del día y que, prácticamente, no existen posibilidades de realizar el necesario mantenimiento técnico de los vehículos.

El objetivo inmediato del gobierno es reparar al menos 22 unidades durante los próximos días, para lo que será necesaria la habilitación de una partida presupuestaria especial de 150 mil pesos.

Pero en el mediano y largo plazo se sabe que habrá que equipar a la policía con al menos 500 nuevos automóviles y 300 camionetas en toda la provincia, lo que implicará un proceso licitatorio que llevará tiempo y requerirá de una importante inversión de fondos públicos.

Resulta verdaderamente llamativo que se haya llegado a una situación tan delicada y de tamaña carencia de recursos en las fuerzas policiales, sobre todo en la ciudad de Santa Fe, donde año tras año se vienen batiendo récords de violencia.

Se sabe que la inseguridad figura al tope en la lista de problemas que preocupan a los habitantes del departamento La Capital pero, aun así, se ha llegado a esta crítica situación por falta de recursos. Frente a esta realidad incontrastable, cuesta encontrar explicaciones convincentes sobre por qué no se equipó a la Policía con elementos esenciales para poder cumplir con su misión.

Desde esta columna editorial se viene insistiendo que la inseguridad y la violencia en la ciudad de Santa Fe tienen profundas raíces sociales, económicas y culturales, por lo que resulta una verdadera utopía suponer que la problemática puede solucionarse sólo con una mayor presencia policial.

Sin embargo, mientras se ponen en práctica políticas de fondo orientadas a una efectiva inclusión social -hasta ahora ausentes-, resulta imprescindible contar con una policía eficiente, profesional y correctamente equipada. Para ello, la respuesta gubernamental deberá ser inmediata.