Editorial
Según el color del cristal

Según el viejo refrán, "nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

En haras de la tan mentada transparencia de la cadena láctea, el Secretario de Comercio Interior se reunió el miércoles con representantes de los tamberos y la industria para analizar la estructura de costos y de la cadena de comercialización.

La idea, tantas veces postergada, plantea un desafío que no es menor. Implica "blanquear" los números de todos los eslabones de la cadena. Los productores son, tal vez, quienes se encuentran más expuestos en este sentido. De hecho, innumerables trabajos de investigación de entidades serias como el Inta han puesto sobre el tapete la realidad del tambero en cuanto a la ecuación costo-beneficio. El tema se complica si de verdad quieren ajustar la lupa sobre la cadena comercializadora.

Mientras tanto, el contexto sigue reflejando acuerdos que mantienen una precaria situación entre las partes. Ahora, el convenio suscripto permite subas del 2% para la leche común y del 4 % para los quesos, producto con un mayor valor agregado.

El Gobierno se comprometió a estudiar los costos de los tamberos y a evaluar la rentabilidad del resto de la cadena de comercialización, y la comisión de seguimiento de precios se reunirá a fin de mes con el Secretario de Agricultura, para intentar mejorar el precio de la leche que reciben los productores. De hecho, ya se tiene decidido compensar a los tamberos con el fin de asegurar el abastecimiento en el mercado interno. La resolución sería por tres meses para todos los tamberos, haciendo hincapié en los más pequeños.

Según dejan trascender los medios nacionales, la misma sería de siete centavos por litro para los tamberos que producen hasta 5.000 litros diarios; hasta 10.000 litros por día la ayuda sería de tres centavos por litro y después de ese nivel bajaría a un centavo. Es decir, si un productor tiene un tambo de 12.000 litros diarios, recibiría siete centavos por litro hasta los primeros 5.000 litros; 3 centavos el litro para los segundos 5.000 litros y luego, después de los 10.000, un centavo.

Hasta ahora, la industria láctea recibió casi 272 millones de pesos por haber cumplido con los acuerdos de precios. Pero más allá de saber si el dinero saldrá del aumento a las retenciones a la soja o del postergado fondo de 80 millones de dólares del precio de quiebre -del que todavía nadie vio una moneda-; lo importante sería que el gobierno imponga la verdadera transparencia en el funcionamiento de la cadena.

Que la misma se traduzca en una política clara a largo plazo, para que todos sepan a qué atenerse, cuánto invertir y cómo, y no a través de circunstanciales e intrincadas compensaciones. Para que la transparencia sea de verdad, sin el color de cada cristal con que se mire.