Recuperar energías. El sueño es el período reparador que nos procura el mantenimiento de la energía para continuar con las tareas cotidianas. Conviene seguir una serie de medidas para que nada lo perturbe. textos de Isabel Martínez Pita. + por Revista Nosotros
Se ha demostrado que el insomnio puede llegar a precipitar problemas diversos como la ansiedad o la depresión. Existen muchas formas de insomnio que pueden traducirse en la lenta y angustiosa llegada del sueño; despertarse antes de las horas que se consideran necesarias para que éste sea reparador; tener un sueño intermitente que nos haga despertarnos cada cierto tiempo o sufrir pesadillas cuyo origen desconocemos. Todas estas circunstancias nos llevan a que cuando nos levantemos tengamos la sensación de que no hemos dormido lo suficiente ni hemos descansado de manera conveniente.
Pero para alcanzar un sueño reparador y dormir en forma adecuada, los expertos consideran importante tener en cuenta algunos aspectos. Desde el punto de vista fisiológico, el cuerpo se debe sentir cansado y para dormir se debe tener el ambiente adecuado para ello, es decir, una cama cómoda en un lugar que nos resulte agradable. Si se cumplen estos requisitos se obtiene una desactivación cognitiva y fisiológica adecuada para que el sueño llegue con facilidad.
Durante una noche puede producirse la ausencia de estas circunstancias y degenerar en la pérdida del sueño; pero si se produce durante varios días se provoca un automatismo por costumbre que provoca el insomnio.
Por otra parte, la paradoja del sueño es que no puede ser provocado. Al contrario, cuanta más voluntad pongamos en intentar dormirnos más dificultad estaremos creando para poder llegar a hacerlo. Además, el hecho de que comencemos a pensar que si no dormimos convenientemente nos perjudicará en las tareas del día siguiente acrecienta la ansiedad y el consiguiente -y nefasto- insomnio.
Si consigue despreocuparse por una noche de insomnio romperá la cadena que la sugestión elabora en el momento de ver amenazado el sueño y retomará la costumbre de dormir a las horas que son convenientes.
Una dieta saludable también ayuda
Para reparar los desórdenes del sueño hay que saber cuáles son los alimentos o bebidas que nos pueden perjudicar. Aunque las razones para el insomnio pueden ser muchas de origen psicológico, tales como emociones, miedo o pavor, como el estrés o preocupaciones profundas, también pueden venir derivadas de una dieta no saludable. El alcohol o la cafeína también son perjudiciales.
Si se sufre de insomnio hay que averiguar qué es lo que hacemos mal en nuestra dieta, cuándo tomamos el último café o consumimos la última gaseosa. La cafeína es uno de los enemigos del sueño y ésta la contiene no solo el café sino también las bebidas colas, tan extendidas en la actualidad, pero cuyo poder excitante es uno de los causantes de muchos de los insomnios. Para evitar las consecuencias de estas bebidas, lo mejor es dejar de tomarlas a cierta hora del día y, por supuesto, nunca por la noche.
A veces, alguno de los medicamentos que podamos estar tomando eventualmente pueden perturbar nuestro descanso nocturno. Para evitarlo, lo mejor es acudir al médico y preguntarle sobre las posibles consecuencias que éstos tienen. Él será el mejor consejero a la hora de regular sus efectos.
