Muchos a merced de muy pocos

Quienes hayan tenido la suerte de visitar Uruguay, van a coincidir en lo placentero que resulta el paseo o descanso. No sólo por la belleza del paisaje marino o la arquitectura de las calles de algunas de sus ciudades, sino por la calidez del pueblo uruguayo.

Como una prolongación de los entrerrianos, tranquilos, amables, simpáticos, los charrúas están siempre bien dispuestos para hacer grata la estadía de los visitantes.

En este par de años que llevamos con los pasos fronterizos usurpados, los orientales vieron disminuir notablemente el turismo argentino, lo que perjudica una de sus principales fuentes de ingresos.

Sin embargo, muchos argentinos que gustan pasar unos días en Uruguay, deciden verano a verano llegar allí como sea.

Con menos opciones que los porteños, los del interior nos vemos en el dilema de elegir por cual de las dos rutas posibles será menos traumática la llegada. Aún así, todo es a cara o cruz, cuestión de suerte.

Muchos abogan en la causa contra la pastera de Fray Bentos, sin embargo, un pequeño grupo, tomando la ley en sus manos, haciendo caso omiso de tratados de convivencia internacional, coartan la libertad de los vecinos y la de sus compatriotas.

Los "dueños" de los puentes organizan horarios en los que "permiten" el cruce de personas. No más de una decena de sillas cruzadas sobre la ruta, otras tantas señoras sentadas en ellas tomando mate y algunos obstáculos rudimentarios, son el piquete que amarga e indigna a miles de personas.

Durante los fines de semana, cuadras de cola de autos esperan, al rayo del sol y con temperaturas que a ciertas horas superan los 40 grados, con chicos nerviosos y molestos, que el grupo fundamentalista mire el reloj y decida que ya está bien, que ya sufrieron demasiado los dueños de la pastera, que dieron otro paso más para que Botnia retire su fábrica, y libere el paso.

Mientras tanto, quienes deberían hacer cumplir la ley, viajan en aviones privados que los llevan a Uruguay lejos de la impotencia que sienten quienes todavía creen que hay otros métodos para conseguir las cosas.