Tras una intensa búsqueda de la Policía Federal
Dos hermanos se reencuentran en Vera después de 66 años
Haydé Palavecino, de 82 años, se había ido de su casa a los 16. Su medio hermano, Tito Alekcio, emprendió una búsqueda que lo llevó hasta la ciudad del norte santafesino, donde radica la mujer. El encuentro se produjo ayer.

Vera (C).- Cuando Tito Alekcio Palavecino inició su intensa búsqueda el año pasado, hacía más de sesenta años que no se tenían noticias del paradero de su media hermana, cuya existencia conocía por el relato de una tía. Realizó una denuncia ante el área de Búsqueda de Personas de la Policía Federal y, finalmente, pudo comunicarse días atrás con Haydé Palavecino en Vera, al norte de Santa Fe.

El esperado reencuentro entre ambos se concretó cuando Tito arribó a esa ciudad en la lluviosa madrugada del miércoles. Distendido y feliz por la reunión, expresó que, "cuando ingresé al camino del Señor, soñaba que tenía una hermana y me hablaba diciéndome que me había dejado cuando yo estaba en pañales.

"Ése fue el motivo por el que inicié la búsqueda -evoca Tito-, primero, en la Casa del Chaco y, después, en la Policía Federal, donde el subcomisario Fernández, también cristiano, me ayudó a encontrarla y me puso en contacto por teléfono. Así pude escuchar su voz por primera vez, y eso me llenó de gozo".

Vale destacar aquí la mediación de una nieta, Viviana Alonso, cuya participación la convirtió, celular mediante, en la primera persona que Tito encontró cerca de Haydé para llegar al final feliz que tuvo esta historia.

Después, vino la preparación del viaje que Tito -quien reside en la localidad bonaerense de Virrey del Pino- finalmente pudo realizar esta semana, sin conciliar el sueño a lo largo de las casi 10 horas que dura el trayecto de 720 kilómetros que separan a Vera de la Capital Federal.

Una vida en el norte

Haydé tiene en la actualidad 82 años. La emoción le hizo recuperar la memoria y recordar parte de su vida y, vagamente, a su hermano en pañales.

Confiesa que a los 16 años se fue de su hogar porque el papá "era muy malo y los castigaba mucho". Luego, la cosecha de algodón la llevó hasta el Chaco junto con otros hermanos que después regresaron. Sin embargo, ella decidió continuar sola y así prosiguió con su vida en el norte santafesino.

Tuvo dos parejas y cuatro hijos -dos varones, uno de ellos fallecido, y dos mujeres-, a los que crió trabajando en casas de familia como doméstica. Cada uno formó su hogar; viven en la zona.

Ella sigue siendo amante de la soledad y habita una humilde casita ubicada en el barrio San Martín de Porres, cercano al Aero Club. Actualmente, es beneficiaria de una pensión de la Ley 5110.

Tito permanecerá unos días en Vera, para hablar con su hermana y conocer parientes, y luego partirá, aunque con la promesa de regresar próximamente con su familia, para seguir disfrutando de este momento signado por la fe, que alimentó la esperanza que ahora es la alegría del presente.

Historia familiar

El origen de la familia se remonta a la zona de Pozo Limpio, en el interior santiagueño, a orillas del río Salado, lugar donde nacieron casi todos los hermanos. "Somos tantos que perdí la cuenta", explica Palavecino.

En el año 1974, falleció el padre y la familia emigró a Buenos Aires, donde cada uno construyó su vida. Algunos murieron; sin embargo, el mayor tiene 91 años y todavía recuerda a su hermana perdida, a la que muchos daban por muerta.

Tito Palavecino milita en la Iglesia Pentecostal, y esa fe es la que lo condujo hasta donde estaba la hermana de sus sueños.

Curiosidad.

Tito Alekcio Palavecino trabajó en el Frigorífico Yaguané, donde "faenábamos 2.500 cabezas diarias para exportación". Allí, tuvo de compañeros a los Vergara, una familia oriunda de Vera a la que visitó en el año 1986. Pero sin saber que en esa misma ciudad residía su hermana, a la que encontraría recién veinte años más tarde.