Patronazgo de Santo Tomás de Aquino
Los festejos por el Santo Patrono
Santo Tomás de Aquino. Escultura en madera que está ubicada en el interior del templo de la Inmaculada Concepción, parroquia a cargo del padre Javier González Grenón, quien completa la imagen. Foto: Agencia Santo Tomé

En 1948 se propugnó, el 8 de diciembre (Inmaculada Concepción) como Fiesta Patronal del Pueblo por sobre el 7 de marzo, instituido en 1897. Una asamblea popular liderada por Nazareno Giombi defendió la fecha original y consiguió su restauración.

No se puede negar que hace sesenta años atrás, las fiestas patronales de Santo Tomé se vivían de otra manera, con otra pasión, con otra intensidad y con otra dedicación. Tal era el sentido que le daba la comunidad santotomesina a dicha celebración, que en 1948, cuando se quiso cambiar la fecha del 7 de marzo por la del 8 de diciembre -que es el Día de la Inmaculada Concepción-, se generó un "lindo revuelo", por así decirlo, que derivó en la constitución de una asamblea popular, lo que no es poco decir. Cierto es que el 7 de marzo de 1897, reunidas las principales autoridades del pueblo, se había resuelto proclamar públicamente al religioso dominico Santo Tomás de Aquino como patrono principal de Santo Tomé, mediante la firma de un acta. Había sido a instancias y conocimiento de monseñor José María Gelabert -fallecido el 23 de noviembre de ese año-, que era hermano prior de la Orden de Santo Domingo, cuyo máximo es el célebre Tomás de Aquino, sacerdote, filósofo y teólogo italiano (1225-1274). De allí su elección y sugerencia.

Un poco de historia

En su momento, algo enfermo y agotado, Gelabert se había retirado a su residencia santotomesina, tras haber sido obispo de Paraná, diócesis que por entonces abarcaba las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, así como los territorios de Chaco y Formosa. En el marco de su extensa labor pastoral y comunitaria en Santo Tomé, Gelabert supo impulsar y apoyar económicamente la construcción del edificio que sería destinado para la parroquia que los propios pobladores del lugar habían ayudado a crear hacia 1887, encargándole el proyecto de construcción a su arquitecto amigo Juan Bautista Arnaldi.

Justamente, el 26 de agosto de aquel año, un decreto del propio Gelabert consagró la fundación de la flamante parroquia, poniéndola bajo advocación de la Inmaculada Concepción y de Santo Tomás de Aquino, de allí el nombre completo de la misma (hoy en día a cargo del presbítero Javier González Grenón). Luego, más precisamente el 4 de noviembre de 1894, se inauguró como sede parroquial el notable templo erigido frente a la plaza central del pueblo, el que aún hoy llama la atención por sus dimensiones y su estilo de edificación. Allí, Gelabert no sólo pronunció uno de sus más recordados discursos, sino que dedicó la parroquia a la Inmaculada Concepción, nombrándola patrona y titular de la misma, determinaciones que constan en la respectiva acta.

La voz de los vecinos

En 1948, el cura párroco de la citada parroquia era Luis Visentín quien propugnó la celebración del 8 de diciembre como Fiesta Patronal del Pueblo, porque ése es el Día de la Inmaculada Concepción y basado en lo actuado en 1894. Su interpretación generó un decreto arzobispal reconociendo el cambio, pero este provocó la natural reacción de las autoridades comunales, así como la de toda la comunidad pueblerina. Entonces se convocó a la ya mencionada asamblea popular, que quedó presidida por un vecino muy respetado, Nazareno Giombi (padre del ex jugador de Colón de Santa Fe, Julio César "Toro" Giombi), quien estaba secundado como secretario por otro recordado habitante de Santo Tomé por su intachable trayectoria, Juan R. Cifre.

Tras producirse algunos encuentros y luego de diversas gestiones, los vecinos -que contaban con el inestimable asesoramiento del destacado docente Faustino M. San Juan-, lograron llegar a un acuerdo y a la posterior realización de otra asamblea, en este caso con la presencia del padre Visentín, propulsor de la mutación de fechas. Allí se resolvió volver la fiesta patronal a la fecha del 7 de marzo, a respetar a Santo Tomás de Aquino como primer patrono del lugar y a la Inmaculada Concepción como titular de la parroquia, comprometiéndose Visentín en conseguir la palabra oficial del Arzobispado en tal sentido. De tal manera concluyó la controversia, puesto que el documento episcopal no tardó en llegar, reconociendo el festejo tradicional del santo patrono, que ya llevaba más de cincuenta años de historia (aquí condensados gracias a una reseña realizada por el profesor Ernesto Grenón).

Ariel Durán-Sergio Ferrer