Cultura: CULT-01
De Italia con amor
El pintor de las mujeres
Italiano, de Trieste, radicado en la Argentina desde 1968, Benito Tarcisio Postogna pinta desde su más tierna adolescencia. Reparte su tiempo entre Italia y Santa Fe, donde viven su mujer, sus hijos y sus nietas. Dice que su estilo se puede considerar un expresionismo sui géneris, con total preponderancia de la figura humana.

Laura Osti

"Nací unos cuantos años atrás, en el '39, en Trieste, Italia, y comencé con la pintura, con mi aproximación a la pintura, muy jovencito, entre 1953 y 1954", reseña Benito Tarcisio Postogna, con su inconfundible acento italiano.

En una amena charla en su atelier, ubicado en lo alto de su casa, en pleno centro de Santa Fe, cuenta aspectos de su vida, que tiene verdaderos ribetes novelescos, mientras sus ojos azules se mueven con vivacidad a uno y otro lado, indagando todo desde atrás de unos enormes anteojos.

"Creo que el disparador fue un viaje que hicimos con mi hermano y mis padres a Venecia -dice. Antes de ese viaje, yo comencé a mirar libros y relatos sobre esa ciudad, y cuando fuimos, ya conocía los palacios, las obras. En esa ocasión nos quedamos unos tres días, y yo iba reconociendo lo que ya había visto en los libros. Tenía unos 14 ó 15 años y estaba cursando la segunda parte de la primaria, allá el sistema era distinto. Más o menos en esa época, comencé a pintar". Y señala que en 1955 expuso sus primeras obras. "Eran dos, todavía las conservo", sonríe. "Era todavía autodidacta. Luego terminé mis estudios, tomé clases de arte con un maestro y después ingresé en la Escuela de Bellas Artes... pero sucedió que me tocó hacer el servicio militar y fui sorteado con dos años de Marina y yo no tenía ganas", se ríe. "Entonces comencé a buscar adónde ir y cómo no hacer el servicio militar... Había una ley que decía que si conseguía un contrato de trabajo en el extranjero, el servicio militar quedaba suspendido, no eximido, pero sí suspendido... Comencé a buscar hacia dónde marcharme. En esa época había mucha migración a Australia y a Canadá, pero necesitaba que alguien me contratase y nadie me contrataba... Un día escuché por radio que ofrecían trabajo para decoración de barcos en Brasil, me presenté con mis antecedentes y tuve una charla con un ingeniero naval y quedamos de acuerdo. Contratado, me fui a Brasil. Eso fue en 1960".

El viaje que cambió su vida

En el país sudamericano, Postogna continuó pintando, además de desempeñarse como decorador de barcos, y se quedó hasta 1968. "Pero en un viaje...", anuncia con una sonrisa y un toque de misterio. Antes de develarlo, explica que "yo podía volver a Italia una vez por año, quedarme un máximo de 90 días, después de los cuales, si permanecía en el país, tenía que presentarme para hacer el servicio militar. En uno de esos viajes, en 1966, a la ida desde Brasil a Portugal, conocí una chica, que actualmente es mi esposa". La sonrisa ilumina todo su rostro al hablar de Juanita, la santafesina que lo encandiló en aquel inolvidable viaje en barco, que la joven compartía con unas amigas.

La relación prosiguió, a pesar de las distancias, y en 1968, Benito se mudó a la Argentina. "Me cansé de los carnavales de Río, también uno se cansa de esas cosas", comenta. "Me quedé cuatro años en Buenos Aires, después me casé y me vine a vivir a Santa Fe". Con Juanita, una maestra diferencial ya jubilada, tuvieron tres hijos, dos mujeres y un varón, y ahora ya tienen dos nietas.

Un poco aquí, un poco allá

Benito pinta todos los días. "Hace más de veinticinco años que mi única actividad es la pintura -asegura. Siempre viajé a Italia con cierta frecuencia. Viajaba y hacía alguna exposición. Hace unos cinco años decidí no mudarme a Italia pero intentar vivir un poco acá y un poco allá, porque la situación aquí después de 2001-2002 era bastante jorobada. Decidí ir a Italia y desarrollar mi actividad allá y hacer al revés, venir de vez en cuando para acá, y funciona", afirma. En Trieste, están su hermano y unos amigos artistas, ex compañeros de la Escuela de Bellas Artes, con quienes formó el Gruppo Quadra. Son los pintores Enzo E. Mari, Claudio Nevyjel y Megi Pepeu, con quienes organiza muestras conjuntas. "En todo este tiempo, prácticamente no expuse aquí en Santa Fe, tengo mi vida organizada allá, entonces ahora estoy viendo de organizarla también acá".

"Mi estilo de pintura puede entrar dentro de lo que es expresionismo, pero muy sui géneris, porque una de las características del expresionismo es el uso de colores fuertes y el mío es un tipo de esa corriente que usa colores de una paleta muy baja, colores muy apagados, pero que mantiene del expresionismo la característica de una deformación", explica. "Mi pintura es una galería de personajes, siempre la figura humana", añade.

Sin elementos reales

Respecto de la deformación, comenta que "ya a comienzos de los años '60 apareció pero era distinta, después cuando el interés mío se centró definitivamente por la figura humana, opté por estudiarla mejor, en la forma clásica, los huesitos, los músculos, toda la estructura, para poder pintar en completa libertad. Yo no uso modelos, no uso elementos reales, pienso en una persona en una posición y la dibujo, lo tengo en la mente ya definido. Cuando en mi mente está definida, la persona, el personaje o la posición de un brazo, de una pierna, de algún elemento que constituye la forma humana, el ensamblaje inclusive entre varias figuras, que es lo que más me gusta, entonces sale solo. Más que la representación del cuerpo es lo que dice el cuerpo".

Benito admite que "pintar es una cosa que yo amo hacer, pero al mismo tiempo considero que si elegí dedicarme a esta actividad, lo tengo que hacer en forma profesional. En Europa, existe un mercado de arte, en Italia la gente compra obras de arte. Es más fácil y cómodo que vender acá o en Buenos Aires".

Pero mañana, Postogna se reencontrará con el público santafesino con una muestra que expondrá en la galería Imago. "El tema es la mujer -adelanta. Se me ocurrió hacer una muestra sobre el personaje que predomina en mi obra que son las mujeres. Son 33 obras, excepto una que se llama `El Intruso', que es un hombre adentro del mundo de las mujeres, un hombre de espaldas y hay siete mujeres sentadas charlando", comenta con una sonrisa pícara. Y para fines de julio, ya tiene planeado otro viaje a Italia para organizar una muestra allá.

Inauguración

Mañana a las 20 en Imago, espacio de arte de Osde -Rivadavia 3238-, quedará inaugurada la muestra de Benito Postogna. El catálogo de exposición incluye un texto del presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes, Jorge Taverna Irigoyen. Treinta y tres obras de los últimos años de creación de artista integran la exhibición.