Opinión: OPIN-01 La visita de Benedicto XVI a Estados Unidos

La visita del Papa Benedicto XVI a los Estados Unidos está cargada de significados políticos y religiosos. Esta no es la primera visita que un Papa realiza a ese país, pero es probable que sea la que dé lugar a más controversias. El hecho de que Bush esté a punto de concluir su mandato, uno de los más polémicos de las últimas décadas, contribuye a despertar más interrogantes sobre los verdaderos motivos de la visita.

Respecto de la opinión pública, uno de los temas que interesa es el de la guerra en Irak. La posición de la Iglesia Católica fue muy crítica a la intervención norteamericana y, por lo tanto, el cordial agasajo que Su Santidad recibió en la Casa Blanca no se sabe si responde a las normas habituales del protocolo o son una expresión simbólica de simpatía a un líder religioso que en los últimos meses ha tenido, con relación al Islam, posiciones que, en el más suave de los casos, merecen calificarse de polémicas.

Sin renunciar a sus posiciones conocidas sobre la guerra y la paz y sobre el respeto a los derechos humanos, Benedicto XVI señaló en esta visita que por el momento es necesario que Estados Unidos se quede en Irak, porque su retiro provocaría problemas mayores. Desde el punto de vista del sentido común la reflexión es difícil de cuestionar, pero no se puede ocultar que en el aserto hay una diferencia con las posiciones que la Iglesia había sostenido hasta la fecha.

Recordemos que el famoso discurso del Papa en la Universidad de Ratisbona provocó en su momento la protesta del Islam, protesta excesiva, violenta, pero que respondió a lo que más de un observador calificó como una imprudencia del Pontífice. Si a este discurso se lo relaciona con posteriores declaraciones acerca de la religión musulmana y la reciente y muy publicitada conversión del Islam al cristianismo de un famoso periodista, puede entenderse por qué los principales líderes de la comunidad musulmana en los Estados Unidos desalentaron un encuentro con el Papa.

Benedicto XVI se reunirá además con los rabinos de la influyente comunidad judía norteamericana. También en ese encuentro habrá algunas cuestiones que deberán aclararse debidamente. No hace mucho tiempo este Papa ordenó incorporar a la misa en latín una oración que pide por la conversión de los judíos. Atendiendo a los antecedentes en la materia y a las reformas promovidas por Juan XXIII y Pablo VI, este cambio ha sido percibido como un retroceso. Los voceros del Vaticano en su momento han explicado los motivos de esta decisión y han descartado rotundamente que la iniciativa signifique un retorno a cuestiones antisemitas.

Por último, en este viaje Benedicto XVI se ha manifestado con absoluta claridad acerca de la vergüenza que representa para la Iglesia Católica la conducta de los sacerdotes pedófilos. Como se sabe, en EE.UU. hubo alrededor de cinco mil denuncias sobre abusos sexuales que sacerdotes católicos han cometido con menores.

En principio, la Iglesia Católica consideró que se trataba de una campaña de desprestigio, pero luego admitió la triste realidad, admisión que incluyó indemnizaciones que ascendieron a unos dos mil millones de dólares.