Luego de cinco extenuantes horas de reunión, los representantes del campo y del gobierno nacional dejaron los despachos de la casa rosada con la sensación de haber dado un primer paso. Aunque pequeño, casi insignificante ante la magnitud del reclamo, el compromiso de ampliar el cupo exportador de carnes hasta 550.000 toneladas por año implica un gesto. Claro que para que se lograra, la dirigencia rural debió hacer oídos sordos a las insinuaciones y provocaciones a los que fueron sometidos antes y durante la misma.
Para el vice de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti, quedó evidenciada la estrategia oficial de pretender sacar de los cabales a los dirigentes del campo para que abandonen la reunión, cosa que finalmente no ocurrió.
Dicha estrategia incluye todo tipo de declaraciones mediáticas que, lejos de apaciguar los ánimos, desde la Presidenta hacia abajo, se encargan de continuar con las acusaciones al sector agropecuario. Las mismas parecen haber recobrado argumentos con los recientes inconvenientes generados con el humo proveniente de la zona de islas.
Para quienes desconocen el tema, es conveniente aclarar que el fuego, lejos de ser una herramienta de manejo ganadero, es una grave consecuencia de determinadas causas de la que la mano del hombre tiene una incidencia relativa. Hay que tener en cuenta que para esta altura del año, quemar el poco pasto que queda no parece ser el mejor negocio para el productor que debe encarar un invierno demasiado seco, con el río muy bajo y con bajos índices de humedad relativa, los que favorecen el esparcimiento de este flagelo.
Si bien en algunos lugares la quema se practica para mejorar la agricultura, es ciertamente improbable que los fuegos que asolan la ciudad de Buenos Aires sean provocados por productores rurales, aunque al gobierno nacional le sea conveniente abonar esta hipótesis para continuar acrecentando su política de desprestigio al sector.
El martes volverán a verse las caras, y es de esperar que las actitudes cambien en beneficio de un acuerdo sincero al problema. Flaco favor le hacen a la crisis y al país los funcionarios nacionales con esta campaña de declaraciones peyorativas para con el campo.
En esta cuenta regresiva que termina el 2 de mayo, las horas cuentan para apurar una solución y evitar que el conflicto resurja en las rutas del país. Las bases están respetando la tregua pero siguen sin recibir soluciones; la cuerda sigue tensa y se puede llegar a cortar.