Región: REG-07
Pese a la versión oficial
"El fuego también calcina el suelo"
Edmundo Angel Montagna es productor ganadero. Desde hace más de cuarenta años trabaja dos islas cercanas a Coronda y sobre el Paraná Viejo. En toda esa vasta experiencia descarta abiertamente el uso del fuego como herramienta de manejo y ajusta la lupa sobre los cazadores furtivos y las condiciones ambientales que lo favorecen.

Federico Aguer - [email protected]

Para el gobierno nacional, el humo que invadió la ciudad de Buenos Aires y favoreció las condiciones para que se produjeran tres graves accidentes de tránsito, fue provocado por incendios intencionales de productores ganaderos.

Sin embargo, esta práctica es muy poco habitual en la zona de islas, sobre todo a esta altura del año, cuando el tema de las pasturas es vital para pasar el invierno con la hacienda en las mejores condiciones.

Para Montagna, el problema responde a la multiplicidad de factores climatológicos que favorecen el desarrollo de los focos ígneos en las zonas isleras.

"Nosotros hacemos recría y engorde. Compramos el novillo de color u Holando con año y medio y se lo engordamos dos años de recría en la isla", aclara.

"Mucha gente opina del tema, pero lo cierto es que nuestro manejo prohibe la quema de la isla y menos a la entrada del invierno. En abril y mayo empiezan a venir las primeras heladas y el pasto se seca. Si uno la controla bien y no la recarga en verano, esa pastura alcanza para pasar el invierno, porque si bien se seca la hoja la caña el animal la come", continúa.

Una cuestión de peso

Según Montagna, el animal que pasó el verano e hizo kilos, en el invierno baja de 30 a 40 kg., inclusive con pasto bueno. Si se quema el pasto ahora no crece nada hasta la primavera. Lo único que puede rebrotar ahora en las lomas es la cebadilla, pero es un pasto exclusivo de las zonas altas, las que no se pueden recargar con demasiada hacienda. En la zona baja crece el canutillo, pastura que alcanza cuando la humedad es buena.

"Si un productor quema estas pocas pasturas a esta altura del año, el animal puede bajar hasta 150 kilos en el invierno, condicionando fatalmente su crecimiento y la renta del productor", asegura.

"El Ministro Randazzo dijo que esto era para hacer más rentable la producción. Me gustaría que viera cómo van a quedar esas islas y si él les va a llevar fardos a esos productores. Eso queda hecho un patio, porque estamos atravesando un período de sequía", acusa.

Para este productor, en nuestra zona es fundamental el apoyo de la guardia rural Los Pumas. Además, los puesteros están controlando que no se quemen los pastos. "Si se controlan los pastos que vinieron en verano, restan pajonales de carrizos con matas donde se guarece el animal y también le sirve de alimento. A nadie se le ocurre quemar el único refugio que tienen los animales en la isla durante un crudo invierno", continúa.

No es común

Según la experiencia de este productor, en nuestra zona esto se trabaja así, y difícilmente difiera mucho del manejo realizado en la zona donde se ocasionaron estos incendios. "No creo que en esa isla el manejo difiera demasiado de lo que hacemos aquí. En un período de incertidumbre general con los embarque s de exportación cerrados, hacer algo así sería un suicidio".

Los meses de enero y febrero fueron secos, aportando escasos márgenes de humedad, los pastos han semillado, se van secando y endureciendo, por lo que si se quema se va lo seco y lo verde. Para Montagna, en la isla el pasto que cumplió su ciclo forma una hojarasca, un rastrojo que se "atacaba". Mientras el fuego va por arriba, otro va por abajo como en un cigarrillo, y avanza de manera imperceptible. Incluso una leve brisa lo puede reactivar.

"Todas estas circunstancias colaboran, junto con un río bajo, bañados y aguadas secas. Los carpinchos y las nutrias se van a las maciegas (pasto amontonado o endurecido) y hacen parvas para anidar. Vienen los cazadores furtivos y les prenden fuego. Por eso tenemos que estar persiguiendo a esa gente que ocasiona graves daños. Pasa algo similar a cuando vino la plaga de la rata, cuando la isla quedó pelada y se morían los animales.

Cuando termina el invierno a veces se quema algún pajar de 50 o 100 metros, pero no prospera por el verdor de los pastos circundantes que lo limitan", finaliza.

El fuego como herramienta

Para la práctica agrícola, el manejo del fuego ha sido históricamente una herramienta para ayudar a reverdecer las pasturas o para eliminar pajonales. De hecho, en nuestra provincia es un mecanismo utilizado en cultivos como el algodón y el arroz. Sin embargo, no es aconsejable a largo plazo por la eliminación de la materia orgánica que provoca.