Región: REG-09
La experiencia de un contratista
Pocos rollos, menos tambos y más soja
Danilo Cifre opera una rotoenfardadora en los alrededores de Campo Andino. Asegura que el enrollado de alfalfa disminuyó considerablemente por la retracción de la ganadería y el avance de la agricultura.

Juan Manuel Fernández - [email protected]

A medida que se suceden las campañas, la agricultura sigue ganándole hectáreas a las actividades ganaderas. Prácticamente con el ciclo 2007/08 terminado, a muy pocos kilómetros de la capital santafesina se ven menos campos con pasturas y menos rollos a la vera de la ruta.

Danilo Cifre, contratista de Campo Andino que divide sus tareas entre los servicios de trilla y el manejo de una moderna rotoenfardadora, asegura que en los últimos años la soja le ganó terreno a los tambos y a la producción de carne. Las causas son por todos conocidas: manoseo del precio de venta por parte del Estado, falta de señales claras a mediano plazo, incertidumbre permanente y encarecimiento de los costos, factores que a la mayoría les deja como única salida el pase a las actividades agrícolas, pero sobre todo a la soja.

Menos tambos

Antes de que comenzaran a caer las heladas, señal inequívoca de que se termina la zafra de pasturas, Danilo no vaciló en señalar que -comparado con años anteriores- la campaña es floja, sobre todo por la menor área sembrada con alfalfa.

En la zona de Campo Andino antes se veía más pastura, pero ahora es la soja la que manda. El contratista explicó que los productores primero se garantizan un ingreso con el cultivo y luego aprovechan el residuo para alimentar el rodeo. "Los dejan (a los animales) que coman palito seco nomás", dice Danilo, quien recuerda que cuando todavía había tambos en la zona también había más alfalfa para enrollar. "Este año habremos hecho, si te digo mucho, 200 rollos en 2 o 3 lugares nomás", se lamenta tras recordar que alguna vez llegó a confeccionar hasta 5.000 rollos de alfalfa en una sola campaña. Y no se refiere a un pasado lejano, sino tan sólo 2 campañas atrás.

El contratista aseguró que en enero y febrero las actividades ganaron ritmo gracias a la recolección de moha. Y es la antesala de otra alternativa para los contratistas: el enrollado de los rastrojos de la gruesa -sorgo y soja- antes de que llegue el invierno. "La mayoría hacen eso: te trillan un sorgo, te lo cortan y enrollan el rastrojo; siembran una soja 8.000 que da mucho volumen y la enrollan; después meten todas las vacas en una cañada, le llevan esos rollos y se terminó lo de hacer pasturas". Según Cifre, cuatro años atrás "en la zona había 50 tambos, entre chicos y medianos; y toda esa gente empezó a hacer eso". Además, el achicamiento de la superficie destinada a ganadería generó prácticas atípicas como el aprovechamiento del pasto que crece en las banquinas. Por eso en estos días se vió algunas rotoenfardadoras apurando el tranco a la vera de la ruta 2 enrollando maicillo.

Sin humedad

Aunque es notable la tendencia a disminuir el área forrajera, los que siguen apostando a la ganadería sí están tomando recaudos. Sobre todo por la experiencia del otoño 2007 y las excesivas lluvias que arrasaron con las pasturas. "El año pasado había muchas alfalfas buenas pero con las lluvias se murieron todas; lo único que había eran rollos de rastrojo", recordó Cifre, al tiempo que confirmó que muchos tratan de ponerse a cubierto: "el que el año pasado hicieron 100/150 rollos, este año hizo 200/250", agregó.

El otro factor inquietante es la falta de precipitaciones y el mayor riesgo de heladas que ello significa. Para esta altura se esperaban mayores lluvias, por lo que ya se vaticina un invierno muy complicado. "Mucha gente también especula a eso: hacer muchos rollos porque está tirándose a seco, cuando caigan cuatro o cinco heladas grandes se va a complicar también al no llover" , concluyó el contratista.