Opinión: OPIN-06
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Educación y libertad

Nacido en 1921 en Recife, Brasil, Paulo Freire se convirtió en una referencia obligada de la nueva pedagogía en el ámbito de los países del tercer mundo. Concibió una metodología que fue utilizada en Brasil en campañas de alfabetización, con las que se pretendía además otorgar dignidad, conocimiento y apertura a la esperanza de los desposeídos. Falleció en San Pablo, en 1997.

"La educación como práctica de la libertad", como el propio autor explicita en 1965, trata "el dilema básico que se presenta hoy, en forma ineludible, a los países subdesarrollados, al Tercer Mundo. La educación de las masas se hace algo absolutamente fundamental entre nosotros. Educación que, libre de alienación, sea una fuerza para el cambio y para la libertad. La opción, por lo tanto, está entre una `educación' para la `domesticación' alienada y una educación para la libertad. `Educación' para el hombre-objeto o educación para el hombre-sujeto".

Con conceptos, a menudo datados, pero que no dejan de ser importantes por el testimonio que ofrecen sobre la manera en que se concebía una nueva pedagogía en las últimas décadas del siglo pasado, "La educación como práctica de la libertad" se centra sobre las experiencias que el autor realizara en Brasil, en una sociedad que consideraba en transición, en la cual contenidos sin sentido buscaban preservarse y otros que emergían buscaban planificarse; un tiempo, en definitiva, que se ofrecía a una renovación, un escenario en el cual el nuevo tiempo se engendraba. Finalmente, el interés se centra en el tema de la democratización de la cultura, para lo cual se plantea la necesidad de enfrentar los déficit cuantitativos y cualitativos de la educación. La alfabetización y toda tarea de educación debería según Freire procurar la integración del individuo a su realidad nacional, en la medida en que pueda gestar en el educando un proceso de recreación, de búsqueda, de independencia y, a la vez, de solidaridad. Publicó Siglo XXI.