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La población cuenta con agua potable, pero muchos no se atreven a consumirla. Por ese motivo, compran agua envasada, que ya comienza a escasear. Comienzan a analizar a cuánto pueden llegar las pérdidas en áreas productivas de la región.
Télam/DyN/EFE/AFP
La lluvia de cenizas del volcán chileno Chaitén amainó en San Carlos de Bariloche y El Bolsón, en Río Negro, pero en el sur provincial el agua superficial estaba contaminada, mientras en Buenos Aires fueron cancelados vuelos desde Ezeiza y Aeroparque.
Las condiciones climáticas en Bariloche y en El Bolsón fueron ayer óptimas, por lo que se aprovechó la jornada para vaciar los tanques de agua en escuelas urbanas y verificar la calidad del agua, mientras que los vecinos despejaron autos y veredas de la ceniza acumulada.
En cambio, los problemas se agravaron en otras comunas del centro y sur de Río Negro, hacia donde se dirigieron entre el jueves y viernes las cenizas del Chaitén, que entró en erupción el 2 de este mes.
Fuentes del gobierno provincial indicaron que uno de los lugares más comprometidos es Ñorquinco, en el sudoeste de la provincia, donde las cenizas contaminaron el agua superficial que toman los pobladores de arroyos y aguadas. En otras localidades, la preocupación mayor pasa por el impacto de las cenizas sobre las pasturas del ganado ovino, al afectar en amplios sectores al alimento de los animales.
El Ministerio de Producción de Río Negro y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria encararon un relevamiento para determinar el número de productores y animales damnificados y organizaban la distribución de avena para alimentar al ganado.
Los especialistas detectaron, además, que existe el peligro de ingreso de cenizas al vellón de las ovejas que, en caso de humedecerse por la lluvia, podrían generar un peso considerable y matarlo al impedirle caminar.
En Esquel y otras localidades del oeste de Chubut, como Trevelin, Corcovado, El Maitén, Carrenleufú y Lago Puelo, la caída de cenizas fue constante durante toda la jornada de ayer, por lo que los habitantes concurrieron a los centros asistenciales a hacer consultas, la mayoría por irritaciones en la vista.
Tanto ese municipio como el gobierno provincial aseguraron que el agua es potable porque se extrae de napas subterráneas, pero la población es reacia a consumirla y prefiere el agua mineral, cuyo precio oscila entre 2,50 y 7 pesos la botella de un litro y medio.
Pese a esos valores, los comerciantes advirtieron que escasean los bidones de cinco litros y quedan pocos de un litro y medio, y lo mismo ocurría con los barbijos, que se venden entre 1 y 9 pesos.
Ausentismo escolar
Las clases en Esquel se dictaron con normalidad, aunque hubo un índice de ausentismo de alumnos cercano al 80 %, mientras que la cooperativa de electricidad analizaba realizar cortes programados para limpiar los transformadores, ya que pueden entrar en cortocircuito por la ceniza.
En Buenos Aires, la nube de cenizas permaneció a 3.500 metros de altura y no causó trastornos a la población, pero provocó la cancelación de todos los vuelos hacia los aeropuertos de Chubut, Mar del Plata, Montevideo y Punta del Este.
Las empresas estadounidenses American y United Airlines cancelaron sus llegadas y partidas hacia y desde los Estados Unidos en el aeropuerto internacional de Ezeiza, debido a que la ceniza puede dañar las turbinas.
La nube volcánica también estaba presente en otras comunas, como Bahía Blanca, en el sur bonaerense, en donde se mantenía por tercer día consecutivo y reducía la visibilidad a 9 kilómetros.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) precisó que la ceniza volcánica estaba sobre gran parte de las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y Chubut y Capital Federal, y pronosticó que permanecerá estacionada durante las próximas horas.
En Chubut y Río Negro, la ceniza volcánica tiene más efectos en la población debido a su mayor densidad y presencia en niveles medios y bajos de la atmósfera, destacó el SMN.
El volcán entro en erupción el 2 de este mes. Los especialistas no pueden precisar hasta cuándo emitirá ceniza y material particulado, ya que aún había magma en el interior, por lo que fueron evacuados todos los pobladores cercanos y las autoridades chilenas evaluaban reubicar la localidad de El Chaitén.
Por Internet
Vecinos de El Bolsón y Esquel comenzaron a ofrecer a través de Internet las cenizas del volcán chileno Chaitén, que caen en esas localidades, a precios que van de 5 a 10 pesos por una cantidad no siempre definida del artículo.
Las primeras ofertas aparecieron en el portal mercadolibre.com, donde hay tres oferentes con distintos ingresos.
El más destacado se identifica como "Juangasquez" y cuenta con 23 opiniones a favor y ninguna en contra.
"Ceniza del volcán Chaitén 100 por ciento pura, caída en El Bolsón", reza textualmente el título de la oferta, que pone una base mínima de 10 pesos.
¿Las cenizas pueden llegar a Santa Fe?
"No sería extraño que las partículas lleguen a Santa Fe si se dan determinadas situaciones especiales, respecto de la circulación atmosférica. Puede haber vientos del sudoeste a 5.000 ó 6.000 metros de altura que pasen por la zona del volcán y luego pasen por Santa Fe", comentó el Dr. Norberto García, experto climatólogo, docente e investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Las erupciones volcánicas liberan a la atmósfera productos que dependiendo su tamaño y peso- pueden mantenerse en suspensión durante mucho tiempo. El destino de estas cenizas está sujeto a la circulación general atmosférica, de acuerdo con la dirección de los vientos prevalentes. "En el caso del volcán Chaitén, los vientos prevalecientes en altura son del oeste o sea que lo que va a hacer es llevar los productos de la erupción -tan lejos como lo permita su peso- pero siempre hacia el este, hacia nuestro territorio", explicó el climatólogo.
"No nos sorprende que la ceniza volcánica (partículas de tamaños micrométricos) alcance áreas distantes a más de mil kilómetros de la cordillera, dado que ha ocurrido en el pasado geológico", indicó la Dra. Daniela Kršhling docente e investigadora en geología de la UNL.
Las cenizas son el material más pequeño y fino que arroja la actividad volcánica. "Este material llamado piroplástico puede tener diferentes tamaños. Las partículas más pequeñas rondan los 20 a 40 micrones (milésimas partes de milímetro) y se perciben como polvo al tacto", contó Kršhling.
Las cenizas están conformadas por un material típicamente volcánico que se llama "vidrio volcánico". Observadas bajo el microscopio puede verse la estructura de los fragmentos que es, en general, puntiaguda. "Por el tamaño y la forma de los granos tan finos afecta las vías respiratorias y se acumula en ellas. Por otra parte hay que considerar la composición química que puede tener el material piroplástico que no solamente es vidrio volcánico. Sin embargo, vale aclarar que en esta zona estamos muy lejos del centro de salida de esos materiales, se dispersan muchísimo y no es para alarmarse", comentó la geóloga.
Por otra parte, las cenizas repercuten en el clima. La cantidad de partículas que son incorporadas a la atmósfera pueden producir un "efecto invierno", es decir, alterar la temperatura normal. Las partículas impiden el paso de la luz y ésta se difunde; por lo tanto, las temperaturas no suben por efecto de la radiación solar tanto como normalmente ocurre en ciertas horas del día. A escala diaria, eso ya se está sintiendo en el país.
"La cordillera andina es una de las zonas más activas del planeta, y tiene numerosos centros volcánicos activos e inactivos. Este fenómeno a escala humana es llamativo, pero a escala geológica es normal", señaló Kršhling.
La presencia de cenizas volcánicas en la región de la llanura pampeana no es un evento aislado. "Hemos encontrado con buena frecuencia estratos o capas de ceniza volcánica (en su mayor parte vidrio volcánico) aflorantes en barrancas naturales, algunas con espesores de varias decenas de centímetros", comentó la geóloga.
En algunas épocas recientes de la historia geológica, la gran llanura argentina y áreas vecinas hacia el norte y el este han recibido también importantes volúmenes de material piroclástico fino procedente de la cordillera patagónica andina.