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Mercados y tendencias
La incertidumbre se paga caro
Esta semana volvió a reinar la desilusión en el agro. La tregua terminó sin arrojar resultados concretos y los productores volvieron a la protesta, con el mandato de no comercializar granos para la exportación. La cohesión del sector es inédita.

Flavia Rossi

Terminó la tregua, crecen los desentendidos y se multiplica la incertidumbre. Cansados de la hostilidad hacia el negocio de exportación, el campo acordó dejar de abastecerlo para demostrar la importancia que realmente tiene en el modelo económico.

En el primer día pleno de protestas después de la tregua no hubo negocios en la Bolsa de Comercio de Rosario ni operaciones en los mercados a término, por lo que volveremos a movernos sin brújula en medio de la tormenta. Durante abril se negociaron más de seis millones de toneladas entre soja y maíz, lo que sumado a lo pactado antes del paro, llevó las compras de los exportadores a más del 45 por ciento de la producción interna de estos bienes.

Como la cosecha de los granos gruesos todavía no terminó, durante este mes seguirá entrando mercadería al circuito. Todavía queda por levantar 20 por ciento de la superficie con soja y más de 30 por ciento del área con maíz, lo que demuestra que la decisión de retomar al paro es muy costosa para el sector.

Durante este mes, el productor debería vender una cantidad similar de granos a la comercializada en abril, que en caso de no encontrar solución al conflicto, deberán ser almacenadas para vender el próximo semestre.

Impacto

La incertidumbre se está pagando cara. Los importadores tienen cada vez menos interés en comprar granos en la Argentina y, si lo hacen, es a un descuento importante respecto a Chicago. Están faltando los compradores de poroto y harina de soja y de maíz, lo que terminará repercutiendo sobre los precios internacionales.

El complejo sojero fue el que salió más afectado. Los precios del poroto bajaron 130 dólares respecto a comienzos de marzo; el aceite retrocedió 260 dólares y la harina otros 50 dólares por tonelada. También bajaron los valores internacionales del maíz, que pasaron de 236 dólares a comienzos de abril hasta 212 dólares por tonelada durante esta semana.

Hasta que no se normalice la logística, el mundo seguirá asumiendo como propios los negocios que abastecía la Argentina. Brasil, por caso, podrá colocar más aceites y harinas de sus fábricas y Estados Unidos reducirá aún más los stocks finales de la campaña que pronto terminará.

Esta es sólo una parte del problema que atienden los inversores internacionales. La siembra de maíz viene muy retrasada en Estados Unidos y también se anticipan problemas para la soja. Las lluvias continúan y el clima frío juega en contra del potencial de rindes que podrá tener ese país.

Hoy se conocerá un nuevo informe de oferta y demanda mundial del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) y será la primera estimación mundial de la campaña 2008/2009, con excepción de soja que será sólo para ese país.

Caen las expectativas

Las expectativas hablan de un fuerte recorte en los stocks de maíz en 2009 y una recuperación moderada en los inventarios de soja. Pero claro, todo esto dejó de importar, salvo para aquel productor que decida posicionarse en Chicago para aprovechar las subas. Los acopios en chacra juegan por estos días un papel preponderante en medio de la protesta del agro.