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Proyecto Peraj entre la DAIA y la Universidad Católica
Jóvenes universitarios dedicarán tiempo para contener a los niños
El objetivo principal del proyecto Peraj (flor en hebreo) consiste en que un estudiante universitario acompañe a un niño en edad escolar para convertirse en un "hermano mayor", un amigo y consejero. Santa Fe es la primera ciudad del interior en la que se realizará este proyecto, en el que trabajan en forma conjunta la DAIA y la Universidad Católica.

Agustina Mai.

Un niño y un estudiante universitario se sientan a conversar. El joven indaga sobre los intereses del chico, sus preocupaciones y expectativas. Al mismo tiempo, el niño hace preguntas, le cuenta un problema o le pide un consejo. "El encuentro se repite dos veces por semana con el fin de enriquecer el mundo interior del niño, fortalecer su autoestima y apoyarlo en el ámbito educativo y lúdico-recreativo", aseguró Rosa Gueler, coordinadora del proyecto en Santa Fe.

"Peraj es un proyecto del Estado de Israel, que llega a la Argentina coordinado por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Con la comunidad israelita de Santa Fe se decide realizarlo en esta ciudad, trabajando en forma conjunta con la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF)", explicó Marcelo Vorobiof, representante de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).

Este proyecto nace en 1975 en el Majón Weitzmann de Israel con el apoyo del Ministerio de Educación. En ese país, aproximadamente el 20% de los niños incluidos en el Peraj son nuevos inmigrantes, que necesitan del acompañamiento de un tutor para aprender el idioma y las tradiciones hebreas.

Hoy en día, se realiza en más de 16 países incluyendo Argentina, Brasil, Chile y México. Desde hace tres años se lleva adelante en Buenos Aires y, a partir de este año, en la ciudad de Santa Fe, donde jóvenes universitarios oficiarán de tutores y acompañarán a niños en edad escolar, con propuestas recreativas y culturales.

"La UCSF fue invitada por la Daia y nos sumamos a este proyecto aportando algunos de los tutores. Nos pareció una propuesta muy importante por los objetivos que tiene nuestra institución. Vemos como un proceso muy rico el acompañamiento y la proximidad del tutor con los chicos", aseguró el rector de la UCSF, Gerardo Galetto.

Santa Fe, la elegida

La ciudad de Santa Fe es la primera seleccionada para el lanzamiento del proyecto en el interior del país. Las razones por las que fue elegida son "por sus índices de niños y adolescentes en situación de riesgo y pobreza y debido al impacto social que tuvieron las dos catástrofes hídricas", explicó Marcelo Vorobiof al tiempo que remarcó que "Santa Fe es una ciudad que necesita vivir un proyecto como éste".

Durante el primer año se trabajará con niños de la Escuela Lourdes y de la Escuela Bialik. "Elegimos una escuela relacionada con la comunidad judía y otra que pertenezca a la comunidad santafesina en general", sostuvo Gueler.

La directora de la Escuela Bialik explicó que los criterios que tuvieron en cuenta para seleccionar a los chicos fueron principalmente "niños con padres que trabajan todo el día y que no pueden acompañar a sus hijos durante la semana en actividades extra-escolares". En este sentido remarcó que "el rol del tutor apunta a generar un enriquecimiento recreativo-cultural, ya que pueden salir a dar un paseo en bicicleta, jugar en una plaza o llevar a los chicos a ver una obra de teatro".

Prueba piloto

Este año se realizará una prueba piloto de 8 meses que incluye 15 tutores y 15 niños. "Estamos convencidos de que se trata de un proyecto que va a impactar positivamente en la sociedad. Más adelante, la idea es abrir el proyecto a la sociedad. Para eso necesitamos más sponsors que nos brinden mayor presupuesto para ampliar el trabajo de las universidades en la búsqueda de tutores y en algunas otras instituciones para la elección de los niños", expresó Vorobiof.

Los estudiantes para desempeñarse como tutores -10 de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y 5 de la UCSF- ya fueron seleccionados y capacitados. "Durante la capacitación se les explicó qué hacer en el primer encuentro, cómo abordar al niño y a su familia, y cómo conocer sus intereses, desde una perspectiva lúdica y recreativa", comentó Gueler.

Los encuentros se realizarán dos veces por semana en la casa del niño y, si los padres dan su consentimiento, se podrán organizar salidas a plazas, museos, cines, etc. En este sentido, los tutores cuentan con un aporte mensual para poder afrontar gastos de movilidad, materiales didácticos o algún paseo con los chicos. Además, en forma permanente una profesional acompañará y orientará a los tutores.

Los tutores

"Apenas me enteré de Peraj, presenté mi curriculum. Me encanta el trabajo con los chicos y lo que más me gustó es que es un proyecto en el que participa mi Universidad", aseguró entusiasmada Leila Sarquis, estudiante de tercer año de psicología en la Católica.

"Durante la capacitación nos explicaron que se trata de niños, cuyos padres trabajan demasiado y no tienen mucho tiempo para estar con ellos. Nuestro papel sería como el de un hermano o amigo, con quien puedan jugar y conversar. Lo fundamental es crear con ellos un espacio de esparcimiento, por eso podemos llevarlos a la plaza, a ver una obra de títeres o a un museo", comentó la joven.

"Lo fundamental es que el tutor esté dispuesto a acompañar y comprometerse con la otra persona, a dar su tiempo y establecer un vínculo cordial. Ésa es la riqueza educativa del proyecto porque se pone de manifiesto la vocación social del universitario que para nosotros es muy importante", indicó Galetto al tiempo que destacó "el entusiasmo y las ganas por parte de los estudiantes".

"Los tutores tienen que contar con una gran vocación de servicio y una gran veta humanitaria porque van a estar en contacto con niños con carencias afectivas. Tienen que ser dúctiles en el manejo de los valores sociales y poseer una conformación espiritual que les permita llevar adelante el proyecto", señaló Vorobiof.

El proyecto Peraj

tuvo una prueba piloto cuando desembarcó en Argentina durante 2006-2007. Dirigido por el Consejo Central de Educación Judía de la AMIA, implicó el trabajo de 40 tutores, 40 niños, 1 coordinadora y 1 supervisora. Durante este año el proyecto continuará en Capital Federal, con 30 tutores, 30 niños, 1 coordinadora y 1 directora y, por primera vez, se implementará en una ciudad del interior (Santa Fe), con el trabajo de 15 tutores, 15 niños 1 coordinadora y 1 supervisora.