"Tengo una facilidad de creación que me parece normal, pero que a mis colegas les llama la atención, porque tengo la posibilidad de crear cosas de la nada. Escucho un tema musical, por ejemplo, y la letra me sirve como caudal de inspiración. La faceta creativa es natural en mí, surgen los movimientos. A veces es muy difícil para un coreógrafo decir de dónde saca la esencia un movimiento. Yo puedo contar que mi objetivo es mostrar diferentes paisajes de nuestro país y recrear en movimientos el trabajo de su gente, su belleza geográfica, y meter al espectador en el lugar representado, de modo que quien no lo conozca tenga una idea, se sumerja en sus ritos, en sus prácticas ancestrales. Al conocer un lugar, me enamoro del paisaje e intento plasmarlo en el escenario. Así, recreo lo que vi y viví en diferentes lugares del país, que gracias a Dios conozco bastante. Desde allí puedo hablar de sus paisajes y su gente, y recrear las manifestaciones ancestrales de un lugar. Con la vendimia, por ejemplo, no planteo la vendimia industrial sino la riojana, del interior de la provincia, donde el vino aún se pisa y la uva se cosecha por debajo de parrales... me gusta mostrar esa riqueza y que otros la conozcan a partir de la danza".