Area Metropolitana: AREA-07
Programa Lee Cuentos del Pami
Un cuento como excusa para intercambiar experiencias
Abuelos voluntarios del Pami van a las escuelas para leer cuentos a chicos del jardín o la escuela primaria. Otros pueden también concurrir a geriátricos, centros de día u hogares. Se trata de uno de los grupos de voluntariado que tiene la obra social nacional.

Mariana Rivera

"Es una experiencia muy linda; nos reciben con mucho respeto, como si fuéramos personas importantes, además de mostrar mucha alegría por el sólo hecho de leerles un cuento", aseguró Rita Alarcón, una de las 20 voluntarias del Pami que participan en el programa Lee Cuentos que se desarrolla en nuestra ciudad.

Rita está jubilada después de haber trabajado en el Instituto Becario del Ministerio de Educación y actualmente participa en Papelnonos como secretaria de este grupo. Se enteró de esta iniciativa que promueve la lectura de cuentos por parte de abuelos y abuelas, de manera voluntaria, en escuelas, hogares o centros de día, y decidió sumarse al grupo.

Lee Cuentos es uno de los grupos de los voluntariado que funcionan en el Pami. Surgió gracias a un convenio que la obra social nacional firmó con la Fundación de Mempo Giardinelli, que tiene un proyecto denominado Abuelas Cuentacuentos. Pero aquí se le cambió el nombre por Lee Cuentos.

"Estamos trabajando en esto desde el año pasado y después de varias reuniones nos inscribimos para participar. Nos capacitaron con un curso para leer los cuentos y luego nos dieron el certificado. Nosotros presentamos esta iniciativa a los directores de las escuelas que nos interesan concurrir y ellos nos dicen qué días podemos ir y a qué grados leerle los cuentos", recordó.

"La respuesta de los chicos es muy buena", aseguró Rita, esta "abuela cuenta cuentos" que ya recorrió con sus relatos los establecimientos primarios y jardines de infantes ubicados en La Vuelta del Paraguayo, El Pozo, la escuela 38 y "la de Monzón, como se la conoce", agregó. También advirtió que "esta actividad sirve para incentivar la lectura en los chicos pero también para conocer que las escuelas en general necesitan muchos libros. Ojalá que mis compañeras continúen con esta actividad y que otros abuelos también se quieran sumar al grupo".

Llegar a todos

Stella Maris Alberini -coordinadora, junto a Matilde Vidal, de los grupos de voluntariado que tiene Pami- explicó a El Litoral que "a este grupo concurren personas que se acercan espontáneamente para hacer la actividad; les damos una documentación para presentar a las escuelas, y les facilitamos los libros, que son para niños".

Tras aclarar que "no leemos sólo en escuelas ya que el Pami tiene afiliados discapacitados y menores de edad, motivo por el cual también vamos a hogares, centros de día u otras instituciones que requieran de nuestra lectura", informó que este voluntariado depende de la oficina de Relaciones con el Beneficiario, que funciona en el cuarto piso del Pami, que está a cargo de Juan Carlos Pretti.

Según mencionó, estos voluntarios se reúnen una vez por mes para coordinar las actividades, donde evaluamos los lugares adonde concurrieron y cómo les fue, para elevar un informe a Buenos Aires y ver la marcha del programa.

También aclaró que "la escuela es a elección del voluntario pero les sugerimos que elijan las que se ubiquen fuera de los cuatro bulevares porque son las que menos visitas tienen. Hay escuelas adonde nos piden esta lectura y concurrimos, pero la mayoría son elegidas por las personas que van a leer por dos cosas: porque conocen el lugar y por lo económico, ya que no tienen ningún tipo de viático ni subvención. Por lo general, cada uno tiene una escuela en un barrio adonde poder concurrir y que se conoce". Por último, informó que "la gente que quiera sumarse a esta iniciativa puede acercarse cuando quiera al Pami, al primer piso, adonde le informaremos sobre el programa y las actividades".

Más información. Los interesados en tener mayor información sobre los voluntariados del Pami pueden comunicarse con la delegación local, teléfonos 455-6955/22 (Servicio Social o Voluntariado).

Otras propuestas

Stella Maris Alberini, coordinadora del programa de Voluntariado del Pami local, adelantó que "vamos a firmar un convenio con Proyecto 3 para que nuestros afiliados puedan concurrir a sus actividades. También vamos a organizar ciclos de cine con debate para la tercera edad y pretendemos concretar un proyecto con la Municipalidad para hacer paseos por la ciudad. Ellos tienen dos circuitos, los colectivos y las guías de turismo, para llevar a nuestros beneficiarios".

Otros voluntarios

Por otra parte, Stella Maris Alberini recordó que el voluntariado en el Pami existe desde hace 14 años con el primer grupo que se formó. Éste funciona -aseguró- para hacer trámites a los afiliados, visitar un geriátrico, o llevarle un regalito a un sanatorio. Son señoras y señores que se reúnen los lunes, dos horas a la mañana, para compartir las actividades que se hicieron durante la semana y ver qué tareas están pendientes. Además, son padrinos de escuelas y hacen campañas para juntar fondos para esos establecimientos o para juntar marcos de anteojos (a pesar de que el Pami les reintegra un porcentaje del valor).

Stella Maris aseguró que "algunos voluntarios también hacen compañía a los afiliados. Pero primero los llaman una vez por semana por teléfono y, si se da y ellos acceden, se acuerda una entrevista y se visita una vez por semana como compañía. Cabe aclarar que ellos no son auxiliares domiciliarios porque no están preparados ni cobran un sueldo; son voluntarios".

Asimismo, aclaró que "los voluntarios van siempre de a dos y llevan credenciales firmadas por la delegación y un botón que los identifica. Pami Escucha tiene el listado de nuestros voluntarios para que, ante cualquier duda, la comunidad pueda llamar para consultar si alguien les toca el timbre diciendo ser voluntario. Trabajan de manera autogestiva, es decir, que el Pami no les da dinero pero sí viáticos para ir a hacer sus actividades. Hacen viajes, festivales y rifas para tener su dinero y con eso se mueven".

Actualmente, son 32 los voluntarios que se comprometen a realizar estas tareas "pero hacen falta más personas porque la demanda es muy grande y a veces tenemos que decir que no a los pedidos de nuestros beneficiarios", concluyó explicando Stella Maris.