Señores directores: En el transcurso de este interminable conflicto entre el campo y el gobierno que mantiene en vilo a todo el país y en el cual todos perdemos, se ha hecho alusión en distintos tonos a los llamados pool de siembra, tema que, salvo para los protagonistas de la actividad del agro, no es muy conocido por los demás. Por eso es interesante traer a colación opiniones de entendidos, como las publicadas en La Nación del 14-06-08, porque son esclarecedoras. Allí el Ing. en Prod. Agrop. Eduardo Figueroa sostiene que la actividad agrícola concebida como una empresa es una actividad interdisciplinarias, donde interactúan varias áreas del conocimiento que se ocupan de suelos y plantas; de costos, presupuestos financieros, etc.; de los mercados: disponibles, a futuro y sus opciones; y de recursos humanos y logística. Destaca que la rentabilidad de tal empresa radica en particular en la escala de producción y en la posibilidad de utilizar el aporte de calificados especialistas en los aspectos mencionados para poder optimizar los recursos tierra, capital y humanos. Sintetiza su pensamiento en los siguientes términos: "Escala + especialización = alta competitividad".
Por su parte el Sr. Arturo Navarro expresa que este sistema de producción es la unión de los protagonistas necesarios para explotar una superficie con diferentes cultivos integrando una vasta red de capital, trabajo, servicios y gestión, para realizar todos los procesos, desde la siembra hasta la venta. Y agrega que este sistema ha demostrado ser el mejor para atomizar los riesgos climáticos, económicos y políticos, y que permitió pasar de una producción de 30 millones de toneladas de granos en 1988 a los 95 millones que se cosecharon este año, indicando que muchos productores renunciaron a individualidades muy arraigadas y se juntaron con otros para potenciar sus capacidades, y actuando en común generaron una formidable sinergia que trajo inmensos beneficios para ellos y para el país. Señala que los pools que logran mayor rentabilidad son los que mejor manejan los mercados a futuro para poder captar los mejores precios internacionales cuando se toman las decisiones de sembrar, salvo que exista interferencia estatal. Al concluir expresa que no se debe igualar hacia abajo atrasando el crecimiento y el desarrollo del país sino igualar hacia arriba si realmente se quiere defender a los productores más chicos, alentándolos a integrarse a una acción común como una forma para poder competir mejor en la nueva economía.
Quienes con espíritu inquieto y vigente desean saber más sobre estas cosas es conveniente que acrecienten su conocimiento sobre ellas, y los comentarios y opiniones precedentes pueden ser muy útiles a ese propósito.
Tito L. Rocchetti. Ciudad.