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Mercados y tendencias
A mayores riesgos, menores precios
Los precios internos que está recibiendo el productor local no sólo descuentan el pago de mayores retenciones, sino que están sufriendo el costo por el cambio de las reglas de juego. Con la previsibilidad más acotada, los exportadores tenderán a abaratar lo que más puedan el valor de la materia prima.

Flavia Rossi

Esta semana los negocios se hicieron entre 900 y 910 pesos la tonelada de soja y entre 500 y 530 pesos la de maíz. El tiempo apremia y la continuidad de operaciones permite canalizar el gran volumen de negocios que estuvo pendiente durante los últimos meses. Falta embarcar casi cuatro millones de toneladas de poroto de soja y otro tanto de maíz de los compromisos de exportación cerrados hasta mediados de mayo y sólo en los próximos 15 días el programa de carga de cada uno de esos granos supera 1,1 millón de toneladas.

En los últimos días se redujeron los premios a las entregas cortas por la congestión en las terminales portuarias para recibir mercadería. A medida de que se reduzca la urgencia, los compradores se acomodarán al nuevo contexto.

El mercado interno seguirá desacoplado del mundo y el combo de factores continuará golpeando con más fuerza al eslabón más débil de la cadena. La movilidad de las retenciones logró transformar la suba de casi 20 por ciento de la soja en Chicago en una baja de 15 por ciento en las pizarras locales y mantener sin cambios al maíz frente a la suba de Chicago superior al 30 por ciento.

Riesgos

Externos. El sector sigue virtualmente paralizado desde que las facultades de aprobar las exportaciones pasaron de la Secretaría de Agricultura a la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca) el 12 de mayo pasado. La operatoria dista de haberse normalizado y escasea la información. Recién el 2 de julio la Oncca anunció que fue autorizada la exportación de casi 990 mil toneladas de granos sin detalle por productos adicionalmente a las 325 mil toneladas de trigo (del programa de un millón de toneladas).

Con el nuevo ROE Verde los negocios de exportación son más riesgosos. Primero se debe celebrar el contrato de venta privado entre las partes exportador e importador pero para que tenga validez deberá ser aprobado por la Oncca. El visado no es automático; el negocio puede no ser aprobado a tiempo o rechazarse. Además, una vez autorizado, el plazo máximo de embarque se reduce a sólo 45 días.

El contexto desincentiva a los potenciales compradores, lo que obliga a abaratar la mercadería argentina. Concretamente, el descuento FOB de soja argentina respecto al FOB del Golfo de México pasó de un promedio de 16 dólares a casi 40 dólares por tonelada, comparando el lapso de marzo a julio de los últimos tres años en relación a este período. La complicada coyuntura también elevó el descuento del maíz de un normal de cinco dólares a un promedio de 30 dólares.

Internos. Esta semana se publicó el detalle de las empresas que no pudieron corroborar la tenencia de soja al momento de declarar las exportaciones de la campaña 2007/2008 y deberán pagar la diferencia de retenciones entre el momento de la declaración jurada (en especial, entre octubre y noviembre) y el arancel cuando se realizó el embarque.

Costos que no cierran

Con retenciones móviles y retroactivas, los exportadores no pueden cerrar los costos de su negocio. Bajo el nuevo esquema deberán adquirir la mercadería antes de saber a qué precio la venderán y qué retenciones pagarán. Como no será posible conocer los márgenes de las operaciones, tenderán a abaratar la materia prima lo más posible. Lo que sorprende es que si se mantuviesen los aranceles previos de 35 por ciento, la soja podría llegar a 1.200 pesos, un valor muy superior al que obtendrían los productores que accedieran al reintegro por el diferencial de retenciones (123 pesos por el diferencial).