La necesidad de proteger los vehículos frente a hechos delictivos derivó en que varios espacios públicos de barrio El Pozo fuesen tomados por los vecinos, sin ninguna autorización, para edificar cocheras particulares. Pese a que el año pasado desde el Juzgado de Faltas se ordenó la demolición de tres garajes, el número de estas construcciones avanza a pasos agigantados.
Era octubre de 1988 cuando el barrio El Pozo comenzó a cobrar vida con la llegada de los primeros adjudicatarios. Veinte manzanas y catorce torres de diez pisos, con cuatro departamentos cada uno, lo constituyeron a lo largo y ancho de un terreno de 600 por 400 metros ubicado a la vera de la Ruta Nacional 168.
Por entonces, aseguran los vecinos más antiguos, "el barrio era tranquilo" y a nadie le daba miedo dejar las bicicletas sin candado o las puertas de las casas sin llave. Tampoco existía la preocupación de dejar los autos estacionados en la calle durante toda la noche porque "nadie tocaba lo que no era suyo".
Veinte años después, la situación en barrio El Pozo cambió. Es que "la gente ya no vive tan tranquila" y los hechos de inseguridad no le son ajenos. Con ello, "las costumbres de antes ya no son aplicables en los tiempos que corren" y fueron reemplazadas por otras que no son de las más adecuadas.
Más cocheras
Solamente las familias que habitan en las veinte manzanas del barrio fueron adjudicatarias de viviendas con cocheras o con la posibilidad de construirlas. El resto, es decir quienes resultaron beneficiarios de los departamentos de las catorce torres, llegó a El Pozo sabiendo que sus vehículos no correrían la misma suerte y deberían quedar en la calle.
Pero la necesidad de proteger un bien material, que en muchos casos es una herramienta de trabajo, derivó en que por todo el barrio, es decir en lugares públicos, empezaran a proliferar garajes particulares.
Consultada por El Litoral, la presidenta de la vecinal de barrio El Pozo, Estela Santa Cruz, manifestó que "todas las cocheras que se observan dispersas en el barrio están construidas sobre espacios públicos y sin autorización". Asimismo, remarcó que "cuando se planificó la jurisdicción no se contempló un sector para guardar los vehículos y ello generó un problema".
"La construcción de las cocheras, que se va incrementando, no es de ahora. Las primeras que se hicieron datan de hace diez años aproximadamente", refirió la vecinalista. Y agregó: "Bastó que nadie hiciera nada para que muchas personas imitaran la acción y se comenzaran a edificar garajes por doquier en los espacios públicos del barrio".
Desde la entidad barrial observan que el número de cocheras aumenta a pasos agigantados. Al mismo tiempo reconocen que quienes las construyen lo hacen frente a la necesidad de resguardar sus autos y protegerlos de los robos y daños intencionales.
"Nosotros sabemos que en el barrio se han tomado varios espacios públicos para levantar cocheras, pero también somos conscientes de los hechos de inseguridad", señaló Andrea Correa, secretaria general. Respecto de posibles soluciones, hizo hincapié en que El Pozo tiene los límites muy marcados y no habría un espacio disponible "tan grande" como para hacer un sector exclusivo de cocheras. "Aproximadamente habrá 30 bloques de ladrillos distribuidos por todos lados, pero cada uno tiene varias cocheras", agregó.
El negocio de algunos
Cabe señalar que no sólo la necesidad de resguardar los autos derivó en la construcción de las cocheras. Según pudo conocer El Litoral, algunas personas las hicieron con la intención de cobrar un excesivo alquiler y obtener un rédito personal. "Hay cocheras que te las alquilan a $180 ó $200. Me da mucha bronca porque están hechas sobre un espacio que es de todos", dijo un vecino a El Litoral.
Por último, las autoridades de la vecinal pidieron al intendente que "le dé un corte definitivo a la proliferación de los garajes pero a la vez que trate de buscarle una alternativa a la gente que verdaderamente necesita proteger sus vehículos".
Hace un año
El 16 de mayo de 2007 se vivió, en el barrio El Pozo, una mañana caótica. Ocurrió que el juez de Faltas, Héctor Valli, había ordenado la demolición de un bloque de tres cocheras ubicadas a metros de la comisaría. Tal medida, que se concretó y derivó en que tres personas fuesen demoradas en sede policial, tuvo lugar tras una resolución firmada por el ex intendente Martín Balbarrey. Según pudo conocer El Litoral, las cocheras habían sido construidas sobre un terreno privado y por ello fue inmediata la intervención.