Escenarios & Sociedad: SOCI-07
MARIO TREJO EN EL IV ARGENTINO DE LITERATURA
"Me libré de la mala educación huyendo"
El gran poeta argentino, de 82 años, compartió mesa con Miguel Brascó y Rodolfo Alonso, en un desacartonado encuentro lleno de humor, anécdotas y poesía.

Con la presencia de los poetas Miguel Brascó, Rodolfo Alonso y Mario Trejo (uno de los autores argentinos vivos más prestigiosos de la actualidad, cuyo caso quizás es comparable sólo al de Juan Gelman) se desarrolló en la tarde de ayer, en la sala Juan José Saer del Foro Cultural Universitario la mesa "50 años de poesía argentina", que coordinó Daniel Freidemberg. El encuentro, que contó con una nutrida concurrencia, un gran porcentaje de jóvenes y la asistencia de Hugo Gola, fue menos una exposición académica y una conferencia que la reunión de tres personajes muy diferentes, muy interesantes y muy experimentados en estas lides, que permanentemente abandonaron la dinámica propia de las "mesas" de los congresos, para dialogar, contar anécdotas y leer poemas, en el marco de un delicioso desorden y con una naturaleza más bien caótica que no dejó a nadie indiferente.

Arremetió, en el comienzo, Brascó, también conocido por su carrera de enólogo y por ser el autor de los "anuarios" que llevan su nombre. Dijo: "Habrán notado que sólo hay botellas de agua: únicamente en reuniones académicas y en las reuniones de gabinete se toma agua mineral sin gas (risas)... ahora les voy a presentar a quien nos va a presentar...". Amén de su histrionismo, Brascó amenizó sus intervenciones con la lectura sobria y certera de algunos de sus poemas, y relató interesantes experiencias junto al mencionado Gola, Juan L. Ortiz y otros personajes representativos de la cultura local.

JAM SESSION

El coordinador repasó brevemente los antecedentes de cada uno de los invitados, aunque el orden lógico preparado ya estaba quebrado... para bien. Así, Brascó indicó que "los temas de las mesas redondas son aburridos en general, entonces terminan por no invitarme (...) Santa Fe era igual que hoy hace cincuenta años, sólo que cincuenta años antes" asentó luego, despertando, como en tantas ocasiones, la carcajada cómplice. A su turno, Trejo lo sintetizó mejor que nadie: "Esto es una jam session (*), metemos todo ahí y que los gatos forniquen (sic); no seamos escolares, nos condenan a un horario de niños (se refiere a que la mesa comenzó a las 16) ... yo me libré de la mala educación huyendo...", enumeró, sentenciando su desinterés por seguir un programa establecido.

A estas alturas, Alonso no pudo menos que manifestar su perplejidad: "Estoy totalmente confundido; me llamaron y había preparado un tema, pero después llego acá y el título es otro: "50 años de poesía"; de sólo planteármelo ya estoy agotado", dijo. Con todo, Alonso memoró rápidamente su trabajo en "Poesía Buenos Aires" y relató de qué forma se relacionó con Paco Urondo y su experiencia de gestión cultural junto a él, durante la gobernación de Sylvestre Begnis. Dirigiéndose a Gola, además, recordó una traducción de Pavese que hicieron juntos.

POEMAS PARA LEER

Luego, volvió a tomar la palabra Trejo; antes de cada intervención del autor de "El uso de la palabra" y "Orgasmo" el aire se cortaba, porque parecía que podía suceder cualquier cosa: "Voy a continuar el homenaje que hizo Gola al gran drogadicto que era Juan L. Ortiz -dijo-; éste es un país pacato, cayó en la cursilería, en los tilingos de izquierda, y seguimos bajando; hay gente que no se da cuenta, de que esto está en franco descenso, no somos una nación, hay gente que no ve", asestó. El poeta y guionista de cine pidió después a Alonso que leyera un extenso poema suyo dedicado a Juanele, en virtud no sólo de sus graves problemas de visión, sino debido a la excelente dicción y entonación de aquél. Alonso hizo lo propio, en otro tramo del encuentro, con un largo texto referido a Allen Ginsberg, poeta norteamericano, llamado "Aullidos de placer".

Brascó dijo, en su momento: "Juanele era drogadicto, pero de yerba mate..."; más serio, teorizó brevemente sobre la poesía: "Nadie sabe qué es pero todos sabemos qué es lo que es (...) se trata de transferir una imagen ambigüa (...) la diferencia entre columnas de palabras y poesía es que una transmite y la otra no transmite nada". A casi dos horas del comienzo del encuentro, los autores continuaron leyendo sus textos, seguidos, primero, por un respetuoso silencio y, después, por aplausos aprobatorios. Nadie en su sano juicio puede decir que el encuentro fue aburrido.

*) sesión de improvisación, se trata de un término utilizado entre músicos, sobre todo en el jazz

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL