Nosotros: NOS-05
SOCIEDAD / DÍA DEL NIÑO
Otra infancia, los mismos sueños
"Si me dejaran... quisiera ser". Allí donde las condiciones de vida son más duras, donde las urgencias ocupan el tiempo del juego, y la escuela es un privilegio, donde viven mayoría de chicos y chicas, también hay lugar para sueños que vale la pena ayudar a concretar.

Chiquillo en Chile, chino en Colombia, crío en España, botija en Uruguay, chamaco en México, chamito en Venezuela, chico en Cuba. Aunque nombrados de manera diferente, son todos niños y niñas; pibes y pibas o como se los llame en el país y también en nuestros barrios. Más allá de festejos y efemérides que cambian de fecha y tradiciones según la geografía, comparten los mismos derechos. También el de imaginar un futuro mejor.

Yo quiero que a mi me quieran,/yo quiero tener un nombre/yo quiero que a mi me cuiden/si me enfermo o estoy triste/porque yo quiero crecer.Alan quiere ser doctor; lo tiene bien decidido, tanto como Joel apuesta a un futuro como camionero y Brian se imagina colectivero. Si se les pregunta a los chicos y chicas de barrio Pompeya que asisten al centro de capacitación del Movimiento Los Sin Techo qué les gustaría ser cuando sean grandes, varias voces responden que remisero y otras tantas que maestras; alguien más asegura que será policía y otro, electricista, como su hermano. Oficios y profesiones desfilan entre planes que suenan más o menos lejanos según la edad de quienes, con 6 a 12 años concurren a ese centro, un espacio de aprendizaje de Lengua, Matemáticas y Ciencias, pero también de contención.Sin embargo, con estatura y voz de niños, y una clara preferencia por la pelota, las muñecas, la tele y la soga, varios de ellos comparten con los adultos una precoz preocupación por el sustento diario. "No es tan fácil que disfruten de su niñez como la hemos disfrutado nosotros, porque tienen que salir a trabajar con el papá o la mamá, o ayudar en las tareas de la casa, o en el cirujeo, y eso les impide venir a la clase de computación". Apenas un retazo de una realidad que conoce de cerca describe Ester, capacitadora del turno tarde, y Beatriz -que recibe a los chicos por la mañana- coincide: "a veces los más grandes se tienen que encargar de los más chicos: quizá no viven la niñez que tendrían que vivir, porque ya salen a trabajar". Yo quiero saberlo todo/yo quiero que a mi me enseñen/mi familia y mi maestra/a contar y a hacer las letras/ y me quiero divertir.Aún así son niños y proclaman su predilección por el fútbol o el voley, las figuritas, las escondidas, tocadas y rayuelas que comparten en los recreos de la escuela, y hasta el barrilete, que Melisa -dice en voz muy bajita- vuela con su hermano."Algunos dicen que van a ser abogados o ingenieros y yo les respondo que para eso se necesita esfuerzo y estudio, aunque creo que la meta que se proponen la van a lograr", se entusiasma Ester. ¿Qué les gustaría ser cuando sean grandes? La respuesta a la más común de las preguntas tiene, entre los chicos que pueblan los barrios más humildes de la ciudad, una carga distinta. Allí las herramientas para que puedan concretar sus sueños escapan de sus manos y -muy probablemente- de las de sus familias."A lo mejor nuestros hijos pueden seguir estudiando y ellos, por ayudar a sus padres, dejan de estudiar", dice Beatríz en una pausa de la tarea que reúne, en distintos turnos, a 130 chicos y chicas del barrio cuyas faltas se deben, por lo general, a que tienen que trabajar con sus familias o al frío que condiciona la asistencia por la mañana.Mientras tanto, Micaela y Flavia coinciden en el 3´ grado y también en el proyecto de ser maestras, quizá porque es la figura con la que más se identifican, o el trabajo que toman como referencia inmediata. O porque, aún con 8 años, intuyen que la escuela es una etapa indispensable para comenzar a concretar los sueños, mientras se juega a ser niño. A jugar, a cantar/que me enseñen a ser libre y me digan la verdad/A jugar, a cantar,/que me escuchen cuando hablo y que no me hagan llorar.La música, el deporte, la cocina, los juegos de ingenio, son gustos compartidos por chicos y chicas de todo el mundo, y también por aquellos que concurren a la Casa Juan Diego, un espacio de referencia para esa porción de la infancia que vive o trabaja en la calle. A ellos la niñez "se les ha truncado", dice Alejandra Ramos, trabajadora social y una de las integrantes de la Pastoral de la Infancia en Riesgo que cada semana se acerca al grupo para realizar distintas actividades, pero sobre todo para hablar e "involucrarse", una acción que sin dudas exige compromiso. "Les han truncado la infancia y viven esta etapa con mucho dolor porque tienen que salir a trabajar y hasta ser sostén de familia, pero no por eso dejan de ser niños", aclara. Es que los chicos tienen sueños, proyectos y gustos, como el que manifiestan por la cocina y que resulta una buena excusa para reunirse, cada tanto, a elaborar alimentos todos juntos. "Es una oportunidad para charlar de sus experiencias familiares, de rescatar el recuerdo de las tortas fritas que cocinaba su mamá o los guisos que se hacían en casa".Uno de los chicos quiso practicar tae kwon do y se encontró un lugar para que lo haga, para canalizar ese gusto pero también para que pueda socializar con sus pares. Pero quiero que también/todos los niños del mundo/tengan todo lo que quiero/pues lo quiero compartir.(*)Roberto Isturria también colabora con la Pastoral y reconoce que para muchos chicos su sueño es jugar a la pelota: "nos preguntaron por qué no organizábamos un encuentro de fútbol con chicos de otros centros". La música es otro gusto compartido, pero no sólo para escuchar: "estamos pensando en armar un grupo y nos preguntamos si habría gente dispuesta a enseñarles".Otro de los chicos compitió en ajedrez en su localidad de origen, y cuenta que le gustaría volver a hacerlo; otros más insisten en que se concrete aquel campamento que, por distintas cuestiones, se programó y quedó frustrado."Es mentira que los chicos no quieran o no puedan; con todos los condicionantes, avances y retrocesos que como niños y adolescentes pueden tener, necesitan acompañamiento en cuestiones no tan pomposas pero muy concretas. Son procesos muy lentos pero no imposibles", asegura Alejandra.Chela Díaz integra el equipo de la Casita de los Chicos, en Santa Rosa de Lima, y tiene en claro que "los chicos esperan a un adulto para que les diga "te quiero'; quieren que alguien los escuche". En aquel barrio y en todas partes, "el sueño de todo chico para el día del Niño debe ser que uno de los dos padres les diga "vení, sentate, vamos a charlar' o "vamos a la plaza un ratito'. Ellos reclaman cinco minutos y cariño". (*) "Yo quiero", de Leonardo Croatto, compuesto para una serie de videos sobre los Derechos del Niño, del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes.

PARA TENER SIEMPRE PRESENTE

El 20 de noviembre de 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas alumbró la Declaración Universal de los Derechos del Niño (y la niña). Treinta años después estableció las bases de la Convención sobre los Derechos del Niño que, en nuestro país, tiene jerarquía constitucional desde la reforma de 1994.

Vale la pena repasar aquellos diez puntos que fueran escritos hace casi medio siglo, pero que tienen plena vigencia.

•El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia. •EL niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño. •El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad. •El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados. •EL niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular. •El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole. •El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad. El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe en primer término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho. •El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro. •El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral. •El niño debe ser protegido contra las prácticas que pueden fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquiera otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.

DE LA ONU

Día universal

Para la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Universal del Niño es el 20 de noviembre. En esa fecha de 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos de los Niños y en 1989, se sancionó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.

MÁS FECHAS.

América Latina

En Colombia el Día del Niño se celebra el último sábado de abril y en México el último día del mismo mes.

En Paraguay, el 31 de mayo; en Venezuela, el tercer domingo de junio; en Uruguay, el 9 de agosto; en Chile y Argentina, el segundo domingo del octavo mes del año; en Perú, el tercero; y en Brasil, el 8 de octubre.

DERECHOS

En la Constitución

La situación de los niños y las niñas está contemplada en la Carta Magna Nacional, en el art. 14 bis (tercer párrafo) cuando refiere a la "protección integral de la familia", y en los incisos 22 y 23 del art. 75. Precisamente, en la reforma de 1994 se otorgó rango constitucional a la Convención sobre los Derechos del Niño.

textos de Nancy Balza.