Chiquillo en Chile, chino en Colombia, crío en España, botija en Uruguay, chamaco en México, chamito en Venezuela, chico en Cuba. Aunque nombrados de manera diferente, son todos niños y niñas; pibes y pibas o como se los llame en el país y también en nuestros barrios. Más allá de festejos y efemérides que cambian de fecha y tradiciones según la geografía, comparten los mismos derechos. También el de imaginar un futuro mejor.
El 20 de noviembre de 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas alumbró la Declaración Universal de los Derechos del Niño (y la niña). Treinta años después estableció las bases de la Convención sobre los Derechos del Niño que, en nuestro país, tiene jerarquía constitucional desde la reforma de 1994.
Vale la pena repasar aquellos diez puntos que fueran escritos hace casi medio siglo, pero que tienen plena vigencia.
Día universal
Para la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Universal del Niño es el 20 de noviembre. En esa fecha de 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos de los Niños y en 1989, se sancionó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
América Latina
En Colombia el Día del Niño se celebra el último sábado de abril y en México el último día del mismo mes.
En Paraguay, el 31 de mayo; en Venezuela, el tercer domingo de junio; en Uruguay, el 9 de agosto; en Chile y Argentina, el segundo domingo del octavo mes del año; en Perú, el tercero; y en Brasil, el 8 de octubre.
En la Constitución
La situación de los niños y las niñas está contemplada en la Carta Magna Nacional, en el art. 14 bis (tercer párrafo) cuando refiere a la "protección integral de la familia", y en los incisos 22 y 23 del art. 75. Precisamente, en la reforma de 1994 se otorgó rango constitucional a la Convención sobre los Derechos del Niño.
textos de Nancy Balza.