Los días establecidos por la Municipalidad para el funcionamiento de la feria ambulante sobre calle San Lorenzo, entre Castelli y Estanislao Zeballos, fueron los miércoles y sábados. Sin embargo, los días en los que acostumbraban hacerla los vendedores eran los martes, viernes y domingos.

Esta mañana, día en el que según lo establecido no debía realizarse la feria, El Litoral asistió al barrio Los Hornos, donde se localiza, para observar el acatamiento por parte de los puesteros. Sin embargo, y como era presumible, a primera hora empezaron a llegar.

"Vinimos porque nuestros días de trabajo son los martes, viernes y domingos. Ya tenemos la vida organizada así", manifestó Sandra López, quien en la feria se ocupa de hacer tortas fritas y venderlas. "Cuando llegamos no querían que armemos los puestos, pero yo lo monté igual porque es mi fuente de trabajo". Consultada sobre cuánto dinero obtiene cada vez que va a la feria manifestó alrededor de $60.

A las diez de la mañana, cuando este medio llegó a la intersección de Castelli y San Lorenzo, eran pocos los puestos armados pero muchos los vendedores que habían ido a cuidar el que les tocó en suerte, tras un desorganizado sorteo que tuvo lugar el pasado miércoles. Tal situación tiene que ver con que se sortearon 160 puestos pero los vendedores son más de 400 y no queda más lugar en los cien metros de calle que se dispusieron.

Roque Fernández tiene 47 años y fue uno de los vendedores que no llevó nada a la feria pero que fue a cuidar el lugar que le designaron: el puesto Nº 82. "Para que todos sepan que el puesto es mío decidí pintarle mi apellido. Con ello, todos están avisados", señaló el hombre, agregando seguidamente la preocupación de muchos puesteros de que "venga alguien que se quedó sin lugar y lo ocupe".

Débora Aguilar, de Recreo, fue de las personas que se quedó sin un espacio para poder trabajar. Sin embargo, destacó el gesto de una compañera que le cedió el suyo y compartiría un puesto con su suegra. "Yo no figuraba en ninguna lista cuando la Municipalidad decidió hacer el sorteo de los puestos. Frente a esa situación, les dije que si no me daban uno iba a ir a cortar la calle. Por suerte, una buena compañera me dio el que le había tocado a ella ya que compartiría otro con su suegra".

La presencia policial fue uno de los motivos por el que muchos vendedores decidieron no armar los puestos, ya que formalmente hoy no era uno de los días establecidos para el desarrollo de la feria ambulante. "Cuando vieron el número de policías, muchos optaron por irse", indicó Sandra, mostrándose preocupada por la posibilidad de que quienes no resultaron beneficiados ocupen puestos a la fuerza sin tener en cuenta que ya fueron otorgados.

En la esquina de San Lorenzo y Castelli se podía observar a un grupo de vendedores apartado de la feria ambulante. Eran las personas que quedaron fuera del sorteo y, por ende, sin un puesto. "Cuando el trueque estaba en la plaza Fournier era un paseo familiar. La feria es nuestra fuente de trabajo", dijo un hombre. Y agregó: "Estamos esperando a alguien de la Municipalidad para que nos diga dónde nos van a ubicar".