Agentes antinarcóticos de la ciudad de Rosario que intentaron chequear al ocupante de un vehículo particular, en medio de un procedimiento de rutina, emprendieron una persecución que acabó con el secuestro de un kilo de cocaína, aunque el delincuente logró escapar.
El hecho se produjo en horas de la tarde del viernes, cuando una comisión de la Brigada Operativa Departamental II y de la Sección Inteligencia Zona Sur de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones, transitaba por avenida Uriburu, a metros de calle Corrientes.
Allí advirtieron que el conductor de un vehículo que circulaba por el lugar emprendió una veloz huida para eludir el control policial. La persecución iniciada fue de sumo riesgo para aquellas personas que encontraban a su paso, no sólo por la alta velocidad emprendida por los vehículos, sino porque además iban en contramano y el delincuente sacó un arma y amenazó con disparar cada vez que se acercaran para detenerlo.
En avenida Uriburu y Laprida, el ocupante del auto arrojó por la ventanilla un elemento de extrañas características, y siguió camino. Hasta ahí llegaron los perseguidores, que inspeccionaron el material arrojado, en una típica maniobra de descarte. El paquete había quedado debajo de un camión estacionado, era de forma rectangular tipo ladrillo y estaba envuelto en papel de diario. En su interior escondía aproximadamente un kilo de cocaína compactada.
Junto con el material estupefaciente estaba el arma utilizada para amedrentar a los policías. Se trata de un revólver calibre 38 tipo lechucero de color cromado, listo para ser disparado. Más tarde, el auto apareció abandonado.
El prófugo se encuentra identificado y cuenta con antecedentes penales por otros delitos cometidos. Además tiene un pedido de captura mandado por el Juzgado Federal III de la ciudad de Rosario, a cargo de Félix Angelini.