Deportes: DEPO-11
Los Juegos se cerraron con el Maratón
El último resplandor atlético
El atletismo es el mayor espectáculo de los Juegos Olímpicos, y en esta ocasión de Beijing regaló momentos de notable esplendor. Con el jamaiquino Usain Bolt como gran figura, cinco marcas mundiales fueron batidas y la gran sorpresa la sufrió Estados Unidos: no logró ningún oro en velocidad.

De la redacción de El Litoral

Como es habitual en cada juego, el Comité Olímpico Internacional designó a el Maratón como cierre de las especialidades del atletismo. De esta forma, la última dorada quedó en manos del keniata Kamau Samuel Wanjiru, con un tiempo de 2:06:32 horas, quebrando así la anterior marca olímpica. En segunda posición llegó el marroquí Jaouad Gharib, mientras que Tsegay Kebede, de Etiopía, se alzó con el bronce gracias a un gran sprint final una vez dentro del estadio.

Es de destacar que entre los primeros 8 atletas, hubo 7 representantes de distintos países de África; el único europeo infiltrado fue el suizo Víktor Rothlin, quien concluyó sexto, a 4 minutos del líder.

El Maratón se realiza desde los primeros juegos, en honor al antiguo soldado griego Filípides, quien en el año 490 A.C. recorrió 40 km desde la ciudad de Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria ateniense sobre el ejército persa. Luego de su anuncio, falleció por la fatiga.

Posteriormente, en los juegos de Londres 1908, se dispuso que fuera de 42,195 km, ya que esta distancia es la que separa la ciudad inglesa de Windsor del estadio White City. Los últimos metros fueron añadidos para que la final tuviera lugar frente al palco presidencial del estadio.

El primer ganador fue Spiridon Louis, un panadero de origen griego. La participación olímpica en mujeres recién se incluyó para los juegos de Los Ángeles 1984.

La magia atlética,presente en Beijing

El Atletismo ha deslumbrado y brindado magníficos espectáculos, con récords y marcas que quedarán en el recuerdo de muchos. Las grandes figuras brindaron todo de sí y muchos de ellos cumplieron con los pronósticos previos.

Usain Bolt, de 22 años, se convirtió en el gran triunfador del atletismo, gracias a sus tres medallas de oro y tres récords del mundo en una semana. El jamaiquino produjo el primer gran triunfo en el segundo día del torneo, cuando bajó a 9.69 el récord mundial de 100 metros, que él mismo había fijado antes en 9.72. Cuatro días después, en la final de 200, acabó con el récord que ostentaba desde Atlanta 1996 el histórico Michael Johnson, al señalar 19.30.

Su última gran hazaña la concretó el 22 de agosto, participando en el récord mundial de 4x100, logrado por el equipo de Jamaica (37.10), compuesto por Nesta Carter, Michael Frater y Asafa Powel (quinto en los 100 metros llanos y segundo hombre más rápido de la historia).

Además, la rusa Yelena Isinbayeva logró, en salto con garrocha, su vigésimo cuarto récord mundial, estableciendo 5,05, mientras que su compatriota Gulnara Galkina Samitova obtuvo el de 3.000 metros con obstáculos, gracias a sus 8:58.81 minutos.

Por su parte, los etíopes Kenenisa Bekele y Tirunesh Dibaba lograron los dobletes en los 10.000 y 5.000 metros, en ambos casos de forma indiscutible y consiguiendo una diferencia abrumadora por sobre sus rivales. En tanto, las keniatas Pamela Jelimo y Linet Chepkwemoi consiguieron dos nuevas plusmarcas mundiales junior, en 800 y 10.000 metros.

Cinco marcas mundiales, 18 olímpicas y 86 récords nacionales resaltan el nivel que alcanzó el atletismo en Beijing, donde 37 países han conseguido al menos una medalla.

A Estados Unidos, gran exponente del deporte atlético, le tocó quizás la parte amarga del torneo. Aunque obtuvo el mayor número de medallas de oro (7) y totales (23), no fue capaz de conseguir un solo título en velocidad, su especialidad más querida. Ni siquiera en relevos 4x100, donde además fueron eliminados en semifinales luego de que, tanto en la rama femenina como en la masculina, quedaran descalificados debido a la caída del testimonio en el último traspaso.

La parte magra para todos sea quizás que, de los seis casos de dopaje en estos juegos, dos proceden del atletismo: la ucraniana Lyudmila Blonska, que había conseguido medalla de plata en el heptatlón y luego fuera suspendida de por vida por ser reincidente, sumado al de la griega Fani Halkia, que no pudo defender su título olímpico de 400 metros con vallas.

Conclusiones, con Londres a la vista

Con la llama olímpica de Beijing apagada, las especulaciones concluyeron y el análisis es concreto: China celebra tranquilo y descorcha con felicidad debido al primer triunfo de su historia en el medallero, cumpliendo así el objetivo propuesto desde un principio. La definición comenzó a gestarse desde los primeros días olímpicos, ya que desde allí la diferencia fue aumentando y nunca abandonó la primera posición.

Por el lado de Estados Unidos, todo es muy distinto. Luego de tres juegos relegaron su lugar de líder deportivo, creando un llamado de atención más que importante de cara a los próximos 4 años. La prensa del país del norte resalta que fueron los que más preseas obtuvieron, pero en definitiva, por más que no lo reconozcan públicamente, sufrieron el poderío y la política deportiva China, sumado por supuesto a la eficacia jamaiquina en las pruebas atléticas de velocidad.

Sin dudas, Estados Unidos deberá hacer hincapié en esta cuestión de cara a Londres 2012, donde buscará obtener Äademás de las especialidades más veloces del atletismoÄ los deportes de menor reconocimiento, donde sí logró sacar diferencia el local.

Por otra parte, Rusia cumplió con los pronósticos previos y se colocó tercera sobre el final, aunque lejos de la discusión seria. Pero antes de los próximos juegos londinenses hay un dato que no deja de ser importante: Gran Bretaña concluyó cuarto con 19 doradas, cosechando la segunda mejor campaña de su historia, después de las 56 de Londres 1908.

Es de destacar que, si bien los británicos no son una potencia olímpica, el local siempre consigue un plus de medallas con respecto a otros juegos. Suponiendo que mantuviera más o menos la recaudación de galardones de Beijing y acceda a ese extra, es un rival a tener en cuenta para China, Estados Unidos y, por qué no, Rusia.

En un análisis de Argentina, en tanto, cabe mencionar que nuestro país igualó el número de preseas de los juegos pasados, y de existir una concreta política deportiva podría escalar en más oros, platas y bronces. Por supuesto que es casi imposible que llegue a ser potencia olímpica, porque demasiado lejos está de serlo. Sí es real que el apoyo es necesario y sería bueno que se empiece a trabajar desde mañana, y que el reclamo no volviera a aparecer días antes de que la llama olímpica se encienda dentro de cuatro años.