Deportes: DEPO-08
Fue uno de los equipos del que todos se acuerdan: hace 35 años era campeón...
Huracán del "73, está todo dicho
Hoy se cumplen 35 años de la consagración de uno de los conjuntos que marcaron una huella imborrable en el fútbol argentino. César Luis Menotti fue el mentor de aquel elenco que, con muy buenos jugadores, ganaba, gustaba y goleaba.

Télam/De la redacción de El Litoral

Un 16 de setiembre pero de 1973, el Club Atlético Huracán se consagraba campeón del Torneo Metropolitano, primer certamen del año (luego se disputaba el Campeonato Nacional). Hoy se cumplen 35 años de lo que, para muchos especialistas, se constituyó en la victoria de un equipo que en cada partido presentaba un fútbol romántico, y que supo demostrar que con el difícil precepto de las tres G (ganar, gustar y golear), también podía lograr abrazarse a la gloria.

Aquel 16 de setiembre de 1973, a pesar de una derrota 2-1 como local ante Gimnasia y Esgrima La Plata, el equipo conducido por César Luis Menotti "suscribió contrato" con el fútbol argentino y quedó enmarcado como uno de los mejores representantes de toda su rica y vasta historia.

Ese conjunto de Parque de los Patricios (recitado de memoria, como posteriormente solicitó como técnico para sus equipos uno de sus protagonistas, Alfio "Coco" Basile, actual técnico de la Selección) pasó a la posteridad por "jugar el fútbol que le gusta a la gente", el de las tres G, en la mayoría de los compromisos que le tocó asumir en los 32 cotejos disputados.

Un poco de historia

La temporada 1973 fue propicia para "revoluciones" (por aquellos años había un conmocionado panorama político en la Argentina, ya que Juan Domingo Perón volvía a instalarse en el poder) y la futbolística propuesta por Huracán fue, quizás, la que "más perduró en el tiempo".

Es cierto que no hubo innovaciones tácticas de las que luego se hablarían, según los años; como sí ocurrió, por ejemplo, con el seleccionado de Holanda en el Mundial de Alemania 1974 (a pesar de haber terminado en segundo lugar).

Pero también lo es que ese equipo del "Globo", como muy pocos a lo largo de su centenaria trayectoria, ponía la necesaria cuota de "belleza" ("Bambino" Veira dixit) al servicio de un juego que amenazaba con tornarse "resultadista".

El "Flaco" Menotti inició su romance con la entidad de Parque de los Patricios a mediados de mayo del '71, cuando el entonces presidente del club, Luis Seijo, lo fue a ver a Rosario y le propuso que sea el director técnico de un Huracán que, por esos años, frecuentaba peligrosamente la mitad de la tabla para abajo.

Entonces, la campaña de 1972 resultó una suerte de prólogo (el equipo terminó tercero en el Metropolitano) y sentó las bases para lo que posteriormente llegaría. El propio Menotti no asomaba muy convencido de lo que iba a pasar: "Esto de que no se resuelvan las compras y las ventas que se van a hacer, me tiene preocupado. Me provoca desagrado el hecho de que Huracán deba renovar su plantel por el fracaso del año anterior", manifestaba el entrenador en el diario La Opinión, en febrero del '73, a quince días del comienzo de la actividad oficial.

Nace la "criatura"

Lo concreto es que, para esa temporada, Huracán contó con la ventaja de incorporar a un "Hueso" de piernas flacas y pelo largo, que venía de romperla en Defensores de Belgrano, en la Primera B. Su nombre era René, su apellido, Houseman. Y el resto, es historia conocida.

Para la primera fecha, jugada el domingo 4 de marzo en el palacio Tomás Adolfo Ducó, el rival era Argentinos Juniors. El equipo formó con Héctor Roganti; Nelson Chabay, Alberto Fanesi (se lesionó luego y le dejó su lugar a Daniel Buglione), Alfio Basile y Jorge Carrascosa; Miguel Angel Brindisi, Francisco Russo y Carlos Babington; Houseman, Roque Avallay y Omar Larrosa.

Empezaba el "equipo de memoria". Con el toque como precepto principal, el "Globo" comenzó como para entusiasmar a sus hinchas: un contundente 6-1, con dos goles de Brindisi, dos de Babington, uno de Larrosa y el restante de Eduardo Quiroga, un delantero que solía ingresar en los segundos períodos.

Y los triunfos se sucedieron: 2-0 a Newell's en Rosario; 5-2 a Atlanta; 3-1 a Colón nuestra ciudad; 5-0 a Racing y un ajustado 1-0 a Vélez en el Amalfitani. Puntaje perfecto para las primeras seis fechas.

Pero sin dudas, el partido que se convirtió en "bisagra" de aquel equipo resultó el jugado en Rosario frente a Central, por la undécima fecha. Concluyó un lunes de mayo (un vendaval demoró el festival por 24 horas), con un Houseman desequilibrante (autor de dos goles), Huracán asestó un impiadoso 5 a 0. Tal es así que la parcialidad auriazul reconoció la tremenda superioridad del adversario y le regaló aplausos a la salida de la cancha.

Al finalizar la primera rueda, el "Quemero" era el líder con 25 puntos, con dos de ventaja sobre Independiente y River, uno de los dos que lo había derrotado al cabo de esa primera etapa del torneo (el otro había sido Boca por 4-1). En la segunda, el equipo debió atenuar la partida de algunos futbolistas al seleccionado argentino (Brindisi, Babington, Avallay, Houseman) y el nivel se resintió. Pese a ello, Huracán nunca perdió el liderazgo y terminó coronándose dos fechas antes del final, aun con la caída ante Gimnasia.

Ganó en Santa Fe

El 25 de marzo de ese año, Huracán visitó Santa Fe y le ganó a Colón por 3 a 1. Los sabaleros alistaron ese día a Baley; Zimmermann, Zuccarelli, Trossero y Guerreño; "Cococho" Alvarez, Trullet y Córdoba; Gutiérrez, Olivares y Brítez. Luego entraron Spadaro y Ripke. Huracán lo hizo con el elenco estable: Roganti; Chabay, Buglione, Basile y Carrascosa; Brindisi, Russo y Babington; Houseman, Avallay y Larrosa. Babington, Larrosa y Houseman hicieron los goles de Huracán, que ganaba 3-0, descontando Zuccarelli de penal sobre el final del partido. Unión, en ese año, había vuelto a la "B".

Eficacia más belleza

En declaraciones que reprodujo el recientemente editado libro "Corazón Villero", en homenaje a ese poeta de la gambeta que se llama René Orlando Houseman, el técnico Menotti dijo: "Para el fútbol argentino, aquélla era una época en la que, como hoy, algunos intrusos querían separar la eficacia de la belleza". Huracán apareció en ese momento de confusión y demostró que ambas cosas podían ir juntas. Y eso fue importante, porque los mensajes decían que "había que ser pícaro, "pinchar' la pelota, "mojar' la cancha", explicó el Flaco.

"Como técnico, ese equipo campeón del Metropolitano '73 significó la posibilidad de disfrutar con las famosas tres G: ganar, gustar y golear. Yo salía de cada partido con una alegría increíble, por el juego de conjunto y por el reconocimiento que recibía en la calle", resume Menotti.

Las claves del "Globo" campeón

Los pelotazos puestos por Babington para las entradas de Avallay o Houseman, las subidas de Carrascosa por el costado izquierdo, la pausa y aparición sorpresiva en el área rival de Larrosa eran sellos distintivos de un equipo que pensaba en el ataque. También lo eran las paredes que ensayaban los cinco de "arriba" (casi siempre eran cinco delanteros, porque Brindisi y Babington se sumaban con frecuencia al ataque, con "Fatiga" Russo moviéndose "infatigablemente" por el medio para tratar de recuperarla), en un período en el que mirar el arco propio empezaba a ser denominador común.

Por eso, aquel Huracán campeón del '73 quedó instalado como bandera irrestricta de un fútbol si se quiere "romántico", en donde como señaló Menotti se conjugaron "eficacia y belleza". En donde también, los esquemas tácticos quedaban de lado y el orden inicial duraba diez, tal vez, veinte minutos, nada más. Luego era el turno de muy buenos futbolistas que improvisaban y diseñaban sobre la cancha esa nítida sensación de "jugar por abajo", "buscar pequeñas sociedades", meter miles de "pases a la red", tal como fue definido el gol.