Escenarios & Sociedad: SOCI-04
Murió Julio César Botta
Adiós a un maestro
La noticia de la muerte del prestigioso artista plástico enluta al quehacer cultural santafesino.

La noticia de la muerte del artista plástico santafesino Julio César Botta ha causado hondo impacto en el ambiente cultural santafesino. Profundo conocedor de las artes plásticas, el artista tuvo también una amplia participación en diversas manifestaciones del quehacer cultural en la ciudad que tanto amaba y, esencialmente, en el campo de la docencia.

Nació en Santa Fe y egresó de la Escuela Municipal de Diseño y Artes Visuales en 1965 y del Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario con el título de profesor nacional superior de pintura en 1970. Fue becario del gobierno de Bélgica durante 1973 y 1974, en la Escuela de Cambres de aquel país. Asimismo, fue becario de Francia en 1981 y 1982, con el fin de efectuar una pasantía en la Escuela Nacional Superior de Artes Aplicadas y Oficios del Arte de París. En 1983 obtuvo la beca de la provincia de Santa Fe, para efectuar un viaje al Noroeste Argentino y países andinos.

Botta fue profesor titular de la cátedra de Pintura en las carreras superiores de la Escuela Provincial de Artes Visuales Profesor Juan Mantovani de Santa Fe y profesor titular de las cátedras de Dibujo y Pintura en la Escuela de Diseño y Artes Visuales de Santa Fe desde 1975.

A lo largo de su aquilatada trayectoria como artista plástico obtuvo galardones de indudable prestigio como los Premios Adquisición de la Universidad Católica de Santa Fe, el Primer Premio Adquisición Salón San Justo, Esperanza, Sunchales y Santo Tomé; el Premio Adquisición Salón del Litoral Santa Fe y Premio de Honor Salón Artistas Plásticos Santafesinos más el Premio Eduardo Sívori, en el Salón Nacional Regional (Mendoza).

Su obra fue siempre elogiada por la crítica especializada y el público, que acompañaba con su presencia las exposiciones realizadas por este inquieto y apasionado hombre que tanto amaba su profesión.

La docencia, su pasión

Fue un verdadero maestro para sus alumnos, a quienes formaba con indisimulable pasión en el oficio y en la vida con su entrega. Varias generaciones aprendieron junto a él en las instituciones educativas donde desarrolló su labor y donde, además, concretó una trayectoria basada esencialmente en sus conocimientos, que volcaba en sus clases y en las tertulias posteriores.

Botta era un incansable hacedor y conocedor de las artes plásticas, esencialmente de la pintura. Resulta imposible señalar su vasto currículum, pero muchos lo recordarán también por su preocupación por preservar las obras patrimoniales de su querida Santa Fe. En tal sentido, fue impulsor esencial de la reciente creación de la Asociación de Amigos del Museo Municipal de Artes Plásticas Sor Josefa Díaz y Clucellas, ámbito donde fue el curador de la primera muestra realizada este año con excelentes obras del patrimonio.

En cada uno de sus trabajos como artista plástico supo demostrar caminos concretos para su arte. Se las ingeniaba con la técnica, pero ésta no era el fin sino el medio del que se valía para hacer arte. Recorría la vida manejando con sabiduría la magia del conocimiento y deslumbrando a todos por igual con todo lo que sabía. Su obra, además de ser un elaborado juego poético, se transformaba en reflexión. Julio César Botta sabía que el pensamiento es la esencia del hombre.

Fue un hombre de la cultura a rajatabla. Trabajó siempre con profundidad y objetivos claros y su corazón estaba en el quehacer de las artes plásticas y en la docencia. Para lograr ese objetivo tuvo amigos entrañables en los que se apoyó permanentemente. Era un gran artista, un querido docente y, por sobre todas las cosas, un hombre de bien.

De la redacción de El Litoral