Región: REG-05
Tour Lechero: una recorrida por la última tecnología en lechería
La batalla del tambo contra la agricultura
TodoAgro Eventos realizó la primera gira por establecimientos de la cuenca cordobesa para conocer las recetas de intensificación que se utilizan en la zona. Riego, encalado, encierre y estabulación fueron los principales atractivos.

Seis tambos de la cuenca cordobesa bastaron para observar lo más adelantado en tecnología de producción lechera. La experiencia, organizada por TodoAgro Eventos, se llamó "Tour Lechero Córdoba 2008" y convocó a más de 50 productores tamberos que, montados en minibuses, transitaron alrededor de 300 kilómetros para conocer casos exitosos de recría intensiva, riego, encierre, producción estabulada y hasta un "tambo calesita". El objetivo fue aportarle a los participantes alternativas de intensificación que permitan hacer frente a la creciente presión de la agricultura sobre la actividad.

Cuanto sale de la tierra

La recorrida se inició a pocos kilómetros de Villa María, con la visita al campo El Peludo de la familia Gagliardi, que posee 4 tambos propios y procesa en su planta de James Kraig alrededor de 200.000 litros diarios a los que llegan con el aporte de 70 remitentes. La firma no sólo es reconocida por ser proveedora de una de las más grandes cadenas de supermercados de capitales nacionales, sino también por implementar un eficiente sistema de riego en sus establecimientos.

Con los minibuses sobre las banquinas, y luego de pasar por debajo del alambrado, los visitantes se situaron sobre un lote de ryegrass en el filo de la circunferencia que traza 1 de los 5 pivotes de riego. De un lado, el vigoroso verde; del otro, los tonos ocre que delatan la tremenda sequía.

Megáfono en mano, el Jefe de la Agencia de Extensión San Francisco del INTA, ingeniero Alejandro Centeno, dio a los presentes las especificaciones técnicas del planteo en el que se evaluó la respuesta del riego a distintas dosis de fertilizantes. Antes aclaró que para jugarse al riego primero hay que tener un estudio de impacto económico (el costo de instalación oscila entre u$s1.000 y 1.500/ha), saber si hay agua suficiente, elegir las especies forrajeras adecuadas (híbridos de mayor potencial) y aplicar un plan de fertilización. Luego detalló que en ese campo se probaron dosis de urea de 100 a 400 kilos/ha, resultando la dosis óptima en 300 kg/ha con un rendimiento de 4.400 kg de materia seca (MS) por hectárea, contra los 2.000 que arrojó el testigo, sin fertilización ni riego.

Cría y recría

A pocos kilómetros, en Arroyo Algodón, la estación siguiente fue en uno de los campos del establecimiento "Alfredo José", propiedad de Héctor Bertone. Allí se pudo observar el resultado del encalado de pasturas (alfalfa) en suelos sódicos. Con la premisa de "recuperar los manchones característicos de los alfalfares" en este tipo de terreno, se evaluaron dos dosis de sulfato de calcio (yeso agrícola) de 3.000 y 6.000 kilos/ha., más un tercero de 3.000 kg. y 150 kg. de kieserita. Sobre los resultados, el ingeniero Edgardo Arévalo aseguró: "logramos recuperar 80% la producción de forraje".

Más adelante, en el campo El Chiquito, también de Bertone, se pudo apreciar un sistema de cría y recría intensivo, con el detalle no menor para los tamberos de terminar los machos holando para el envío a faena. En sólo 10 hectáreas concentra 630 animales. "Hace tres años me inicié poniendo un mixer sobre un camión y eso me ha dado un excelente resultado; hoy con dos personas estoy alimentando 1.700 animales de distintas categorías", anticipó el propietario.

El primer impacto entre los visitantes lo produjo la guachera comunitaria en la que se crían los terneros de los 5 tambos de la empresa. En algo menos de una hectárea, la sucesión de estacas Äcada una con su terneroÄ "alfombraban" el terreno. Aquí los cuidados son muy importantes para poder llegar al objetivo de entorar vaquillonas con 15 meses y 350 kilos y así acelerar la reposición en los tambos. Por eso, por ejemplo, cada animal lucía su correspondiente ponchito confeccionado con bolsas de semilla. En el proceso, las hembras recorren las recrías 1, 2 y 3; y los machos se terminan en feed lot con algo más de 340 kilos en no más de 9 meses de vida.

El sustituto lácteo y el balanceado se mantiene hasta el momento del desleche para pasar a la primera recría con la incorporación de fibra proveniente de fardos de primera calidad. El salto a la recría 2 agrega grano de maíz entero (disminuye acidosis) más un concentrado con alto nivel de proteína. "En general hacemos una dieta entre un 16 y un 17% de proteína para las hembras y así tener ganancias promedio 1/1.100 kg", precisó el asesor veterinario del establecimiento Pablo Pellicioni. Sobre los machos, agregó que los números del engorde son muy ajustados, pero que "es una decisión política de la empresa" terminar el ciclo.

Encierre en corral seco

Promediando la jornada, en el establecimiento "Laguna de la Vaca" de la familia Truccone se pudo apreciar un planteo de encierre denominado "corral seco", que consiste en un potrero a cielo abierto de piso consolidado y una media sombra (en este caso un tinglado) para el descanso de las vacas cuyo objetivo es garantizar el acceso permanente de las vacas al alimento pase lo que pase con el clima.

Trabajan 310 hectáreas propias y 230 alquiladas, más otro campo propio de 120 donde se hace agricultura exclusivamente para el tambo. En definitiva a la producción lechera destinan 130 hectáreas de las cuales 70 son para silo de maíz y el resto de pastura de alfalfa. Los animales no pastorean sino que consumen únicamente silo.

"La agricultura nos apretaba mucho, los números le eran muy favorables y pensamos qué hacer para no desprendernos del tambo", relató Mariano Truccone, que tomó la posta de sus padres y es quien conduce el establecimiento. Ahora, con la cantidad de hectáreas que liberó, es la agricultura la principal fuente de financiamiento de la producción lechera.

El proceso de construcción, que significó el montaje de estructuras y compactado de tierra, duró algo más de un año con una inversión pensada en unos $500 por vaca pero que finalmente resultó un 25% superior. "Amortizarlo sólo con el tambo llevaría entre 8 y 9 años, pero son esas hectáreas que se recuperaron para agricultura son las que ayudan a pagar la inversión en el tambo", detalló Mariano, que se define como "un apasionado de las vacas" cuando tiene que explicar porqué se sigue jugando a la lechería.

La apuesta, que se inició hace un año y seis meses, dio sus frutos: se ajustó la selección de los animales, mejoraron el preparto, estiraron considerablemente las lactancias y elevaron la cantidad del litros por vaca de 17/18 a 23.5/24.

Vacas quietas

Ya en la recta final, el contingente arribó al establecimiento de Enrique Piatti en Sacanta. Antes de recorrer las instalaciones de uno de los primeros tambos completamente estabulados del país, el anfitrión brindó una charla en la que expuso los principales argumentos de su planteo productivo, que se resume en inmovilizar los animales y optimizar la producción de forraje en las hectáreas liberadas.

Las 560 hectáreas se utilizan de la siguiente manera: 60 para alfalfa, que se cosecha y se ensila; 250 para soja; 250 de maíz; y 180 de trigo. "El mejor tambero del futuro será el mejor agricultor", sostuvo Piatti ante los presentes y agregó que la principal motivación para adoptar este sistema es "recuperar la estructura del suelo". Al respecto rompió el mito de la "inocuidad" de la alfalfa para el suelo al afirmar que "produce el mismo efecto que la labranza convencional" por la cantidad de propiedades que le quita al suelo.

Entre las ventajas expuestas nombró el aprovechamiento al 100% del forraje (sin pérdida por pisoteo o lluvias) y en óptima calidad; el mejor aprovechamiento del tiempo en la alimentación, ya que la vaca no pierde tiempo caminando hasta el lote; confort animal (se ganan litros porque se elimina el stress calórico); y la posibilidad de "medir todo". Medido en litros, la producción promedio individual creció de 17 a 25 litros.

El establo donde yacen las vacas, de 100 metros por 30, cuenta con un pasillo central desde donde se raciona el alimento y sobre los laterales de las instalaciones cada ejemplar cuenta con una cama de arena para el descanso. De ese modo sólo se mueven unos metros para comer y rumiar. "Yo digo que es más simple que el sistema pastoril", aseguró el productor, que se inició en la actividad en 1992 y desde 1997 inició la transformación.

"En mi experiencia, la producción ideal de las vacas creció un 50% y liberé la mitad del campo para agricultura, con lo cual estoy alimentando las vacas con la mitad de las hectáreas que usaba antes", expresó Piatti, que es ingeniero agrónomo y titular de una empresa constructora. "La realidad es que los tambos se seguirán dejando si no cambiamos la tecnología para producir leche; la realidad es que en los 15 kilómetros que se recorren para llegar en la década del 80 había 18 tambos y hoy queda el mío nada más", remató.

Arriba de la calesita

Luego de que el contingente recorrió las instalaciones de Piatti y se sacó todas las dudas, el convoy de minibues puso proa a "la frutilla del postre" del Tour Lechero: el tambo calesita del Establecimiento San Carlos, de Oscar Bolatti, próximo a Colonia San Bartolomé.

El arribo se produjo en sincronía con el ordeñe de la tarde y de inmediato se pudo ver a las vacas subidas a la estructura rotativa con 40 bajadas, diseñada y fabricada por Westfalia Surge, capaz de ordeñar entre 240/270 animales por hora, según el nivel de productividad del rodeo. El nivel de automatización alcanza también al corral de espera, donde las vacas son "arreadas" por una valla que se desliza "achicando" el espacio y obligándolas a aproximarse a la "calesita".

La estructura lleva instalada dos años, pero hace 10 que los propietarios ya le tenían ganas. "Adoptamos este sistema porque era algo que nos había quedado pendiente y porque teníamos la idea de las 1.000 vacas en ordeñe y es más viable por los tiempos que se manejan y la cantidad de personal", explicó el propio Bolatti. La inversión ascendió a unos u$s 700.000 (sin contar los animales), pero prácticamente no han tenido grandes gastos extra de mantenimiento.

Actualmente ordeñan 700 vacas y el trabajo es distinto a un tambo convencional. "Yo no trabajo más con tambero, sino que hay un grupo de ordeñadores y un grupo de pasteros (que controlan los boyeros) y otro que maneja el mixer", agregó. En total trabajan en forma directa unas 10 personas, que cada 15 días tienen un fin de semana de franco.

Mientras el sol terminaba de ponerse en el horizonte, el Tour Lechero emprendió el regreso hacia el punto de partida, en la Sociedad Rural de Villa María. Así finalizó la jornada inaugural de una experiencia pionera que incluye al periodismo dentro del juego de la producción, con el sano compromiso de aportar a su desarrollo en lugar de limitarse sólo a relatarlo. Por suerte, quienes se quedaron con ganas tendrán en octubre y noviembre nuevas oportunidades para participar.

Mejor que invertir es pensar

Para Alejandro Centeno, jefe de la Agencia de Exensión del INTA en San Francisco hay que ir paso a paso y no plantear en el vacío la necesidad de intensificar para hacerle frente a la agricultura. "Yo entiendo la intensificación como una mejora de la eficiencia; no asocio esa palabra con grandes inversiones. Creo que hoy la intensificación pasa por una inversión intelectual; tratar de pensar la mejor forma de hacer más productivo nuestro sistema lechero y para eso pienso en cuestiones de manejo: alimentación, nutrición, salud de las vacas, capacitación del personal; en definitiva ser más eficiente en todos los aspectos que hacen a la producción de leche".

Juan Manuel Fernández[email protected] ESPECIAL