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Disminuir la circulación del virus que produce la rubéola para evitar el nacimiento de niños con malformaciones y discapacidades es la meta fundamental de esta campaña nacional que, ahora, convoca a los hombres.
Si los hombres -por lo general- son reticentes a concurrir al médico por alguna cuestión de salud que los aqueja, más difícil será convencerlos de que desde mañana y hasta el 30 de noviembre tendrán que vacunarse para eliminar la rubéola y prevenir el síndrome de rubéola congénita, de manera de no contagiar a las mujeres en edad fértil.
Sin embargo, las razones por las cuales deben participar de esta campaña nacional de vacunación a nivel nacional -destinada a hombres de 16 a 39 años- son bien simples: se trata de una protección individual para no enfermarse, y es sólo un pinchazo que lleva un instante, ya que si adquieren la enfermedad deberán estar una semana en cama, sin poder seguir haciendo sus actividades cotidianas.
Los hombres que tienen pareja deben pensar que esta vacunación se emprende para ser solidarios, ya que si se vacunan y protegen el virus no va a estar más en la comunidad y, por lo tanto, no contagiará a una mujer que -por alguna circunstancia- no haya sido vacunada contra esta enfermedad o tenga disminuido su sistema de defensas. De esta manera, permitirá que si esta mujer queda embarazada tenga una gestación tranquila, pensando en que su bebé no tendrá riesgo de nacer con malformaciones severas y discapacidades.
La Dra. Andrea Uboldi, directora de Promoción y Protección de la Salud de la cartera sanitaria, explicó a El Litoral las características de la campaña nacional de vacunación -que comienza mañana- implementada para la eliminación de la rubéola y el síndrome de la rubéola congénita.
Respecto del grupo de vacunación de esta campaña -hombres de 16 a 39 años-, Uboldi justificó que "la mayoría de la población mayor de 40 años ya padeció la enfermedad cuando no había una vacuna disponible, antes de 1998, cuando fue incorporada al Calendario Nacional de Vacunación. Entonces, producía brotes cada cinco o diez años y la gente la adquiría. En tanto, el grupo de menores de 16 años (que incluye la población pediátrica, en edad escolar y de adolescentes de 11 a 16) se beneficia con la vacuna en el Calendario. Por eso, nos queda esta franja del medio de adolescentes y adultos jóvenes que ni tuvieron la enfermedad ni pudieron llegar a tener la vacuna".
Asimismo, recordó que "en la campaña 2006 se insistió en la importancia de vacunar a mujeres mientras que este año corresponde vacunar a los hombres que son los que actualmente son el reservorio de la enfermedad y los que podrían estar diseminándola a mujeres con futuros embarazos. Las vacunas son para prevenir, logrando que los jóvenes que no tengan defensas para esta enfermedad no la adquieran pero sí las defensas para estar protegidos de esta enfermedad".
A la búsqueda
Por último, Uboldi se refirió a las estrategias de vacunación especiales que se pondrán en marcha para que los hombres de 16 a 39 años se inmunicen. "Nos encontramos con un grupo poblacional que está en la escuela y otro trabajando. Por eso trabajaremos con empresas, conglomerados de escuelas y Eempas, además de otras organizaciones, y trabajando en puestos y lugares no tradicionales", adelantó.
Y continuó: "Por ejemplo, la población que esté trabajando no está en condiciones de acceder a los centros de salud, por los horarios de atención. La idea es llegar a vacunar en sus lugares de trabajo o adonde asisten a capacitarse (universidades y escuelas) para garantizar que todos tengan acceso a la vacuna y que no sea una limitante que el centro de salud no estaba abierto o que en el horario en que atiende la gente está trabajando. No va a ser una vacuna a demanda sino de búsqueda de estos hombres.
Por último, aconsejó a las mamás, controlar los carnés de vacunación para ver si los menores de 16 años están vacunados para prevenir esta enfermedad, y al personal de salud, vacunarse. También indicó que se pretende que los docentes tomen el tema para problematizarlo en las aulas para pensar en la importancia de esta vacunación como un hecho solidario.
Alerta, embarazadas
La rubéola es una enfermedad viral, en general leve, que se presenta con una erupción en el cuerpo acompañada de ganglios, muy poca fiebre, y en el caso de la población adolescente y adulta, algo de dolor articular.
La Dra. Andrea Uboldi aclaró que "el impacto de esta enfermedad no es en la población masculina joven ni en niños sino que en realidad el mayor inconveniente que tiene es cuando se contagia una mujer en edad fértil que está embarazada (sobre todo cursando sus primeros trimestres de embarazo), que no ha recibido vacunas previamente y no tiene antecedentes de haber tenido la enfermedad. Cuanto más temprano es el embarazo, su bebé tiene más posibilidades de tener malformaciones severas y discapacidad futura".
Beneficios a la vista
Consultada con relación a los cambios que pudieran haberse dado a partir de que las autoridades sanitarias tienen en cuenta la importancia de erradicar esta enfermedad, Uboldi aseguró que "el primer gran cambio fue cuando fue incorporada la vacuna en el Calendario Nacional de Vacunación, en 1998. Si uno mira las tasas de enfermedad previas a la vacunación, la cantidad de casos que se registraban era muy importante. Desde entonces, cuando se incorporó la vacuna Triple Viral (que tiene el componente sarampión, paperas y rubéola para los niños de 1 año y un segundo refuerzo a los 6) comenzaron a caer los casos de rubéola. Entonces, ésta que era una enfermedad pediátrica, no se presentó más en niños sino que ahora lo hace en adolescentes y adultos mayores".
También explicó que "en 2006 vimos una caída importante de la enfermedad en mujeres. Además, a partir de la experiencia que está teniendo Rosario, donde desde abril comenzó con un brote de rubéola importante, la población que está teniendo la enfermedad son hombres de 18 años, edad promedio. Por este motivo, la campaña apunta a esta población que está desprotegida todavía para tratar de que no se enferme".