Opinión: OPIN-01 La droga sigue llegando

La reciente detección de alrededor de tres mil kilos de marihuana en la zona de la costa dejó en claro que los narcotraficantes llevan todas las de ganar, en esta supuesta lucha contra el avance de las drogas en la Argentina y en la provincia.

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Daniel Cuenca, reconoció públicamente que poco puede hacer la provincia ante el incesante paso de avionetas provenientes desde el Paraguay cargadas con estupefacientes, que aterrizan en territorio santafesino o atraviesan su espacio aéreo prácticamente sin ningún impedimento.

Los organismos provinciales de seguridad no cuentan con el equipamiento necesario para realizar estos controles que, por otro lado, no les competen, por estar en manos de la Fuerza Aérea.

Como para profundizar este estado de indefensión, el jefe de la Tercera Brigada Aérea de Reconquista ratificó que la Fuerza Aérea cuenta con un radar en Posadas y otro en Resistencia, en condiciones de detectar estos vuelos ilegales. Sin embargo, dijo que no funcionan de manera permanente por falta de personal y combustible.

A fines del año pasado, la policía detectó en El Triángulo, un pequeño poblado ubicado sobre la Ruta Provincial Nº 40, un avión Cessna 210, con más de 500 kilos de marihuana. El hallazgo se produjo por casualidad porque un problema técnico obligó al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia. Poco antes, un cargamento similar había sido decomisado en la zona de islas del departamento La Capital.

Frente a esta realidad, nadie se atreve a realizar un cálculo acerca de cuánta droga sobrevuela por Santa Fe o aterriza en la provincia sin ser detectada.

Pero los problemas no sólo están en el aire. De hecho, si los 2.748 kilos de marihuana encontrados cerca del arroyo Potrero llegaron hasta allí en un camión o camioneta, sería una clara muestra de que los narcotraficantes pudieron recorrer más de 400 kilómetros por las rutas santafesinas sin que el cargamento ilegal fuera detectado.

¿Y qué ocurre en los ríos que atraviesan estas vastas regiones del noreste del país? Por ahora, la respuesta a este interrogante sigue siendo un enigma.

Los hechos demuestran que el discurso político sobre la voluntad de enfrentar al narcotráfico es apenas un cúmulo de palabras vacías. Si la Nación ni siquiera aporta el dinero necesario para mantener activos, en forma permanente, los radares de la Fuerza Aérea, las posibilidades de éxito seguirán siendo casi nulas.

El problema no es menor. Desde hace algunos meses, se acumulan los elementos que prueban el accionar de carteles internacionales de la droga en la Argentina.

Es verdad que están aquí, porque el país les resulta económicamente ventajoso para la producción de drogas sintéticas que luego venden aquí y en el exterior. Sin embargo, la falta de controles adecuados es seguramente un importante aliciente para la radicación definitiva de estas organizaciones dedicadas al narcotráfico internacional.