Si el intento de aplicación de la Resolución Nº 125 fue la gota que rebalsó el vaso, la derogación de la normativa dejó la copa llena hasta la próxima molécula. El silencio y la porfía unilateral encaminan el distanciamiento hacia un nuevo conflicto. Pensar que un modelo económico dominado por la voracidad capitalista se soluciona a través de la solidaridad es una ingenuidad en la que no caería ningún estadista de este siglo, sencillamente porque si la recaudación es capitalista difícilmente la distribución sea socialista y porque no habría que confundir solidaridad con justicia. Sería igual a creer que la solución de la pobreza está en la caridad y la beneficencia. Urgente, se necesita un estadista. Una especie en extinción.

El campo tiene su vaso lleno, al "silencio estampa" del gobierno nacional, se suma la falta de estrategia del ejecutivo provincial y una inédita sequía, la más grave de los últimos cien años, que afectó la cosecha gruesa 2008/2009 que inicia la campaña con escasas reservas de humedad. Y aquí lo paradójico, si se cumplen los pronósticos de precipitaciones para los próximos meses, sólo la soja, el "yuyo maldito", aportará ingresos como siempre. Las lluvias llegarían tarde para el trigo (se sembró un 22% menos de superficie) y el maíz, pero justas para la reina leguminosa.

Un par de datos pintan la tétrica situación ganadera: miles de vacas murieron y otras se venden a $ 0,60 el kg.

Y para colmo de males se inició un discusión obscena entre el gobierno provincial y nacional, para determinar a quien le corresponde la asistencia para paliar este enjambre de males. Que primero no y ahora si al fondo anticíclico, creado especialmente para estos casos excepcionales. Que debería responder la Nación por el exiguo dinero que distribuye en concepto de coparticipación en proporción a lo mucho que aporta Santa Fe. Pero el mentado y arengado "capitalismo solidario", como bases fraternas, se limita a los decretos de emergencia y/o desastre, la dádiva financiera, los albergues para 3.000 cabezas, donde hay 1.200.000 bovinos, la exacción y el acarreo de agua para los animales alojados, de 180.000 litros por día, como mínimo. Si es así, los medianos y grandes productores se verán favorecidos, como siempre. Hay algo a lo que el pequeño productor no tiene acceso: la influencia política.

Se necesita con urgencia un estadista. Un especialista en asuntos de estado que vislumbre que no se trata de solidaridad sino de justicia, algo que Ulpiano definió, en los años 200 de nuestra era, como "la constante y perfecta voluntad de dar a cada uno lo suyo".