Opinión: OPIN-02 Controversia sobre la eventual exhumación de García Lorca
Por Fernando Puchol. EFE

La vía libre dada por la familia de Federico García Lorca a la exhumación del poeta, fusilado al inicio de la Guerra Civil (1936-39), enfrenta a historiadores, escritores y asociaciones de desaparecidos, que discrepan sobre qué debería hacerse con sus restos y con el lugar en el que reposan.

La controversia es entre quienes consideran que García Lorca debería haber sido exhumado hace años al tratarse de una figura universal y de un símbolo de la represión durante la contienda, y quienes temen que la recuperación de sus restos se convierta en un circo mediático y desvirtúe el lugar donde está enterrado.

La familia del autor del "Romancero Gitano" siempre se opuso a recuperar su cuerpo, pero se resignó a la apertura de la fosa, situada en un barranco en la provincia de Granada (sur de España), después de que el caso llegara a la Audiencia Nacional.

García Lorca fue asesinado en la madrugada del 18 de agosto de 1936 por un grupo de falangistas partidarios del golpe militar del general Francisco Franco, junto al maestro de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.

La familia del maestro, representada por su nieta Nieves Galindo, presentó el día 12 ante el juez de la Audiencia Baltasar Garzón una petición para abrir la fosa, que está junto a la de otros miles de personas fusiladas en Granada en aquellos días, lo que eventualmente -aún no hay fecha- sacará a la luz los restos del poeta.

A favor

El historiador Ian Gibson, uno de los mayores conocedores de la vida y muerte de García Lorca, se situó entre quienes celebraron la noticia y destacó en declaraciones a EFE que lo ocurrido "abre las puertas" a la localización definitiva de su cuerpo.

En su opinión, la familia de García Lorca tiene todo el derecho a dejar los restos donde están o no proceder a su identificación, pero consideró que sería "muy malo" no terminar con los "bulos, incertidumbres y teorías" que existen sobre su emplazamiento.

El premio Nobel de Literatura portugués José Saramago se alineó en esta tesis y escribió en su blog que "era inevitable" que la recuperación de los restos de García Lorca se haya convertido de inmediato en "un auténtico imperativo nacional".

También la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que ayuda desde hace 8 años a las familias de las víctimas de la represión franquista, considera que no es incompatible el deseo de privacidad de los García Lorca con el deseo del resto de familias de restañar definitivamente sus heridas.

Emilio Silva, su presidente, manifestó a EFE que la "investigación de cualquier crimen se puede convertir en un circo mediático, pero eso no quita que haya que investigarlo".

En contra

Pero son muchos los nombres en el mundo cultural que cuestionan la exhumación, como el catedrático de Literatura Francisco Rico, quien en declaraciones al diario El País defiende que los restos "sigan donde están, en el mismo lugar que los otros asesinados".

Coincide con él en el mismo diario el poeta granadino Luis García Montero, quien señala que "Lorca representa en Granada a todas las víctimas y Víznar (localidad donde está la fosa) apela simbólicamente a la memoria de todos los asesinados".

Otro paisano de Lorca, el centenario escritor Francisco Ayala, también se declara "partidario de no tocarle" y argumenta que "no hay que trapichear con los cadáveres. Lo creo muy señaladamente en el caso de Lorca. No hay que hacer nada".

La eventual exhumación de García Lorca tiene un significado especial entre los miles de casos de represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo (1939-1975), cuyos cadáveres siguen enterrados y sin identificar en fosas, en cementerios o en simples cunetas.

Las iniciativas en favor de la recuperación de esos restos tomó un fuerte impulso este mes cuando Garzón pidió a las instituciones que den datos sobre muertos y desaparecidos durante esos años, en la mayor investigación sobre el asunto hecha nunca en España.

La ARMH le entregó una primera lista con más de 15.000 casos documentados de manera pormenorizada sobre desaparecidos durante la contienda y la posguerra, que incluye datos sobre cada uno de los afectados y detalles sobre su desaparición.