Rejas, alarmas con sistema de vigilancia, cerraduras reforzadas y cerrojos son algunas de las alternativas para hacerle frente a la inseguridad. La demanda crece año tras año.
Cansados de la inseguridad, muchos santafesinos optan por instalar una alarma, colocar rejas o reforzar las cerraduras de su hogar, auto o negocio. Quienes se dedican a estos rubros coinciden en que la demanda se ha incrementado de manera sostenida en los últimos años.
"Nos dedicamos a la colocación de rejas en el frente de las casas, puertas, ventanas; hacemos cerramientos, es decir, cuando la reja cubre totalmente la edificación, como si fuese una jaula; también colocamos puntas en la parte superior de los tapiales", detalla Andrés de Herrería Guadalupe, al tiempo que reconoce que ha aumentado notablemente la demanda por este tipo de servicios.
Mario de Mas Ingeniería, una empresa dedicada desde hace 22 años a las alarmas, comparte esta opinión: "En los últimos años ha habido un incremento constante. Cada vez está más arraigada la idea de que el sistema de alarma funciona".
Alarmas
A pesar del crecimiento de la demanda, el mercado de alarmas todavía cuenta con clientes potenciales, ya que la cantidad de viviendas que cuenta con este servicio no llega al 30%. "Estamos en un porcentaje muy bajo en comparación con otros países, que son incluso más seguros que el nuestro", sostiene Mario. Por el contrario, la mayoría de los locales comerciales cuentan con alarmas contra robo porque "están más expuestos y quedan solos durante toda la noche".
El ingeniero Miguel Costas de Aries Ingeniería, una empresa dedicada a la seguridad desde hace 23 años, también sostiene que "año tras año se van incrementando las consultas y/o ventas, aún en los años más difíciles o críticos".
La mayor demanda de sus clientes -que incluyen casas particulares, comercios y empresas- es en sistemas de alarmas por monitoreo. En promedio, atienden entre 10 y 15 casos mensuales de activación o disparo de alarmas: "Se tratan de casos en los que el intruso desconoce la presencia del sistema o intenta evadirlo", señala Costas.
Monitoreo
Gaspar Salor de Control 24, empresa que presta el monitoreo de alarmas y asistencia en caso de activación a más de 2.000 clientes, asegura que el 95% de los casos de activación se da por error del usuario. "Sobre todo los primeros meses desde que se instala la alarma, la persona no está acostumbrada y abre la puerta o sale al patio sin desactivarla".
En esos casos, desde Control 24 se comunican por teléfono, preguntan si todo está en orden y piden la palabra clave para asegurarse de que no haya ningún problema. "Diariamente se deben disparar unas 50 alarmas por error del usuario. En cambio, se disparan 2 alarmas por día que no son por error", detalla.
Cuando el móvil llega a la vivienda, generalmente no encuentra nada raro porque, suponen, que el ladrón huyó antes de concretar el robo. "Ésa es la función de la alarma, ahuyentar, y da resultados", señala Salor y comenta que en el año, afortunadamente, no han tenido que recurrir a la policía más de 6 ó 7 veces.
Cerraduras
Marita, dueña de la cerrajería Ituzaingó que hace 33 años trabaja en barrio Candioti, asegura que ha aumentado la demanda de llaves y cerrojos.
Contrariamente a la idea de que los departamentos son más seguros que las casas, Marita sostiene que en el barrio han asaltado muchos edificios: "A pesar de que se han bloqueado los porteros eléctricos para que la puerta sólo se pueda abrir con llave, barretean las puertas e incluso han asaltado varios departamentos en un mismo edificio". Por eso la gente pide cerraduras de seguridad con doble perno o la refuerzan con uno o dos cerrojos.
Asimismo, esta cerrajería trabaja con llaves de autos. En este sentido, Marita explica que ciertos modelos de autos como el Fiat Uno, Duna y 147 son los más fáciles de robar. En tanto, los modelos a partir del año 2000 presentan una llave computada, más segura. "La mayoría acude porque ha sufrido un siniestro, que generalmente implica la rotura de los cilindros de la puerta para robar algo del interior del auto. Es muy difícil que se roben el vehículo, salvo que se lo lleven con una grúa", concluye.
"Después de 50 años, pusimos rejas y portero eléctrico"
En el mes de septiembre la ferretería El arcángel, en Facundo Zuviría al 6100, sufrió tres asaltos.
"Este local hace 50 años que es atendido por sus dueños. Durante todo ese tiempo nunca sufrió una modificación, pero a raíz de los asaltos, tuvimos que cambiar la estructura", relata Gabriel Giani, yerno de la titular del negocio.
En este sentido detalla: "El negocio tenía el mostrador al fondo y en el medio había góndolas donde los clientes se servían lo que querían, al estilo de los viejos almacenes de ramos generales. Ahora pusimos el mostrador en la parte de adelante y la persona que atiende está totalmente enrejada, para trabajar medianamente segura. Además estamos colocando portero eléctrico y cámaras de vigilancia".
Gabriel considera que estas medidas no van a prevenir los asaltos, pero piensa que no les queda alternativa. Asimismo le parece terrible tener que trabajar de esta manera, "eligiendo la cara del cliente".
Finalmente, sostiene que no se trata únicamente de un problema de inseguridad, sino también de impunidad. "Muchos vecinos han sufrido asaltos, pero ya ni se molestan en hacer la denuncia porque no se ven resultados". En este sentido asegura que en el barrio "todos saben quiénes son los que roban", pero señala la dificultad de denunciar: "Llegar a un careo con un conocido es un suicidio: después viene y te pega un tiro".
De la redacción de El Litoral