A través de su empresa Epifanía, Daniela Gorgni tiene previsto introducir al mercado un producto de copetín innovador a nivel local. Es un bocadillo que se fabrica en base a harina de trigo muy difundido en Europa. El lanzamiento sería antes de fin de año.
Juan Ignacio Novak [email protected]
El proyecto encarado por Daniela Gorgni en San Carlos Centro tiene varias características que determinan su potencial. Apuesta a la producción de un snack innovador como el pretzel, implica la confluencia de instancias público-privadas, alienta la incorporación de valor agregado y busca capitalizar las ventajas competitivas de la región.
Tras dos años de intenso trabajo, Epifania -así se llama el emprendimiento- iniciará en los próximos meses la producción de un pretzel adaptado al gusto argentino, pero que respetará las características originales de este producto de tradición germana. Será comercializado bajo el nombre "Bracitos", que tiene estrecha vinculación con el origen del producto, y será promocionado de forma asociada con el consumo de cerveza.
Al evocar los orígenes del emprendimiento, su principal promotora recordó que la idea rectora fue "tener un producto propio y cierta independencia". Desde que ideó esta iniciativa, a partir de una experiencia anterior de comercialización de cerveza artesanal, Gorgni avanzó en diferentes contactos con entidades públicas y privadas. De hecho, esta experiencia inicial fue fruto de la coordinación con el sistema de preincubación propuesto por el Parque Tecnológico Litoral Centro, con el sólido acompañamiento de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia, el Fondo Tecnológico Argentino (Fontar), el Consejo Federal de Inversiones (CFI), la Fundación Potenciar de Rafaela y algunos departamentos de la UNL. Es por eso que la titular de la iniciativa no deja de agradecer a la gente que acompañó su labor desde diversos ámbitos.
Con idiosincrasia local
El objetivo del emprendimiento sancarlino consiste en armar una propuesta que tenga una primera salida en la zona. En ese sentido, Daniela Gorgni tiene claros sus propósitos: "No tentarse directamente con una oferta masiva, sino tratar de utilizar los canales de distribución de la cerveza. La idea es trabajar dos años y facturar lo suficiente como para poder crecer e instalar una planta". Es consciente, sin embargo, de que "lo más difícil ya está hecho" y consistió en encontrar "una forma personal de hacer las cosas, mostrar capacidad de gestión y seguir adelante", con el convencimiento de que "esto es un puntapié inicial".
El lanzamiento del producto está previsto para antes de fin de año, y tendrá como escenario al Centro de Exposición y Venta de productos de San Carlos Centro. La premisa de la convocatoria será: "Una cerveza, un pretzel, una sonrisa", que se sustenta en las características del producto.
Matías Milia, quien asesora a este emprendimiento en Marketing y Comunicación, aseguró que la intención es preparar "un evento que represente la idiosincrasia local, una degustación". También adelantó que "la idea es generar una serie de elementos en marketing para empezar a relacionar a la gente con el producto".
Tradicional e innovador
El pretzel es un producto tradicional en el centro de Europa, está fuertemente identificado con fiestas y reuniones, innovador en el mercado interno y con un interesante potencial en el exterior, siempre asociado al consumo de cerveza.
"Es un producto a base de harina de trigo; lo que más lo identifica es la forma en función de la historia, es una masita con distintos sabores y es el segundo snack en venta en el mundo" explicó Daniela Gorgni. Y recordó que durante "el 1 a 1 ingresó importado y subsistió en algunos hipermercados". Su objetivo es que el producto tenga una adaptación al paladar local, para que "no quede en el producto gourmet", sino que permita apuntar a un público masivo. "Y que eso sea el caballito de batalla para crecer".
Puntos clave a tener en cuenta
El Área Técnica del Parque Tecnológico del Litoral Centro, cuyo coordinador ejecutivo es el Ing. Eduardo Moreira, es una de las instancias que le permitió a Daniela Gorgni proyectar su iniciativa y hacerla factible.
Consultado sobre las posibilidades existentes para los emprendedores dentro del esquema del parque, Moreira explicó que "lo que ofrece es una etapa de preincubación, que se entiende como un período del orden de un año, durante el cual, una idea se desarrolla técnicamente y a partir de ahí se le empiezan a poner los números necesarios para saber si esa idea es económicamente viable".
"En el caso de Daniela -puntualizó- fue un trabajo donde se avanzaba en la cuestión técnica y sobre eso se iban poniendo números".
No obstante, el profesional planteó con claridad un aspecto que, en su visión, constituye un eje importante en la factibilidad y en el desarrollo de los distintos proyectos: "Son los emprendedores los que tienen que hacer el trabajo y nosotros le damos todo el apoyo que podemos".
Para Analía Zimmermann de la Fundación Potenciar de Rafaela, la innovación es lo que define al emprendimiento sancarlino."Es innovador en el producto, en la tecnología que está utilizando, en que enlaza con la tradición local y en algo que pocos emprendimientos tienen y que es hacer una gestión en red con capacidad de unir gente, trabajando en contacto con instituciones y gente amiga", remarcó.
Biopreservación.
Tras dos años de trabajo -iniciado sobre fines de 2006-, este emprendimiento sancarlino tiene entre sus planes, la posibilidad de crear, en el mediano plazo, un biopreservador que permitirá sumar valor agregado a sus productos. Éste fue uno de los aspectos valorados en su presentación en la Fecol.
En Fecol.
En la última edición de la Feria de Las Colonias (Fecol), se concretó la entrega de los premios correspondientes al Concurso Fecol a la Innovación. Un jurado formado por representantes del Cicae, el Itec y la UNL designaron a los tres mejores de un total que superó los cuarenta. En ese marco, la iniciativa de Daniela Gorgni obtuvo el 2º premio, consistente en un aporte de 3 mil pesos y una medalla de plata. El 1º premio fue para el proyecto presentado bajo el nombre "Pintura nanoformulada multipropósito biocida-fungicida" y fue de 6 mil pesos y una medalla de oro; y el 3º para el denominado "Barrera Móvil contra el agua", distinguido con 2 mil pesos y una medalla de bronce.
Apostar a estrategias de marketing
Uno de los aspectos que este emprendimiento sancarlino se propuso impulsar bajo la clara premisa de diferenciar su producto fue el marketing. Por eso, en sintonía entre las personas que lo integran, idearon una leyenda y un nombre de fantasía. De esta forma, surgió la historia de Don Otto Bruguel, un alemán que llegó como inmigrante al corazón de las colonias santafesinas, y tras su arribo a esas tierras decidió empezar a convidar su pretzel entre los habitantes locales, con la vocación de "trasmitir la fraternidad, la buena suerte y la alegría de festejar la amistad y la familia tradicionales de su pueblo", según indicaron quienes pensaron esta historia.
Asimismo, la narración cuenta que Don Bruguel "tomó la decisión de ir adaptando la receta original de sus pretzels hacia los gustos argentinos, hasta que dio con los Bracitos, los pretzels de tradición alemana para el gusto argentino".
Justamente, sobre la base de la tradición alemana, "la estrategia del producto consiste en lograr adaptar el pretzel a la realidad y al gusto argentino, capitalizando las costumbres de los inmigrantes y complementándose con la importante tradición cervecera con que se cuenta en toda la zona", indicaron.