Información General: INFO-01
Los bandoleros que llegaron al cine
Los últimos días en Bolivia de Butch Cassidy y Sundance Kid
San Vicente, el pequeño pueblo del sur del país, donde murieron en un tiroteo los famosos bandidos estadounidenses, publicitan el episodio como un atractivo turístico. Ambos llegaron hasta allí en 1908, desde Buenos Aires, huyendo de la Justicia. La empresa minera que explota los yacimientos de zinc y plata promueve la apertura de un museo temático.

Abraham Zamorano (EFE)

Hace ahora cien años, dos de los más buscados bandoleros de Estados Unidos murieron en Bolivia en un largo tiroteo con una patrulla militar en la boca de una remota mina andina donde se ocultaron tras haber cometido un atraco.

Butch Cassidy y Sundance Kid, los legendarios ladrones de trenes encarnados por los no menos míticos Paul Newman y Robert Redford en el filme que en España se llamó "Dos hombres y un destino", eran esos dos hombres que acabaron su peripecia en los primeros días de noviembre de 1908 en la mina de San Vicente, en el sur de Bolivia.

"Bienvenido a San Vicente. Aquí descansan los restos de Butch Cassidy y Sundance Kid", reza un cartelón a la entrada de este remoto campamento minero, en el que actualmente viven algo más de 800 personas.

Situado en medio de un desierto arenoso en el que pequeños arroyos rompen rojizos taludes que algún día serán cañones, San Vicente bien podría ser un lugar del lejano oeste norteamericano, si no fuera por las llamas que pastan por los alrededores y porque este lugar se eleva 4.500 metros sobre el nivel del mar.

Vicente Rizo, un minero del campamento descendiente de una de las dos únicas familias que todavía permanecen en el lugar desde la época de la muerte de Cassidy y Sundance, cuenta que su padre le relató la historia de los dos forajidos que a su vez había oído de su abuelo.

"Mi padre, Floirán Rizo, me ha contado que aquí han muerto Butch Cassidy y Sundance Kid, y los enterraron en el cementerio como a unos animales", asegura Rizo, todavía lleno de polvo y suciedad justo después de salir de su jornada laboral en la mina.

Rizo explica que sus abuelos vivían cerca de donde se produjo el tiroteo en el que murieron Cassidy y Sundance, y se muestra esperanzado de que este hecho pueda atraer turistas a la comunidad.

La historia

Según cuentan los expertos Anne Meadows y Daniel Buck en su trabajo "Los últimos días de Butch Cassidy y Sundance Kid", ambos comenzaron su vida al margen de la ley robando caballos.

El primero, cuyo verdadero nombre era Robert Leroy Parker, fue el mayor de 13 hermanos de una familia mormona de Utah. Se salvó de ir a la cárcel por el robo de caballos pero comenzó una vida de fugitivo.

Su apodo se debe a que trabajó como carnicero ("butcher" en inglés) y admiraba a un vaquero llamado Mike Cassidy.

El segundo, Harry Alonzo Longabaugh, fue el menor de 5 hermanos de una familia de Pensilvania y se trasladó al oeste a la edad de 15 años. Adoptó su apodo de la cárcel de Sundance donde estuvo preso.

De Cassidy y Kid dicen que eran criminales "de guante blanco". Sólo robaban a grandes compañías, nunca a los pobres, y procuraban no hacer daño ni matar a nadie, salvo en legítima defensa.

Según Meadows y Buck, los bandidos tuvieron que huir a Argentina por la persecución de unos detectives ansiosos de hacerse con la recompensa que ofrecían por ellos en Estados Unidos.

Acabaron en Bolivia porque la policía de Buenos Aires lanzó una orden para arrestarlos por un atraco a un banco que había sido cometido por dos sujetos de habla inglesa.

Paradójicamente, estos forajidos llegaron a trabajar resguardando las remesas de una mina de estaño en la región andina. Trataron de establecerse en Santa Cruz, en el este de Bolivia, pero, en una noche de borrachera, Sundance alardeó públicamente de sus hazañas criminales y ambos tuvieron que dejar sus empleos.

Poco después, terminaron asaltando al transportista de una remesa de la mina Aramayo cerca de Tupiza, en el departamento de Potosí. Entonces, se desató la voz de alarma y toda la región se movilizó, incluidos los mineros que se habían quedado sin salarios.

El tiro del final

En la tarde del 6 de noviembre de 1908, los forajidos llegaron a San Vicente donde casualmente estaba de paso una patrulla compuesta por cuatro militares bolivianos.

Un lugareño denunció a los soldados la llegada de dos norteamericanos con una mula de la mina Aramayo.

Se inició un tiroteo que duró horas y que acabó con la vida de los legendarios Butch Cassidy y Sundance Kid cuando el primero decidió matar a su compañero y luego suicidarse.

Ésa es al menos una de las más extendidas versiones de la historia de quienes fueron dos de los más famosos criminales de su época, pero otras aseguran que regresaron a EE.UU. La propia Meadows reconoce en un artículo las "varias muertes" que tuvieron ambos, antes y después de su supuesto final en la remota San Vicente.

La Pan American Silver Company (Pasc), empresa de capital canadiense que explota los yacimientos de plata y zinc de San Vicente, da por buena la tesis de que los bandoleros están enterrados en el cementerio de la comunidad.

En conmemoración de la efemérides, la Pasc organizó para el 8 de noviembre diversas celebraciones en el campamento. Además abrirá un museo con el que busca añadir un nuevo atractivo turístico a la zona, que se encuentra muy cerca del también boliviano Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo.