De la redacción de El Litoral
Una casa de barrio Candioti sorprende al traspasar una puerta de vidrio. Instrumentos se exhiben en las paredes, y pequeñas salas acondicionadas se observan al mismo tiempo que algunos chicos ingresan, y otros salen. Son cerca de las diez de una soleada mañana, y aunque se sepa que el espacio es un establecimiento educativo, las formalidades y convenciones parecen haber sido desplazadas por la cordialidad y la camaradería que media entre docentes y alumnos.
Creada en la década del '60, la Escuela de Música N§ 9901 "anduvo de prestado durante quince años. La fundó el maestro Roberto Benítez y funcionó debajo de las escaleras de la escuela Rivadavia, hasta que en el 75 se compró esta casa antigua", relata el profesor Alberto Canto, vicedirector -hoy día, a cargo de la dirección en reemplazo de Diana Forni-.
Con el paso del tiempo, se construyeron más aulas, se mejoraron las condiciones de seguridad tanto como el tratamiento acústico necesario para el dictado de las clases. En suma, el crecimiento fue constante. "Este año, empezamos las clases el 19 de mayo porque se hicieron unos arreglos". Pese a ello y a que las actividades se vieron acotadas por tal motivo, "consideramos que se están cumpliendo los objetivos".
Equipada con catorce aulas y dos salas de ensayo (una principal y otra intermedia), la escuela -dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia- reúne aproximadamente 400 chicos. Se encuentran divididos en tres ciclos: Iniciación, Capacitación Instrumental y el Trayecto Artístico Profesional (TAP). "El hilo conductor es la realización de conjuntos: hacer música en grupo. Desde que el niño ingresa, realiza actividad grupal. Estudia, aprende y es parte de los organismos", es decir, de las Orquestas de Niños y Juvenil, y de las Bandas de Niños y Juvenil.
"Además, uno de los módulos del TAP es Música de Cámara, que está estructurado en cuatro años y en la práctica es la interpretación de música de cámara, en conjuntos pequeños, sin dirección. Eso es muy importante para la formación del músico".
Profesor de Violoncello y Música de Cámara, Canto -al igual que otros miembros del cuerpo docente- es egresado de la propia institución que "nació como orquesta de niños, no como escuela".
"Participé del '68 al '74 en esa orquesta de niños. En esa época, se había armado una juvenil y era increíble la cantidad de conciertos y viajes que teníamos. Eso también hace a la formación del intérprete. Es muy distinto estudiar, rendir exámenes y no tocar nunca en público a tener presentaciones con cierta regularidad. Además, viajar y compartir es muy enriquecedor. Así se puede cerrar el ciclo desde el compositor, el intérprete y el público. Para eso, estudiamos música: para hacer música y que la gente la escuche".
No son pocos los egresados de la institución que en la actualidad integran las filas de Orquestas Sinfónicas y demás agrupaciones, y que han sabido construir sus carreras en nuestro país y en el extranjero.
ĨCuáles son los fundamentos pedagógicos que guían el proceso de enseñanza?
ÄVarían según el ciclo. Cuando el chico ingresa, tratamos que disfrute de la práctica musical y orientarlo hacia la elección voluntaria del instrumento. En ese primer año, tiene la posibilidad de cambiar si descubre que en realidad era otro el instrumento que le gustaba. El eje fundamental es que se divierta haciendo música. En el ciclo de Capacitación Instrumental -explica-, procuramos desarrollar las posibilidades que tenga cada uno de avanzar en su instrumento y que entienda qué es lo que lo hace disfrutar de la actividad. Que busque practicar en la casa, que estudie, que toque en conjunto. Los chicos del TAP ya tienen alrededor de quince años -hasta 18- y allí ya buscamos mayores definiciones. Algunos están estudiando otras carreras, pero siguen con la música como una actividad importante. Detrás de cada chico hay muchas horas de dedicación y de música. Procuramos que las clases de instrumentos sean individuales. A veces no queda más remedio que darle clases a dos chicos juntos. Allí saltan cosas que no son musicales, cuestiones personales. Uno conoce al chico casi tanto como los padres, y a veces un poco más, porque hay una relación muy cercana.
Todas las formaciones dependientes de la Escuela realizarán la próxima semana dos conciertos como muestra del cierre de sus actividades en el Centro Cultural Provincial. El miércoles 19 será el turno de las Orquestas de Niños y Juvenil y de la Banda Juvenil, con la dirección de Alberto Canto, Víctor Malvicino y Omar Lacuadra,
Mientras que el jueves 20 tocarán las Bandas Inicial y de Niños y las agrupaciones Iniciales de Cuerdas, Conjuntos de Vientos y Percusión y Coro de Niños, bajo la conducción de Víctor Malvicino, Omar Lacuadra, Manuel Marina, Dorcas Lacuadra, Walter Álvarez, Miguel Ciccazzo, María Cecilia Glaría, Marisa Croatto y Julián De Brahí. Ambas actuaciones comenzarán a las 20.30. Son organizadas por la Asociación Cooperadora de la institución, y las entradas pueden adquirirse anticipadas en el mismo CCP (Junín 2457).
"En una primera instancia, tiene que familiarizarse con el instrumento físicamente", explica Pedro Casís acerca de la dinámica de sus clases de trompeta. "En una etapa de ambientación, le enseñamos a soplar, utilizando algunos elementos como tubitos o juegos. Eso, después, se va transportando al instrumento, a la boquilla, a las posiciones de sentado y parado. A partir de allí, empezamos a producir los primeros sonidos. Los chicos empiezan a darse cuenta para qué sirve el instrumento. Lo importante es cómo se estudia el sonido y para qué".
El integrante de la Jazz Ensamble de Santa Fe cuenta con 27 alumnos, entre los que se encuentra Ignacio "el Colorado" Córdoba (de ocho años), quien dice con cierta timidez que le "gusta estudiar trompeta. Mi papá ya tenía y siempre me gustó. En mi casa ensayo, y de tarde voy a la escuela".
A través de un vínculo cercano y personal, profesores y pequeños estudiantes mantienen una comunicación muy accesible. "Por momentos, sí se establece una definición de roles. Pero si no, hay una relación muy familiar y accesible. Cualquier alumno puede hablar con el director en el momento que quiera", expresa Canto.
Su apreciación es compartida por Walter Álvarez, egresado del Curso de Capacitación que lo habilitó a ser docente en la misma escuela. Es profesor de violoncello y tiene doce alumnos. "La premisa es alentarlos constantemente. Hoy en día todo es muy disperso, y lo que hacemos es incentivarlos a concentrarse. No sabemos si el día de mañana van a ser músicos, pero por lo menos del paso en la escuela les quede un buen recuerdo en su vida. Jugamos mucho. Como las clases son personalizadas, se crea una relación muy fuerte entre profesor y alumno".
Charly Avedutto tiene a su cargo la enseñanza del saxo. Es un instrumento "muy atractivo para los chicos, les llama mucho la atención. Estamos incrementando la cantidad de horas porque no nos alcanza". Este músico también fue alumno desde los diez hasta los 16. "La escuela era bastante diferente. En esa época, éramos el diez por ciento de lo que son ahora. No había horarios para las clases. Estábamos todos los días, todas las tardes. Veníamos, jugábamos a la pelota, y teníamos clases. Lo que se conserva es el espíritu de pertenencia a la escuela y la relación entre los chicos".
Hasta el 28 del corriente se encuentran abiertas las inscripciones para el ciclo lectivo 2009, destinadas a chicos desde los ocho años (cumplidos al 30 de junio de 2009). Los interesados pueden concurrir a la sede del establecimiento (Gobernador Candioti 1954), de lunes a viernes de 9 a 11.30 y de 15 a 18. Se debe presentar certificado de escolaridad y copia de la primera y segunda página del DNI. Tel.: (0342) 457 2943. E-mail: [email protected].