Sucesos: SUCE-02
Crimen en barrio San Lorenzo
"A mi hijo lo mataron delante mío"
La mamá de Maximiliano Acosta, el joven asesinado el sábado de un disparo de escopeta, desmintió que su hijo fuera en vida un delincuente y negó que se tratara de un "ajuste de cuentas". Ayer se entregó el principal acusado, miembro de la banda de "Jim West".

Familiares de Maximiliano Acosta llegaron esta mañana a la Redacción de El Litoral para dar su versión de lo ocurrido el último sábado en barrio San Lorenzo, que derivó en la muerte del joven de 20 años. Elda Acosta, la mamá de la víctima, fue testigo presencial del ataque armado que involucra a uno de sus vecinos, conocido miembro de la banda denominada "Jim West".

La mujer estuvo acompañada por su hermana Susana y su hija María Belén, quienes se mostraron enojadas porque aseguraron que Acosta no tenía antecedentes penales como se dijo y negaron que haya encontrado la muerte en un "ajuste de cuentas".

"A mi hijo lo mataron delante mío" declaró Elda, que el sábado por la tarde socorrió a Maximiliano en zona de pasillos, luego de que un vecino abriera fuego a corta distancia con una escopeta. Para la familia "hubo una pelea entre dos hermanos", conocidos por los apodos de "Pancuca" y "Gringo", en la que Acosta habría intentado interceder.

El traslado

Ocurrió entre las calles Entre Ríos y Arenales, en el límite de los barrios San Lorenzo y El Arenal. Eran alrededor de las siete de la tarde y los muchachos estaban reunidos tomando bebidas alcohólicas desde la noche anterior cuando se suscitó la discusión.

Susana, que el viernes había festejado su cumpleaños, dijo desconocer qué hacía su sobrino en ese lugar: "Nunca se juntaban, no sé por qué estaba con los "Jim West'".

En cuanto al modo en que Maximiliano Acosta llegó a la guardia del hospital Cullen esa tarde, su hermana María Belén contó que "lo llevamos mi mamá y yo en una camioneta Fiorino blanca, de un vecino". La aclaración se debe a que, en un principio, se dijo que había sido el mismo que lo hiriera de muerte quien lo dejó en las puertas de la guardia, en una camioneta 4x4, para luego darse a la fuga.

Prostitución y drogas

Las tres mujeres enfilaron sus críticas contra el principal acusado, que está detenido desde ayer, cuando se presentó espontáneamente ante el juez de la causa, en compañía de su abogado defensor.

También se preguntaron cómo es posible que tengan esa camioneta Äuna Land Rover 4x4Ä, motos y una lancha, entre otros bienes de lujo poco comunes en una zona tan precaria. En ese sentido vincularon a los llamados "Jim West" con el tráfico de drogas y el negocio de la prostitución, conocido por todos en el barrio.

Maximiliano Acosta era el mayor de 4 hermanos, "había querido entrar al servicio militar, estudiaba y trabajaba para ayudar a su mamá", recordaron todas. Además, desmintieron que el chico haya tenido antecedentes penales, como se creyó en un principio.

Con el correr de los días, se llegó a la conclusión de que en verdad no era cierto. Lo que ocurrió fue que se creyó que era otro Acosta el que había fallecido y la cuestión quedó aclarada cuando los familiares suministraron la documentación del chico a la policía.

El secuestro de la Land Rover

Ni bien se supo del fallecimiento de Maximiliano Acosta, la policía salió en busca de un hombre de unos 30 años, apodado "Gringo", que se conducía en una camioneta Land Rover blanca. El sábado a la noche hubo un allanamiento en la casa del sospechoso, en Amenábar al 4600, donde secuestraron el vehículo.

En la cabina de la camioneta los peritos descubrieron rastros de sangre, que luego se sabría, pertenecían al presunto asesino. El hombre también estaba herido de bala en las piernas y una mano, según constató ayer el médico forense.

Este jueves, el juez de Instrucción Segunda, José Manuel García Porta, recibió al abogado del supuesto agresor, que se puso a disposición de la Justicia. Hasta hoy el detenido estaba a cargo de Sección Homicidios de la URI, y la semana que viene podría ser llamado a declarar a Tribunales.